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COLUMNA
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Rubiales en la Mojo Dojo Casa House: lo que satiriza el Ken machirulo

‘Barbie’ funciona como parodia. Una de sus tramas, el intento del muñeco de montar un patriarcado en un mundo feminista, sirve en las redes para burlarse de las masculinidades tóxicas

Ryan Gosling, como Ken en un fotograma de la película 'Barbie'.
Ricardo de Querol

Una de las tramas más gamberras de la película Barbie (que no es la obra maestra que algunos dicen, pero funciona como parodia) es la que nos muestra a Ken en su intento de llevar el patriarcado, sin entender bien qué es eso, al mundo feminista de Barbieland. Hartos de su rol secundario frente a las muñecas, los muñecos montan un reducto okupa llamado Mojo Dojo Casa House. Con motivos vaqueros y ecuestres, tumbonas y pantallas gigantes, barras de gimnasio, guantes de boxeo y cerveza, mucha cerveza.

El Ken machirulo, marcando músculos con el abrigo de pieles entreabierto, no solo ha salido a la venta como muñeco, sino que ha inspirado infinidad de memes en internet. Mojo dojo, en jerga, se refiere a una persona obsesionada con ganar atractivo sexual. En las redes es el nuevo lema con el que satirizar las masculinidades tóxicas.

El tuitero Andrés Trasado puso la pintada “Mojo Dojo Casa House”, como Ken en la casa de Barbie, sobre la foto de la fachada de la Real Federación Española de Fútbol, organismo en boca de todos, y en las páginas de la prensa mundial, por el comportamiento de su muy viril presidente, Luis Rubiales. Capaz de besar los labios de una campeona sin su permiso, y de presionarla para decir que no le importó; de tocarse los genitales en el palco junto a la Reina y la infanta para celebrar el gol; de llamar “gilipollas” y “pringados” a los que le criticaron antes de expresar unas excusas muy torpes. Y de ponerse en medio en todas las fotos con la copa porque “nosotros” hemos ganado. Nuevas hazañas para el historial de quien fue acusado por su tío de pagar con fondos de la federación una fiesta con “chicas”, a lo Berlusconi, en una mansión de Salobreña, entre otros desmanes.

Barbie es para todos los públicos, y Ken no caería en algo tan soez. El jefe del fútbol está acabado, pero se atrinchera. Y tiene su claque: son todos esos que salen en su defensa porque les sorprende el revuelo, porque no entienden nada, hay que ver cómo se ponen hoy las feministas. La Mojo Dojo Casa House de Rubiales sirve, para eso sí, para identificar a sus iguales. Para saber que no está solo.

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Sobre la firma

Ricardo de Querol
Es subdirector de EL PAÍS. Ha sido director de 'Cinco Días' y de 'Tribuna de Salamanca'. Licenciado en Ciencias de la Información, ejerce el periodismo desde 1988. Trabajó en 'Ya' y 'Diario 16'. En EL PAÍS ha sido redactor jefe de Sociedad, 'Babelia' y la mesa digital, además de columnista. Autor de ‘La gran fragmentación’ (Arpa).

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