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Inaugurada la pirámide del Louvre, el monumento más polémico de la historia reciente de Francia

El proyecto del arquitecto Ieoh Ming Pei fue encargado por el presidente Mitterrand

Lluís Bassets

La obra pública más osada y polémica de la historia reciente de Francia, la pirámide del Louvre, obra del arquitecto chino-norteamericano leoh Ming Pei, fue inaugurada ayer por el presidente de la República, François Mitterrand, que ve así culminado uno de sus sueños arquitectónicos destinado a vincular su nombre a la historia del museo. La pirámide, una construcción transparente de vidrio de 35,42 metros de lado y 21,64 de altura, mantiene las proporciones de la pirámide de Giza, y ha cambiado ya el aspecto del patio de Napoleón y de la perspectiva que se abre sobre las Tullerías y sigue luego en la Concorde y Campos Elíseos.

En un entorno barnizado por la pátina de la antigüedad surge como un iceberg este diamante de cristal y de luz, que, según el arquitecto, está destinado a reflejar y a filtrar las tonalidades grises legendarias del cielo de París.La pirámide del Louvre es únicamente una enorme claraboya que cubre la entrada principal del futuro Gran Louvre, el mayor museo del mundo, proyectado para la frontera del año 2000, a partir de la recuperación del ala norte, actualmente ocupada por el Ministerio de Economía y Finanzas y por la Dirección de Museos. de Francia. Bajo sus cristales se ha construido el gran vestíbulo de entrada, en el que se instalarán bares, restaurantes, tiendas, librerías y un gran aparcamiento.

Ieoh Ming Pei, conocido internacionalmente por su ampliación de la National Gallery de Washington, fue elegido personalmente, sin concurso, por el presidente de la República. El arquitecto concibió que la recuperación de este inmenso palacio en forma de U no podía hacerse más que con una entrada central en mitad del patio de Napoleón, e imaginó la coronación de la entrada con esta pirámide, que fue acogida inmediatamente con entusiasmo por Mitterrand.

Claridad de concepto

Además de la belleza de sus líneas y de la claridad del concepto arquitectónico de Pei, el presidente francés debió ver en esta obra una expresión de su propia personalidad, labrada en el concepto de los tiempos históricos largos y de la combinación de la grandeza de los antiguos imperios con el utilitarismo y el servicio al ciudadano, de la forma clásica con la expresión moderna. Pei se reconoce como heredero de Le Corbusier y Mies van der Rohe, los grandes arquitectos del movimiento moderno. Sus concepciones arquitectónicas se han impuesto a contrapelo de las grandes modas del momento. "Casi todo lo que se hace actualmente son pastiches que siguen la moda y no durarán mucho", aseguraba en una entrevista a Le Monde en 1985.La pirámide ha sido construida con pequeños triángulos y rombos de un silicato fabricado expresamente por Saint-Gobain para conseguir los efectos de luz y de transparencia deseados por el arquitecto. Rhône-Poulenc ha fabricado las colas y pegamentos especiales destinados al ensamblaje, en función de la meteorología y de las condiciones técnicas de la obra.

Un equipo de alpinistas escalará la pendiente, de 51,7 grados, de las cuatro caras de la pirámide para limpiarla regularmente. Todos los sistemas de limpieza experimentados, automatizados o con auxilio de grúas, se han revelado ineficaces, por lo que el cuidado de esta obra, imprescindible para que no pierda transparencia, se realizará a mano y con la única ayuda de unos clavos casi invisibles que permitirán la ascensión a los escaladores.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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