El Museo Nacional de Escultura cambia de imagen con su traslado al palacio de Villena

La titular de Cultura inauguró ayer en Valladolid la exposición permanente del Museo Nacional de Escultura, que hasta el año 2004 tendrá una instalación temporal en el palacio de Villena debido a las obras de restauración que se acometen en el Colegio de San Gregorio, sede habitual de una de las colecciones de arte policromado más importantes del mundo.

Entre las novedades que se pueden contemplar en la exposición figura un grupo escultórico de alabastro que representa a la Virgen con el Niño, de Felipe Vigarny, y otras piezas en policromía que enriquecerán el cada vez más famoso museo vallisoletano.

La exposición, inaugurada ayer por la ministra de Cultura y el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, reúne más de ochocientas piezas de escultura y pintura, entre las que destacan 197 esculturas y numerosas obras pictóricas y otras 618 pertenecientes al Belén napolitano, una obra recientemente adquirida por el Estado.

La colección presentada ayer está de acuerdo, según el director general de Bellas Artes, Joaquín Puig de la Bellacasa, 'con el cambio de imagen planificado según el carácter nacional del museo y la importancia de sus últimas adquisiciones, que abandonan definitivamente su identificación con los conceptos de la Pasión y el barroco' .

Fondos El responsable ministerial también destacó las actuaciones de su departamento para aumentar los fondos del museo, que, según Puig de la Bellacasa, han supuesto 'que en los últimos tres años se hayan invertido más de 800 millones de pesetas en adquisición de piezas de gran calidad y diferentes formas artísticas españolas, que harán del museo de Valladolid uno de los más importantes de España y de Europa.

Jesús Urrea, responsable del museo, explicó, en este sentido, que el palacio de Villena, lugar habilitado para exposiciones temporales y en el que se han invertido 900 millones de pesetas, cuenta con una cuidada selección de los fondos, distribuidos en las tres plantas del edificio, que con anterioridad fue sede del Gobierno Civil de Valladolid.

Obras de Alonso Berruguete, Juan de Juni, Gregorio Fernández, Zurbarán, Bosschaert y Juan Montañés, junto a piezas representativas del arte medieval, se distribuyen en las ocho salas de la planta baja del palacio, que dan paso al resto de colecciones exhibidas de acuerdo con las diferentes secuencias estilísticas mejor representadas en el museo, como son el Renacimiento, manierismo, barroco y rococó. Aquí se pueden disfrutar las obras de los escultores Felipe Vigarny, Diego de Siloé, los discípulos de Berruguete, Corneilles de Holanda, Juan de Cambray y Francisco de Giralte. También de los que no siguen sus propuestas, como Juan de Moreto, Arnao de Bruselas o Pierre Ricart, que a su vez preceden a obras pictóricas más avanzadas y originales como Antonio Moro o Gregorio Martínez, insertadas dentro de un contexto cortesano en el que trabajaron a las órdenes de Felipe II artistas como Esteban Jordán o Pompeo Leoni.

Otra de las zonas de esta parte del recinto muestra una impresionante colección de pintura flamenca, presidida por una obra original de Rubens y esculturas del mismo periodo junto a varios retablos.

Las piezas del siglo XVIII, muy al gusto del rococó, se distribuyen en la segunda planta del palacio de Villena, si bien en este apartado del museo están presentes algunas obras del barroco más exaltado. Así, desde la producción de Villabrille y Ron se alcanza la exquisitez en las obras de Pedro de la Sierra o Francisco Salzillo y se desemboca en el calmado refinamiento de Salvador Carmona. La contemplación en esta zona de la colección de Toros y Toreros, de tiempos de Carlos IV, se completa con otras obras contemporáneas de Meléndez o Antonio Sola.

El belén napolitano El recorrido finaliza con la visita al belén napolitano, cuyas figuras y puesta en escena trasmiten el aire festivo del arte italiano dieciochesco.

El traslado de la colección permanente del Mueso de Escultura al palacio de Villena permitirá la realización de las obras de recuperación y restauración de un edificio que venía reclamando la atención de las autoridades culturales desde hace al menos 15 años. Las obras en el Colegio de San Gregorio permitirán la adecuación del recinto a las ultimas tecnologías y la ampliación de sus 5.700 metros cuadrados actuales a 7.500. Las obras, producto del plan de renovación integral del Museo Nacional de Escultura, supondrán un total de 4.100 millones de pesetas, de los que más de dos mil corresponderán al Colegio de San Gregorio, que, según la ministra, 'ofrecerán un resultado modélico, tanto en la concepción de espacios como en exposiciones y prestación de servicios'.