Bill Fontana proyecta dos esculturas de sonidos para Sevilla
El compositor norteamericano quiere trasladar el ambiente de Doñana a sus obras
El compositor norteamericano Bill Fontana, conocido por sus grandes montajes a base de esculturas de sonidos, está negociando con la Sociedad Estatal para la Expo 92 la creación de dos instalaciones especiales, una de las cuales se estrenaría el día de la inauguración de la Expo, el 20 de abril de 1992. La otra obra supondría trasladar los sonidos de los animales, el agua o el viento del parque nacional de Doñana (Huelva) a la isla de La Cartuja, futura sede de la exposición. "Quiero traer Doñana a Sevilla, sería interesante si el parque pudiera venir aquí y hablar por él mismo", afirma Fontana.
Bill Fontana, de 43 años, no ha trabajado antes en España, y acaba de visitar Sevilla invitado por los responsables del Departamento de Promoción Cultural de la Universidad de Sevilla, quienes pretenden que realice cuatro proyectos en la ciudad en 1992.El músico y escultor norteamericano se ha dedicado, durante los últimos 15 años, a trasladar sonidos de un ambiente a otro por medios técnicos, generalmente a través de la comunicación vía satélite. Sus esculturas de sonidos son el resultado de la composición, como si de instrumentos musicales se tratara, de los sonidos que se producen en distintos ambientes.
Uno de los proyectos previstos para realizar en Sevilla consiste en trasladar los sonidos del parque nacional de Doñana -animales, agua, viento...-, a la isla de La Cartuja, futura sede de la exposición. La idea es, según afirma Fontana, "traer Doñana a Sevilla".
Otro de los proyectos que Fontana ha presentado se basa en la celebración del V Centenario del Descubrimiento de América, y utiliza la comunicación vía satélite para traer directamente "sonidos contemporáneos de los lugares en los que estuvo Cristóbal Colón" y reproducirlos en algún espacio de Sevilla que está aún por determinar. "Lo más importante de este proyecto es la simultaneidad de los sonidos, ya que percibiremos aquí lo que está ocurriendo en lugares, bien espacios naturales o ciudades, que a pesar de estar a miles de kilómetros de España tienen mucho que ver con ella", explica Fontana.
Instalaciones
Entre las últimas instalaciones creadas por Bill Fontana destaca la titulada Landscape soundings, que se presentó en el Festival de Viena el pasado año. El proyecto se desarrolló en la plaza María Theresien, que está flanqueada por dos grandes museos."Para esta creación, en la que se colocaron 70 micrófonos escondidos en distintos lugares de la plaza, averigüé qué había en ese espacio antes. Se trataba de un río con un gran número de riachuelos que corrían por toda la zona, en la que abundaban los pájaros y los sapos. Mi trabajo consistió entonces en buscar un sitio similar a ése, el parque nacional Hamburgo Au, y colocar en medio de la maleza un buen número de micrófonos que transmitieron, durante dos semanas ininterrumpidamente, estos sonidos a la plaza", comenta.
El artista colocó los diferentes micrófonos de forma que el ruido interior del río podía oírse en las dos calles paralelas al parque; el canto de los pájaros se reproducía en las inmediaciones de los edificios y el de los sapos en el centro del espacio.
El músico, natural de Ohio, comenzó sus estudios de composición con Philip Comer, en Nueva York, y toca, además del piano, el clarinete. "Mis primeros trabajos se basaron en estudios realizados para cuatro pianos y teniendo en cuenta el espacio físico en el que iban a ser interpretados. Sin embargo, hace 15 años decidí abandonar los instrumentos y dedicarme exclusivamente a los sonidos vivos", explica.
Bill Fontana prepara actualmente un proyecto que presentará el próximo mes de abril en el Museo Whitney de Nueva York y en el que trasladará los sonidos de las cataratas del Niágara a la parte exterior del edificio, que, visto al revés, es similar a una serie de saltos de agua.
Babelia
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