Un filme húngaro gana el Festival de Cine Fantástico de Sitges
OCTAVI MARTIUna buena película húngara -Hol - yolt, holt nem volt-, dirigida por Gyulia Gazdag, encabeza la lista de premios de Sitges 87. Se trata de una adaptación libre de La flauta mágica, imaginativa y atrevida en cuanto a estilo narrativo y en las antípodas de los filmes truculentos o dominados por los efectos especiales, tan habituales en este certamen pero en recesión numérica este año.
El premio al mejor director ha sido para el holandés Paul Verhoven por una película norteamericana de acción -Robocop-, una agitada historia de policía robotizado y vengador, y Michael Nouri y Jill Schoelen los intérpretes galardonados. El suizo Daniel Schmid ha visto cómo se reconocían sus méritos como guionista de Jenatsch, mientras el danés Morten Bruus fue elegido como autor de la mejor fotografía por Mandem I Manen, un trabajo visualmente muy inventivo aunque técnicamente puede resultar discutible. Para Giulia e Giulia, de Peter del Monte, la pequeña consolación del reconocimiento hacia su banda sonora, mientras que la espectacular y vertiginosa A chinese ghost story ha ganado el apartado correspondiente a los efectos especiales.
Sitges 87 ha ofrecido, en conjunto, una selección inferior en calidad a la de los años inmediatamente anteriores. El género, tanto el terror como la denominación más amplia defantástico, da síntomas alarmantes de agotamiento y la renovación no llega. En cambio, sí se ha renovado el mercado del filme que se celebra paralelamente al festival. En definitiva, el balance ha de ser tibiamente optimista, pues si el certamen sigue progresando, eso no oculta los nubarrones de la baja creatividad de las películas más comerciales y el carácter fallido de las más ambiciosas.
