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Las claves del éxito de "Arte"

La obra, dirigida por Josep María Flotats, ha sido premiada por la crítica, el público y la profesión

, Todos coinciden en afirmar que el fenómeno Arte no tiene precedentes. Estrenado el pasado 29 de septiembre en le teatro Marquina, de Madrid, donde aún permanece, con texto de Yasmina Reza; versión, dirección e interpretación del autoexiliado Josep Maria Flotats, que comparte escenario con José María Pou y Carlos Hipólito; vestuario de Devota y Lomba, e iluminación de Albert Faura, este espectáculo, al que le han llovido todos los premios, ha roto todas las previsiones y se ha puesto en cabeza de las preferencias de los críticos, el público y la profesión escénica. Las razones de tanto éxito hay que encontrarlas en que esta comedia de ideas ofrece múltiples lecturas, que pueden satisfacer a todos los públicos, sin olvidar un elemento que ya señaló la propia autora, Yasmina Reza, cuando vio esta función y afirmó: "Es uno de los mejores montajes que se han hecho en el mundo de mi obra; además, ellos tres están geniales y éste es un texto que si no lo interpretan tres grandes actores es muy malo y se convierte en una vulgaridad insoportable e infumable". Para unos, la obra habla de la eterna reflexión acerca de lo que es el arte como manifestación artística. Para otros, incluida la autora, eso es sólo un recurso superficial y sólo habla del arte de las relaciones humanas y del poder de la palabra. Reza quiso escribir una tragedia, pero le salió una comedia. Los actores se encargan de hacer creíble que una sola palabra puede destruir lo que se tarda años en construir; los personajes son diametralmente distintos entre sí, pero los tres presentan facetas que todo ser humano lleva dentro. La identificación es inevitable, las miserias que surgen en el escenario son las nuestras, autora y actores tienen la maestría de justificarlas y encima el texto ofrece tantas lecturas como espectadores haya en la sala. Aun así, siempre queda algo de misterio en el porqué de tanto éxito. Tanto los premios que se otorgan por los votos de un jurado como los que son por votación popular, ya sea de la profesión escénica o del público, se los ha llevado Arte. Tras haber obtenido Flotats el Fotogramas 1998, luego llegó el Premio Cambio 16; en los Premios Max, los equivalentes a los goyas en las artes escénicas, arrasó el espectáculo llevándose a casa seis estatuillas, y el lunes pasado, la traca final: por la tarde, el Premio Especial Ojo Crítico, de RNE, y, por la noche, el Mayte de Teatro. Los premios de interpretación de la Unión de Actores y los Max sólo podían caer a algún actor de Arte; los tres eran candidatos y Carlos Hipólito se quedó con los dos. El público no se ha quedado atrás apoyando este fenómeno; ni un solo día se ha dejado de colgar el deseado cartel de "no hay entradas". Fueron de la Casa Real hace dos semanas a comprar entradas por taquilla, pero hasta anoche no pudieron ir los Reyes con los duques de Lugo a ver el montaje de la temporada. También se dice que en La Moncloa hay un lienzo blanco (motivo de la discordia en la obra) firmado por los tres actores y Alejandro Coluvi, el empresario de paredes. El próximo domingo se despiden, pero el Marquina abrirá el 8 de septiembre de nuevo con Arte. Flotats confiesa abrumado que le está entrando una cierta angustia. "Pero los premios, en realidad, son un bálsamo cicatrizante y regenerador para las heridas del alma y los actores encima del escenario somos muy frágiles y vulnerables, lo que nos hace muy sensibles a la crítica, como también al aplauso", afirma este hombre que en los últimos meses ha perdido a su madre y el gran proyecto de su vida, el Teatro Nacional de Cataluña, de cuya dirección fue destituido por "mala gestión" cuando sólo llevaba 15 días inaugurado. Ironías de la vida.

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