Sánchez Piñol plasma el miedo a lo desconocido en 'La piel fría'
El autor explora la incapacidad de comunicación en su primera novela
Una diminuta isla austral, dos hombres aislados voluntariamente en medio del océano, un faro y una cabaña. Albert Sánchez Piñol (Barcelona, 1965) ha construido a partir de estos elementos su primera novela, La piel fría (Edhasa en castellano y La Campana en catalán). Un libro que, para su autor, tiene varias lecturas, desde la novela de aventuras o ciencia ficción hasta una reflexión sobre el miedo a lo desconocido.
La piel fría es un relato claustrofóbico sobre la incapacidad de comunicación, que sorprendió en la narrativa catalana hace cuatro meses y que ahora acaba de publicar en castellano Edhasa. "Con la traducción de la novela he tenido la oportunidad de leerla desde una perspectiva diferente. He visto más claro que el gran secreto que encierra este libro es que tiene aparentemente un espíritu muy naïf, parte de los elementos esenciales y a partir de ahí te permite complicar la trama hasta el infinito", explicó el escritor y atropólogo durante la presentación del libro en Barcelona.
El relato arranca cuando un prófugo de la resistencia irlandesa llega a una isla austral, donde debe pasar un año realizando mediciones meteorológicas. En la isla no encuentra más que una cabaña y un faro habitado por un hosco personaje que se niega a comunicarse con el protagonista. Pero el peligro llega durante las noches, cuando unas extrañas criaturas a medio camino entre los humanos y los batracios atacan la cabaña. Se inicia a partir de ahí un relato de estructura circular y ritmo trepidante que conduce al lector por todo un tratado sobre los conflictos.
"Primero el enemigo se sitúa en el exterior, luego se traslada al interior del faro, donde se refleja la incapacidad de comunicación y, a medida que avanza la novela, la lucha se sitúa en el interior de cada individuo", explicó el autor sobre una novela en que todos los personajes están condenados a que no funcionen sus relaciones con el entorno.
Deuda con Conrad
Sánchez Piñol reconoce que en La piel fría paga una deuda con Joseph Conrad y El corazón de las tinieblas, aunque en este caso no se trata de un viaje hacia el horror, sino que el pavor se encuentra en el mismo arranque del relato. Robert Louis Stevenson, Howard Phillips Lovecraft o Michel Tournier son otros autores a los que puede recordar este libro. "Me resulta muy difícil calificar esta obra en algún género. Pero no es una novela de aventuras, sino que es una aventura". Una aventura "en la que ningún personaje muestra el más mínimo comportamiento noble", asegura Sánchez Piñol, y que gira alrededor de cómo construimos nuestros propios enemigos enajenándolos de todo lo que les hace humanos, lo que justificaría su eliminación.
"Nada es gratuito en esta novela; quería unos personajes muy nítidos, todo está muy trabajado y nada resulta casual. La novela no te permite ningún elemento gratuito, te tienes que ganar el lector por KO desde el primer momento", concluyó el escritor barcelonés.
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