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FERIA DE SAN ISIDRO

El orden del escalafón es injusto, según Palomar y Seseña

Los dos triunfadores del festejo de ayer, José Luis Palomar y José Luis Seseña, coincidían en su alegría y en su crítica a la actual situación de la fiesta que se refleja en el número de festejos en que actúan los diestros. "El orden en que se encuentra hoy el escalafón es injusto", comentaron ambos. Y lo justificaban señalando que cuando salen toros que embisten los diestros de cotización modesta torean tan bien como las figuras.

Palomar afirmaba que debía haberse llevado al enemigo del que cortó una oreja al platillo de la plaza y torearle mejor, pero que el aire era tan fuerte que no podía dominar la muleta. Consideraba exagerado el premio de vuelta al ruedo para este toro: "Fue bueno, pero no se empleó en el caballo, aunque yo firmaba toros así siempre".

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Es la séptima oreja que corta en Madrid y espera que le sirva más que algunas de las anteriores: "Yo paso una envidia sana de otros compañeros que no triunfan en Las Ventas y sin embargo siempre están arriba del escalafón. A ver cuando es mi turno". Quiere hacer valer este éxito en España, pues en la temporada mexicana, tras sus recientes triunfos, está contratado 20 tardes a partir de octubre.

La alegría era algo menor en el caso de Seseña, pues su fallo con la espada le impidió cortar oreja: "También es mala suerte, mato bien al primero y fallo con el otro que era el del triunfo, pero al menos siempre me he tirado arriba y con verdad". No obstante, estaba satisfecho de su labor y de la vuelta al ruedo que dio: "No es lo mismo que obtener trofeos, pero una vuelta al ruedo también debe valorarse y servirme para actuar en otras ferias".

Una corrida democrática

Seseña decía que los modestos torean tan bien como las figuras a los toros buenos y se la juegan con los malos, a los que no suelen enfrentarse esas figuras. Calificaba a la corrida con un inusual adjetivo, democrática, y lo explicaba: "Está muy claro, nos ha salido un toro manejable y otro malo a cada uno. Hoy sí gozamos de una oportunidad auténtica".

Ese toro bueno no fue aprovechado por Rivera, que se lamentaba amargamente casi con lágrimas en los ojos: "He estado muy mal, no sirven excusas". Su apoerado, Juan Manuel Moreno, trataba de consolarle: "Juan, te han influido los nervios de actuar en San Isidro, la plaza llena y tus pocos festejos". Era inútil.

Rivera sólo aportaba el pequeño atenuante de las ganas de triunfar en Las Ventas que tienen los modestos, lo que les hace meterse enseguida entre los pitones para impresionar a los tendidos. "Esa comedura de coco", agregaba, "te impide pensar con frialdad. A mi primer toro debí entenderle mejor, pues pedía distancia para sacarle los pases y yo no se la di. Ha sido un error imperdonable".

El alicantino, que lidiará tambien toros de Murteira en la feria de Alicante, decía que intentará no caer en el mismo error: "Pero triunfar allí no es igual".

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