Jaume Vallcorba biografía a J. V. Foix en castellano
'J. V. Foix no tiene, en sentido estricto, biografía'. Con este sorprendente punto de partida el editor y profesor de literatura Jaume Vallcorba acaba de publicar la primera biografía del poeta barcelonés aparecida en lengua castellana, en la colección Vidas Literarias del sello Omega, titulada sencillamente J. V. Foix. El autor de poemarios como Sol, i de dol o Les irreals omegues ha sido objeto de numerosos estudios y trabajos biográficos en catalán, pero hasta ahora no disponía de un análisis de su vida y obra en español. El volumen, que representa el número 47 de la colección, está formado por la biografía propiamente dicha (un centenar largo de páginas, de tono didáctico y estilo muy ameno) más una selección de textos escogidos de entre toda su obra (traducidos por Manuel Longares, Jaume Ferran, Martí Solé, José A. Goytisolo, Juan Ramón Masoliver y Enrique Badosa), una especie de antología para no iniciados.
La frase con que Vallcorba abre su estudio hace alusión a uno de los trazos más singulares del carácter de J. V. Foix, nacido a finales del XIX y fallecido en 1985: su sedentarismo. 'La uniformidad de tono vital que mostró a lo largo de toda su vida nos dibujan a un personaje enmarcado en un mundo cíclico y casi sin sorpresas, con la exactitud y rutina de las estaciones del año', escribe el biógrafo, quien atribuye este hecho sobre todo a la obligación de atender los dos establecimientos de pastelería que heredó de su familia y que todavía hoy gozan de gran fama en Barcelona.
Sin embargo, Vallcorba se apresura a aclarar que 'eso no significa que fuese un hombre aburrido ni mucho menos. Es cierto que Foix apenas viajó fuera de las fronteras del territorio catalán, pero no sólo fue un hombre brillante, sino un gran agitador cultural a través de infinidad de proyectos, especialmente revistas y secciones literarias de periódicos'. Aparte de su faceta periodística (la menos abordada en el libro), J. V. Foix es autor de una docena de libros de poesía, considerada a menudo críptica e incomprensible por su barroquismo y lo onírico de su imaginario, que en su época le mereció la consideración de surrealista.
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