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Un ex guerrillero es el principal candidato albanés en Macedonia

El secretario general de la OTAN, George Robertson, no vaciló en calificar a los guerrilleros albaneses del Ejército de Liberación Nacional (ELN), el 7 de mayo del año pasado, de banda de 'gánsteres asesinos'. Apenas tres meses después, el jefe de la banda, Ali Ahmeti, se había convertido en interlocutor válido para la OTAN y la UE y aceptaba el acuerdo de paz que ponía fin a siete meses de guerra contra el Estado macedonio.

En las elecciones parlamentarias que se celebran hoy, Ahmeti parece contar con todas las bazas para derrotar a los partidos tradicionales albaneses aliados con los macedonios en el Gobierno de concentración nacional formado durante la guerra del año pasado. La Unión Democrática para la Integración (DUI), fundada por Ahmeti hace unos meses, puede convertirse tras el cierre de las urnas esta noche en la primera fuerza política albanesa en el Parlamento de Macedonia y en socio imprescindible para un futuro Gobierno. La DUI y Ahmeti no pudieron ni siquiera celebrar el mitin final el pasado viernes en la capital, Skopje.

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Crímenes de guerra

La cuestión no era trivial. A pesar de la amnistía aprobada en el Parlamento para los que participaron en la reciente guerra, el Ministerio del Interior de Macedonia ha emitido una orden de arresto contra Ahmeti, al que acusa de crímenes de guerra susceptibles de persecución en el Tribunal de La Haya, excluidos de la ley de amnistía. En el mitin final del partido VMRO-DPMNE, los nacionalistas macedonios que gobiernan, el ministro del Interior, Ljube Boskoski, gritaba enardecido a sus seguidores: 'Todavía no he podido cumplir una promesa pero, tras nuestra victoria, Ahmeti se rendirá a nuestro Gobierno y terminará como todos los criminales'.

Las instituciones internacionales presentes en Macedonia para velar por los acuerdos de paz y la celebración de las eleccciones de hoy, la UE, la OTAN y la Embajada de Estados Unidos, parecen haber convencido a Ahmeti de la conveniencia de renunciar a un mitin en Skopje que significaba un desafío al poder de los nacionalistas macedonios en el poder y concluir en enfrentamientos en un país donde las heridas de la guerra permanecen abiertas y por donde pululan guerrilleros albaneses, desarmados sólo presuntamente, y policías y paramilitares macedonios. El aspecto físico de Ahmeti es la antítesis del guerrillero heroico. Ahmeti es un hombrecito de 43 años y pelo gris con aspecto de vendedor de una tienda de ultramarinos. Cuesta trabajo imaginarse que tras esa imagen se esconda el jefe de la guerrilla que puso en jaque a las Fuerzas Armadas de Macedonia durante siete meses el año pasado. Reconvertido en líder político, tras la firma de la paz hace 13 meses, Ahmeti ofreció a los partidos tradicionales albaneses formar un frente común pero el acuerdo duró poco.

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