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La Comisión obligará a Netflix y Amazon a dar un 20% de producción europea

La UE sigue adelante con sus planes del Mercado Digital Único, que según los productores supondría pérdidas de 8.200 millones al año

Gregorio Belinchón
La silueta de Jeff Bezos, el CEO de Amazon, en junio de 2014 en un acto en Seattle.
La silueta de Jeff Bezos, el CEO de Amazon, en junio de 2014 en un acto en Seattle.Mike Kane (bloomberg)

En un momento en que la industria audiovisual europea lucha unida, por primera vez en su historia, con los estudios de Hollywood contra el Mercado Digital Único propuesto por la Comisión Europea, esta ha dado un cierto alivio al sector al anunciar una futura legislación en la que las plataformas digitales como Netflix o Amazon tendrán que ofrecer un 20% de audiovisual del continente. La medida se ha anunciado tras varias charlas y protestas a lo largo del pasado festival de Cannes, finalizado el pasado domingo, 22 de mayo, con el triunfo de una película 100% europea, I, Daniel Blake, del británico Ken Loach.

En Cannes se celebraron diversos simposios y encuentros sobre el futuro del cine en el continente donde fue inventado hace más de 120 años. Cada una de esas charlas fue organizada por distintos organismos, pero en todas ellas palpitaba el deseo de saber qué ocurrirá en los próximos años, un futuro inmediato que se prevé complejo y apasionante.

El dato que ha esperanzado a la industria se anunció el pasado miércoles, cuando la CE confirmó que impondrá a las grandes plataformas de vídeo en streaming como Netflix y Amazon Prime (que aún no está presente en países como Francia o España) un porcentaje de un 20% de contenido audiovisual europeo, pero solo en las naciones que ya tienen cuotas en las televisiones, como España. En realidad, muchas de esas plataformas ya tienen fijados en los países esos porcentajes, pero varían del 10% al 60%, y la Comisión quiere unificarlo. Según un estudio de la UE al que accedió The Financial Times, esas empresas invierten como mucho el 1% de sus beneficios en la producción de audiovisual europeo. En marzo, en Netflix España —películas y series— solo el 5,2% de los contenidos era español, y en Yomvi SVOD, el 17,5%. HBO aterrizará en España a fin de año.

Ese 20% anunciado por la Comisión se considera un triunfo de Francia, que pedía que esas grandes webs de contenidos fueran objeto de las mismas regulaciones que sus plataformas nacionales, que tienen que ofrecer el 26% de audiovisual europeo. Esto no afecta a las plataformas para compartir vídeos o de redes sociales, como YouTube. Andrus Ansip, vicepresidente del mercado único digital de la Comisión, explicó: “Quiero que las plataformas en línea y los sectores audiovisual y creativo sean fuentes inagotables en la economía digital. Tanto unas como otros necesitan la seguridad de un marco jurídico moderno y justo”.

La Comisión también se plantea prohibir el geobloqueo para mejorar el comercio digital. Pero el final de este viene para la CE de la mano del Mercado Único Digital, idea abanderada por el comisario de Economía y Sociedad Digitales, Günther Oettinger. Y ese concepto sigue provocando grandes enfados en el sector, hasta el punto que la alianza del año pasado entre la poderosa MPAA, la asociación que engloba a los grandes estudios de Hollywood, las majors, y la FIAPF, la Federación Internacional de Productores de Cine, con el apoyo expreso de grandes autores del cine europeo, sigue en pie. En este Cannes presentaron un estudio, pagado por ellos de la consultora Oxera, en el que por primera vez analizaban el impacto de ese Mercado Único Digital, en realidad nacido desde los derechos televisivos del fútbol. Con esta iniciativa se destruiría la venta de películas territorio a territorio que, dependiendo de cada industria, supone del 37% al 60% de la financiación de un filme. O, como avisan los creadores, el final de la diversidad.

Según el estudio de Oxera, a corto plazo los productores perderían 8.200 millones de euros cada año (el sector audiovisual europeo crea negocio anualmente por valor de 97.000 millones), se reducirían los contenidos en televisión un 48% y se haría un 37% menos de películas. Stan McCoy, presidente de la MPAA para Europa, Oriente Medio y África, aseguró en una entrevista con EL PAÍS en Cannes: “Estamos muy preocupados por el impacto de esta medida en el mercado. A nosotros también nos interesa la diversidad cultural, porque distribuimos cine nacional. El negocio se fundamenta en la venta territorio a territorio, la única manera de preservar esa diversidad, porque las películas se ven y se venden de distinta forma en Madrid que en París. Y de verdad que todos creemos que esto es bueno para los consumidores”.

En el Festival de Cannes varios productores de empresas como Zentropa, GFM Films o Constantin Film, gigantes del audiovisual europeo, defendieron la importancia de no ceder. “Es ridículo, una locura. Los políticos están para arreglar problemas, pero, ¿dónde está el problema aquí? Matará la diversidad cultural, no habrá coproducciones, algo que forma parte de nuestro ADN”, decía Michael Ryan, de GFM Films, en un debate que contó con la presencia de Viviane Redin, la excomisaria de la Comisión que inventó el programa Media y que creó la base legislativa que apoya esa cultura de la diversidad: “Lo que hay que hacer es ayudar a las plataformas audiovisuales europeas y a los cineastas para que alimenten esas plataformas”. Anders Kjærhauge, de Zentropa, añadió: “Esto matará a los productores independientes”. En España, a largo plazo, ese estudio calcula que acabaría con el 20% de la industria audiovisual.

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.

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