El Palacio del Marqués de Rafal de Orihuela: de sede de Presidencia al cierre para albergar una Casa del Limón sin proyecto
Un colectivo vecinal convoca una concentración frente al edificio adquirido por Ximo Puig y clausurado por Mazón por carecer de licencias y presentar “graves deficiencias”


Una concentración vecinal reivindica este jueves, celebración del 9 d’Octubre, la revitalización del Palacio del Marqués de Rafal de Orihuela (Alicante, 85.674 habitantes), adquirido por el Consell de Ximo Puig y cerrado momentáneamente por el de Carlos Mazón por carecer de licencia de apertura y presentar “grandes deficiencias”, según fuentes de la Generalitat Valenciana. El inmueble, que sigue siendo la única sede de la Presidencia autonómica fuera de las tres capitales de provincia, vuelve a estar apartado de los fastos del 9 d’Octubre pese a que Mazón anunció hace dos años y medio una inversión de 5 millones, que nunca han aparecido en los presupuestos, para su rehabilitación y transformación en la Casa del Limón, una entidad presumiblemente agrícola de la que aún se desconoce un uso concreto.
La reivindicación ciudadana, prevista para las 11.00 horas de mañana junto a las puertas del palacio, en la plaza de Ramón Sijé, pretende subrayar la “pasividad de la Generalitat para poner en marcha la rehabilitación, reparación y restauración” del edificio, construido en el siglo XIX, “y de sus enseres”. También denuncia la “infrautilización de la cuarta sede de la Presidencia”, atribución que todavía ostenta de manera visible el inmueble en una de sus fachadas, y la “falta de información a los ciudadanos de proyectos anunciados para el inmueble”. A juicio de los convocantes, el hecho de que Mazón “haya anunciado que los actos del 9 d’Octubre se celebrarán en las tres capitales y en Elche”, sin contar con la sede oriolana, “es una prueba más de que esta comarca, por la lengua [toda la Vega Baja es mayoritariamente de predominio castellano] y por otras razones, siempre está ninguneada”.
El señorial edificio, de dos mil metros cuadrados, 13 dormitorios, nueve baños y con presencia en tres calles, ha sido sometido a un constante ajetreo desde septiembre de 2019, cuando una dana arrojó más de 500 litros por metro cuadrado sobre Orihuela, que quedó aislada durante varios días. A finales de 2021, el entonces jefe del Consell, el socialista Ximo Puig, anunció que el palacete formaría parte del Plan Vega RenHace, una serie de proyectos destinados a contrarrestar los efectos de los temporales en la capital de la comarca del sur de Alicante. En junio de 2022, la Generalitat formalizó su adquisición, por 2,4 millones de euros. “Iba a albergar varias dependencias autonómicas, las oficinas del plan RenHace” y también “se convertiría en sede presidencial”. La intención inicial, continúan las fuentes consultadas, era “dinamizar la comarca y minimizar los efectos de la dana”, pero con la compra “también se reconocía la capitalidad histórica de Orihuela, una de las dos, junto a Valencia”, del reino conquistado por Jaume I. El edificio llegó a albergar “dos reuniones del Consell, varios encuentros, conciertos y jornadas” y se activó como sede del Plan RenHace hasta 2023.
El cambio de gobierno tras las autonómicas de ese mismo año frenó la revitalización del palacio. “Nos lo encontramos”, indican fuentes de Presidencia, “entre otras cosas, sin licencia y con grandes deficiencias de accesibilidad, de los sistemas contra incendios, en el sistema eléctrico, climatización” y también presentaba “humedades”. Desde el consistorio oriolano apuntan también que el edificio “carecía de seguro” y que su estado es bastante precario, “para arreglarlo entero”. Los convocantes de la concentración cívica, sin embargo, discrepan. “No está en tan mal estado como nos quieren hacer ver”, aseguran. “Sí hay zonas degradadas en la planta baja, pero la planta noble está en buen estado”. Lo que falta, a su juicio, es “mantenimiento, limpieza y uso”.

Tras la paralización de la rehabilitación, Mazón anunció en su única visita a Orihuela previa a la dana de Valencia, que utilizaría la casa del marqués como sede de la Casa del Limón, al parecer un guiño a los agricultores y regantes de la zona, aunque sin definición completa todavía, y a un “instituto del agua”, recuerdan las fuentes del Ayuntamiento, vinculado de alguna forma al Juzgado Privativo de Aguas de Orihuela, la entidad bajo cuya jurisdicción se regula el reparto de agua para riego y su administración y que sigue vigente ocho siglos después de su creación, en el siglo XIII, por parte de Alfonso X El Sabio. Ninguno de los anuncios del presidente de la Generalitat han pasado por los presupuestos autonómicos. Ante la falta de movimiento, el Ayuntamiento, que preside José Vegara (PP), ha sugerido que el palacio albergue la nueva Oficina de Turismo.
“El PP [municipal] presupuestó en 2024 las obras del asilo, la reforma del palacio y la creación de la Casa del Limón”, recuerda Carolina Gracia, portavoz del grupo municipal socialista, partido que llevó a pleno en noviembre de 2023 que se instara al Consell a revitalizar el inmueble. Sin embargo, desde el Palau de la Generalitat no ha salido ninguna partida presupuestaria para ninguno de estos tres proyectos anunciados sin contenido por Mazón. “Ni siquiera se ha solicitado licencia de obras” para reinsuflar vida al inmueble del Marqués de Rafal, que “parece que quieren convertir en una especie de sede de oficinas agrarias”. Desde Presidencia, avanzan que “los técnicos están trabajando en el proyecto de rehabilitación”.
Eso todo lo que, de momento, se vislumbra en el horizonte del palacio del Marqués de Rafal, uno de los inmuebles destacados del centro histórico de Orihuela. El aristócrata que le da nombre lo adquirió en 1901, tras varias reformas le dio su aspecto actual en 1927 y en 1955 se anexionó el granero del duque de Pinohermoso, que transformó en biblioteca. Se encuentra frente a la Biblioteca Pública y una de sus fachadas vierte en la plaza de Santa Lucía, donde se ubican los juzgados. “Los tres escudos de la fachada están declarados como Bien de Interés Cultural (BIC)”, explican fuentes de la agrupación vecinal, “los pavimentos del siglo XIX se han conservado y el marqués se trajo la portada del palacio de Benferri, que es del siglo XVIII”, como parte de las reformas emprendidas.
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