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Dirigentes comunistas de la Unión Soviética intentan vender estatuas de Lenin

Christie's de Londres estudia la oferta aunque dice que las piezas tienen difícil salida

Enric González

Son miles de esculturas, y algo habrá que hacer con ellas. Alguien en el casi clandestino Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) ha pensado que se podría sacar algún dinero con las derribadas estatuas de Lenin. Y ha contactado con la empresa de subastas londinense Christie's, ofreciendo en principio dos grandes figuras de bronce, cada una de ellas con una altura de 10 metros y un peso indeterminado, pero imaginable. Los expertos de la casa Christie's no se han entusiasmado con la idea: "El precio del transporte es un serio obstáculo" han manifestado, pero estudian la oferta.

La casa de subastas Christie's tiene a gala mantener una absoluta discreción sobre sus clientes y sobre la procedencia de la obras que subasta, por lo que se niega a facilitar datos sobre la ciudad soviética que en otro tiempo ornaron las dos colosales piezas, y por supuesto guarda en secreto el nombre del dirigente comunista que ha hecho la oferta. Tampoco sabe si las estatuas han sido anteriormente ofrecidas a algún otro subastador o a particulares. Un portavoz de la compañía se limitó ayer a comentar que la oferta procedente de la URSS era firme.

Otra cosa es el valor real que puedan tener las estatuas. Su mérito artístico es considerado casi nulo por los expertos. No puede hablarse tampoco de rareza, porque hay millares de estatuas de Lenin. "Hay más representaciones de Lenin que de Buda, y no nos parece que exista demanda de ellas en ninguna parte; en cuanto al valor como inversión, es dificil suponer que dentro de 100 años vayan a tener un precio superior al de ahora mismo", comentó el director de la oficina londinense de Christie's, Dermot Chichester, al diario The Daily Telegraph.

Haría falta localizar algún cliente propenso a la extravagancia y con una residencia espaciosa -una estatua de 10 metros no cabe en cualquier comedor o jardincillo trasero que, además estuviera dispuesto a pagar una pequeña fortuna por las piezas. El coste del transporte desde la URSS hasta Londres se estima en decenas de miles de libras.

Tasar el precio

Por estas razones, los tasadores de Christie's no se muestran muy animados a entrar en el negocio. El anónimo dirigente comunista suponía, al principio, que podría obtener una bonita suma por los gigantes de bronce. Y, según Christie's, aportó toda la documentación necesaria para certificar que las estatuas de Lenin pertenecían al PCUS, y no al Estado soviético. El mercado del arte, sin embargo, no está ansioso por las figuras de Lenin.

Otra cosa. serían las obras de arte acumuladas por el PCUS tras la II Guerra Mundial, dicen los expertos. En los clausurados edificios comunistas hay muchas pinturas y bustos de Stalin, Bréznev o Gorbachov sin otro valor que el sentimental, pero hay también -o había al menos- obras de arte y muebles, especialmente del siglo XIX, procedentes de Alemania, Polonia, Checoslovaquia y del imperio zarista, que serían muy bien recibidas en Christie's. El problema con estos objetos realmente valiosos radicaría en averiguar quién es el legítimo propietario, "si es que no han desaparecido durante las caóticas jornadas del mes pasado", dicen en la firma de subastas.

Un inconveniente adicional para que se produzca una avalancha de arte desde la Unión Soviética, o desde las distintas repúblicas, hacia las salas de subasta de Londres o Nueva York radica en la dudosa autenticidad de las obras en cuestión.

Obras de arte

El crítico de arte de The Daly Telegraph publicaba ayer una entrevista con un experto en arte ruso, Roy Miles, en la que éste comentaba que gran parte de los cuadros expuestos en los palacios de las grandes capitales soviéticas son copias, no originales. El paradero de las piezas auténticas sería desconocido, según esta fuente, para la cual "la única posibilidad de encontrar buen material está en las ciudades pequeñas y en las zonas de Siberia recién abiertas al turismo".

En la misma información se aseguraba que un ex dirigente del partido comunista soviético, de rango medio, se ha establecido recientemente en Londres para dedicarse a la importación y exportación, preferentemente de bienes artísticos de la URSS.

Varios museos rusos han venido enviando en los últimos meses cartas a museos británicos, según Roy Miles, ofreciéndoles algunas piezas artísticas, de sus reservas, de calidad discutible, "a precios muy altos".

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