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Crítica:CINE: TUMBA ABIERTA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Convencional policiaco británico

Los debutantes en el mundo del cine John Hodge, como guionista, y Danny Boyle, como realizador, han creado un convencional policiaco británico, Tumba abierta, pero rodado con la eficacia de un buen equipo de profesionales y que además encierra una atractiva innovación en su desarrollo.Una vez más, narra la ya casi inevitable historia en este género, los traficantes de drogas, el ajuste de cuentas y la misteriosa maleta que encierra una fortuna. Sin embargo, lo hace desde un punto de vista nuevo, que tiene una buena dosis de originalidad, a pesar de que no profundiza lo suficiente en él y se llega a un final demasiado artificial.

El atractivo de Tumba abierta reside en estar contada a través de los tres amigos que comparten un excelente piso en Londres, buscan minuciosamente a un cuarto ocupante y van a elegir al drogadicto que ha huido con una maleta llena de libras, aparece muerto al día siguiente por sobredosis y ellos quedan fascinados por la enorme cantidad de billetes.

Tumba abierta (Shallow grave)

Director: Danny Boyle. Guionista: John Hodge. Fotografía: Brian Tufano. Música: Simon Boswell. Reino Unido, 1994. Intérpretes: Kerry Fox, Christopher Eccleston y Ewan McGregor. Estreno en Madrid: Princesa y Renoir (Cuatro Caminos).

A partir de este momento, cambia el tono inicial de comedia por el de policiaco propiamente dicho. Deciden quedarse con el dinero y se desarrolla una cada vez más tensa situación entre los tres amigos, que acaban con su amistad y casi con ellos. Esta prometedora parte, la mejor de la película, tiene un logrado tono claustrofóbico, en la medida que se desarrolla casi íntegramente en el gran piso, pero podía haber ido bastante más lejos en las relaciones entre los tres amigos, profundizando más en ellas, logrando complicarlas aún más para dar mayor intensidad al resultado final conseguido y quitarle su aire convencional, rematado por un demasiado intrascendente final.

Otro de los atractivos de Tumba abierta reside en sus excelentes intérpretes. Tanto la mínimamente conocida neozelandesa Kerry Fox como los casi debutantes británicos Christopher Eccleston y Ewan McGregor, no sólo dan muy bien sus respectivos tipos, sino que pertenecen a la escuela de grandes actores en lengua inglesa. Asimismo, el realizador Danny Boyle destaca por su habilidad para dirigirlos, para conseguir que evolucionen sus caracteres a lo largo de la historia.

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