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LA NUEVA DISTENSIÓN

Gorbachov quiere un acuerdo sobre armas estratégicas con Reagan en la Casa Blanca

Pilar Bonet

Mijail Gorbachov está dispuesto a emplear todos sus recursos para que Ronald Reagan, antes de abandonar la Casa Blanca, firme en Moscú un tratado de limitación de arsenales estratégicos durante su visita en la primera mitad de 1988, aunque su propio viaje a Washington concluyó sin haber limado las diferencias con el presidente sobre el plazo de observancia del tratado ABM, la concepción de los derechos humanos y el conflicto de Afganistán.

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La Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI), de la que Gorbachov es un decidido enemigo y Reagan un ferviente partidario, fue objeto de poca retórica verbal durante la tercera cumbre soviéticonorteamericana, pero pende como una espada de Damocles, sobre el proceso de desarme nuclear, cuyo primer e importante paso fue el recién firmado tratado de eliminación de los misiles de alcance intermedio.Impedir que la carrera de armamentos se extienda al espacio cósmico sigue siendo un objetivo ole la política exterior soviética, y ese objetivo "no está más cerca" al término de la cumbre de Washiington, según admitió Mijail (Gorbachov en su respuesta a la última pregunta formulada en una conferencia de prensa dada por el líder soviético antes de partir hacia Berlín Este.

En el salón de actos del nuevo edificio, de la Embajada soviética, sobre un escenario decorado con 16 macetas de lozanas estrellas de Navidad, Mijail Gorbachov pronunció una alocución de una hora y cuarto y contestó durante 40 minutos al interrogatorio de la Prensa que le había esperado durante horas.

Gorbachov dio muestras de cierta irritación cuando le preguntaron si valía la pena mantener una cumbre para firmar acuerdos ya alcanzados anteriormente, e insistió en que las armas estratégicas habían sido el "tema central" y el que más tiempo había consumido en sus tres días de conversaciones con Reagan.

El tratado para reducir los arsenales estratégicos le parece a Gorbachov "impostergable", y el comunicado conjunto publicado en la noche del jueves (madrugada del viernes en España) señala que la firma de tal tratado es preferible" durante la visita de Reagan a Moscú, aunque no establece una dependencia entre los dos acontecimientos.

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Ambos dirigentes han constatado "considerable progreso" hacia la conclusión del documento y han dado instrucciones a sus equipos negociadores de Ginebra para que lo completen "lo más pronto posible". En sus parlamentos de despedida, ambos habían matizado de forma diferente la evolución expresada en el comunicado final. Reagan había hablado de "cierto progreso" y Gorbachov de "algún avance", aunque "todavía queda mucho trabajo por hacer".El líder soviético valoré positivamente las negociaciones sobre los sublímites de los distintos componentes de los arsenales estratégicos, cuya estructura es diferente en ambos países, pues mientras Moscú depende sobre todo de los misiles basados en tierra, EE UU lo hace de sus misiles emplazados en submarinos y aviones.Gorbachov anunció que la URSS tiene "medios nacionales" capaces de controlar la presencia y potencia de los misiles de crucero a bordo de submarinos sin necesidad de recurfir a inspecciones directas. Por "métodos nacionales" se entiende habitualmente el uso de satélites. Gorbachov no entró en detalles sobre los métodos de detección, pero se declaró dispuesto a compartirlos si se llega a un acuerdo de reducción. Gorbachov y Reagan se han puesto de acuerdo en la cifra de 4.900 cabezas nucleares entre misiles balísticos intercontinentales (ICBM) y misiles balísticos lanzados desde el mar (SLBM) dentro de la cifra global de 6.000 cabezas nucleares previstas para cada una de las superpotencias tras la reducción a realizar.

El ambiente en la delegación soviética al término de la cumbre de Washington era de satisfacción, y un alto funcionario corroboraba la impresión de que el Kremlin está dispuesto a "poner toda la carne en el asador" para completar el proceso de desarme iniciado antes de que Reagan abandone la Casa Blanca e incluso a apostar por la Administración republicana de cara al futuro en una alianza aparentemente . contra natura". Las consideiraciones de futuro habrían sido tenidas en cuenta en el encuentro entre Gorbachov y el vicepresidente Bush y en los minutos extras que concedió al senador Robert Dole al término de su reunión con líderes del Congreso.

"Lo que hemos conseguido (...) ayudaará con el tiempo a mejorar la atmósfera en el mundo y en América de cara a una comprensión más correcta y tolerante de mi país", dijo Gorbachov, bajo un paraguas, al despedirse de Reagan en la Casa Blanca. Gorbachov no comentó si él personalmente entiende ahora mejor a los norte americano s, pero expreso en vanas ocasiones su deseo de volver a EE UU "si el Politburó y Dios son favorables" y (,en objeto de encontrarse con "el gran pueblo" y el "ciudadano normal" norteamericano.

Airado

Gorbachov reaccionó de forma airada a las cuestiones sobre derechos humanos y atacó a la Prensa por insistir, en ellas. Afirmó que sólo existen en la URSS 22 personas encarceladas por violar artículos del cógico pena¡, considerados como políticos en Occidente, y señaló que el númere, de ciudadanos a los que se impide emigrar del país por su vinculación a secretos de Estado es de 220. "¿A qué viene tanto escribir?", "¿A qué viene tanto gritarnos?", exclamó.En el campo de los conflictos regionales tampoco se registraron grandes progresos. "No puedo decir que hayamos avanzado rnucho en la discusión de estos piroblemas", afirmó Gorbachov, quien concedió, no obstante, a la Administración norteamerica un "enfaque algo más realista de estos problemas regionales". Las tropas soviéticas pueden abandonar Afganistán "en 12 meses o menos", pero el comienzo de la retirada sigue condicionado al cese de la ayuda de EE UU a los rebeldes afganos.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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