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El 'hombre fuerte' del Gobierno afgano sobrevive a un atentado en Jalalabad

Cuatro muertos y 20 heridos en la explosión de una bomba cuando pasaba Fahim

El ministro de Defensa y hombre fuerte del Gobierno provisional afgano, Mohamed Fahim, sobrevivió ayer a un atentado en Jalalabad (sureste) que costó la vida a cuatro personas. Este nuevo episodio, que pone en peligro al Ejecutivo de transición presidido por Ahmid Karzai, se suma al ataque con cohetes contra las tropas internacionales (ISAF) en Kabul y la muerte de ocho personas en la represión de una protesta contra el cultivo del opio.

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La bomba, de una potencia suficiente para destrozar dos automóviles, estalló en una caseta de madera situada a 50 metros del convoy, que se dirigía del aeropuerto al palacio de Gobierno, en el centro de la ciudad, explicó el secretario del general Fahim, jefe militar de la Alianza del Norte y el hombre que, de hecho, controla a la mayoría de los hombres armados que circulan por Kabul y el norte del país. Las víctimas se habían congregado en la calle para ver pasar la comitiva.

Fahim pretendía en Jalalabad debatir con los líderes tribales y comandantes locales un plan del Gobierno para erradicar el cultivo de opio en la zona. Tras el suceso, el ministro fue llevado a un lugar seguro donde se celebró esa reunión, según Aga Jan, ayudante del principal jefe militar de la zona, Hazrat Ali.

Jan y oficiales del Ministerio de Defensa en Kabul calificaron el incidente de 'intento de asesinato', aunque dijeron desconocer aún los motivos. Las autoridades afganas han denunciado en varias ocasiones supuestos intentos de desestabilizar la administración interina, en el poder desde diciembre pasado. Las fuerzas de seguridad detuvieron la semana pasada a unos 350 sospechosos de preparar un golpe de Estado contra el jefe del Gobierno interino, Hamid Karzai, y el rey afgano en el exilio, Mohamed Zahir Shah, que tiene previsto regresar al país el 16 de abril.

Tras ser interrogados, 160 sospechosos fueron puestos en libertad. Los demás siguen detenidos y han sido acusados de pertenecer al grupo integrista islámico Hezb-e-Islami, dirigido por el ex primer ministro afgano Gulbudin Hekmatyar. Un portavoz de esa organización desmintió cualquier implicación en un compló contra el Gobierno. En otro incidente relacionado, el domingo fueron encontrados en Kabul cuatro cohetes que apuntaban a la sede de la brigada de apoyo a las tropas multinacionales ( ISAF) que desde diciembre pasado patrullan las calles de la capital afgana. El hallazgo se produjo poco después de que fueran disparados dos cohetes que cayeron en un descampado cerca de un cuartel en el que se alojaban miembros de la ISAF, sin que se registraran daños ni heridos.

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Otras fuentes han relacionado el atentado contra Fahim con la violencia generada por el plan del Gobierno afgano, bajo la presión occidental, para erradicar el cultivo de opio en el país, primer productor del mundo. En Kajaki, en la provincia de Helmand (sureste), ocho personas murieron en la represión por parte de la policía de una protesta contra la prohibición de agricultores, a los que se ofrece dinero si cambian de cultivos.

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