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El grupo argentino Mondongo expone 10 sorprendentes retratos

La Casa de América acoge obras realizadas con vidrios, hostias, plastilina y embutidos

Mondongo ("intestino y panza de las reses", según el diccionario) es un grupo de tres jóvenes dispuestos a dar una vuelta de tuerca al arte plástico argentino. Formados en el campo de la pintura, en 1999 decidieron juntarse y crearon una fábrica de ideas en permanente ebullición que combina el ingenio con la provocación. En su primera salida al exterior, Mondongo expone a partir de hoy en la Casa de América, en Madrid, la muestra Cumbre, "retratos de una serie de gente que de alguna manera ha estado en la cima en alguna de sus actividades", dicen sus autores. El príncipe Felipe y el presidente argentino, Néstor Kirchner, inaugurarán la exposición.

A media distancia, las obras de 150 x 150 centímetros llaman la atención por su textura, difícil de distinguir. El impacto se produce a corta distancia, cuando se descubre la disparidad de los materiales empleados. Tres grandes cuadros del rey Juan Carlos, la reina Sofía y el príncipe Felipe realizados con 22.500 vidrios fueron las primeras obras de la serie. Los materiales no se eligen al azar. Juliana Lafitte, de 29 años, Manuel Mendanha (28) y Agustina Picasso (27) son capaces de discutir días hasta dar con el material que consideran más adecuado. En el caso de la familia real española, el mosaico de cuadrículas vítreas pretende representar un espejo fragmentado como reflejo de la identidad y el poder real.

El retrato del papa Juan Pablo II está realizado con hostias sobre madera. "La elección del material es muy obvia", dice Juliana Lafitte, "y al mismo tiempo creo que hemos logrado un resultado muy sofisticado". Walt Disney en plastilina, "porque es un material de niños que se puede desarrollar mucho", comenta Manuel Mendanha. El general José de San Martín, en miles de pequeños fragmentos de papel de celofán cortados a punzón, es un alegato contra el uso y abuso de la imagen del libertador hasta vaciarla de contenido. El retrato de David Bowie está hecho en purpurina, que el cantante utilizaba como maquillaje en los años setenta, con un brillo muy fulgurante. "Bowie es un icono que respetamos mucho dentro de la música popular mundial. Es un tipo que fue mutando toda la vida y siempre se mantuvo en la cresta de la ola de una forma muy rara y muy personal", explican.

Entre las 10 obras hay un paisaje del Jardín Botánico de Buenos Aires, realizado con embutidos tratados con varias capas de resina para su conservación. "Para nosotros, los retratos no son sólo la descripción de los rasgos de una persona, sino que implican otras cosas. Por eso cortamos con un paisaje".

Mondongo saltó a la fama gracias a los cuadros de la familia real, aunque no se sienten los pintores de la Corona, "ni mucho menos", afirman. Los cuadros, propiedad de la Zarzuela, fueron encargados en los primeros meses del año pasado tras una visita de Miguel Ángel Cortés, secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica, a la galería a la que pertenece el grupo. Es precisamente este organismo español quien ha promovido la actual exposición.

En Madrid habrá reuniones con coleccionistas y gente interesada en la obra de Mondongo. "Creo que la muestra va a movilizar a mucha gente", pronostica Maman. "Hay que mejorar la cotización internacional de los artistas argentinos. Si uno toma el arte argentino como un activo financiero, lo más barato que tiene Argentina para exportar es nuestro arte. No hay nada más barato".

Pese a la euforia del éxito, los Mondongo aseguran que no forman parte de ninguna moda. "Hay un trabajo detrás de 15 años", dice Juliana Lafitte. "No hay un solo ideólogo en el trío. Somos los tres", tercia Manuel Mendanha. "Cuando surge una idea empezamos a discutirla hasta que estamos en condiciones de darle forma. Tenemos muchas ideas en danza. Por suerte, no se nos acaban. Lo que pasa es que nunca nos acordamos de quién fue la idea original de un proyecto. Quién empezó".

Juliana Lafitte, con una de las obras de Mondongo.
Juliana Lafitte, con una de las obras de Mondongo.DARÍO BERMAN

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