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María Rojo, la Carmen Maura mexicana, desconfía de Hollywood

La actriz presenta su filme 'Danzón', un cuento de amor arrabalero

Elsa Fernández-Santos

Cuando María Rojo aterrizó hace dos años en España para presentar en el festival de Valladolid su trabajo en las películas La tarea y Danzón, era una perfecta desconocida. Cuando se fue era la estrella del festival: había ganado el premio a la mejor actriz y la crítica especializada se había rendido. Había descubierto a una actriz de más de 40 años, de origen mestizo -su madre era vasca y su padre indio-, que desconfía de Hollywood y con un poder de transfiguración enorme (la llaman la Carmen Maura mexicana). "En España hay el mismo desinterés por el cine mexicano que en México por el español", dice la actriz.

"No soy una estrella porque en México las estrellas son las actrices de televisión", dice María Rojo, "pero tengo mucho prestigio, que es por lo que he luchado todos estos años", añade. María Rojo -que se encuentra en Madrid para presentar su película Danzón-, tuvo su primer trabajo como actriz a los ocho años. "Me eligieron en el colegio para interpretar el personaje de un cuento. Desde entonces seguí trabajando sobre el escenario".Estudió arte dramático en la Universidad de Veracruz y se dedicó al teatro hasta los años sesenta, cuando empezó a trabajar en "cine subversivo", como ella llama al cine con intenciones más artísticas que comerciales. La tarea, una comedia erótica dirigida en 1991 por Humberto Hermosillo, y Danzón, un cuento de amor arrabalero que realizó en el mismo año la cineasta María Novaro, son sus películas más conocidas y pertenecen a lo que se ha llamado el nuevo cine mexicano.

"Es un momento de gran creatividad, pero soy pesimista porque en la política cultural del Gobierno no hay continuidad. En México el cine más rentable es el chicano, que tiene un gran mercado entre los hispanos de Estados Unidos", cuenta la actriz, que también ha trabajado en el cine chicano. "He hecho más de 40 películas, pero sólo 10 merecen la pena", apunta. Desde La tarea, Danzón y La tarea prohibida -su última película-, su nombre también ha llegado a Hollywood. "Me han llamado de la Universal, pero no confío en el mercado americano. Allí las actrices mexicanas están para hacer de criadas", señala la actriz, que no aprendió inglés "por una cuestión de principios".

Los abuelos de María Rojo ltxigoyen eran exiliados vascos que, huyendo de la guerra civil, acabaron en México; su madre era una militante comunista, y su padre, un indio que nunca vivió con ellas. La actriz tiene un sólo hijo, Santiago, de 22 anos, cuyo padre murió cuando él era un niño. La actriz se casó por primera vez el año pasado. "No he llevado una vida muy normal para la sociedad mexicana, pero nunca me importó, porque mi madre me educó de una manera especial". Es una mujer alegre a la que sólo el recuerdo de "el padre de Santiago" le hace bajar la voz. "La tarea prohibida es sobre él", cuenta, "el cine te ayuda a perder los miedos y a saber resolver problemas que en la vida real eres incapaz".

"En México sabemos más de la guerra civil española que en España", continúa. "Mi hijo ha estudiado en el colegio Madrid, que fue fundado por los exiliados y cuyo himno sigue siendo el republicano. Los españoles formaron nuestra cultura. En España el cine mexicano no interesa, pero en México tampoco interesa el español. Bueno, sólo Almodóvar, que, con Woody Allen, consigue largas colas".

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Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

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