_
_
_
_
COLUMNA
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

‘Succession’: tres bodas y un funeral

Hay quien quiere ser la novia en la boda, el niño en el bautizo y el muerto en el entierro cuando lo mejor que se puede ser en los tres es el guionista, como bien demuestra el nuevo funeral de la serie

El actor Matthew Macfadyen en 'Succession'.
Paloma Rando

Hay quien quiere ser la novia en la boda, el niño en el bautizo y el muerto en el entierro cuando lo mejor que se puede ser en los tres es el guionista. Para qué va a querer uno ser el protagonista cuando puede, simplemente, escribir lo que pasa.

Ha llegado el funeral de Logan Roy. Y me imagino a los guionistas del episodio crujiéndose los dedos con satisfacción antes de ponerse a teclear los panegíricos de este penúltimo episodio de la serie.

En la ficción televisiva, funerales y panegíricos brillantes los hay a patadas. Uno de mis preferidos tiene lugar en la primera temporada de A dos metros bajo tierra (HBO). Fallece una actriz porno y sus compañeros de trabajo son los encargados de honrarla. “Estábamos rodando Larry el sucio III”, dice un actor emocionado en pleno sepelio. “Y ella era entusiasta. Nadie me ha hecho una mamada mejor en la vida. Y ni siquiera estábamos grabando”.

Lo malo de los funerales es que uno no está ahí para escuchar las alabanzas que se le dedican. A no ser que, como en el mejor episodio de Better things, uno pueda disfrutarlo en vida. A Sam, su protagonista, sus hijas y amigos le organizan un funeral para compensarla por el ninguneo familiar que siente hacia su trabajo como actriz. En él, su hija mayor se explica: “Nunca veía las series de mi madre, no me importaba su trabajo, porque era mamá, no quería compartirla con nadie”. A Logan Roy nadie lo compartió porque nadie lo tuvo, ni siquiera sus hijos. Shiv (excelsa Sarah Snook), termina su panegírico faltando a la verdad: “Lo hiciste bien, papá. Estamos todos aquí y nos va bien”. Si no tienes quien te quiera, procura tener al menos quien bien te mienta. Después de muerto es lo mismo.

Puedes seguir EL PAÍS TELEVISIÓN en Twitter o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Paloma Rando
Redactora, columnista y guionista de televisión. Empezó a trabajar en el medio en 2006, en el departamento de vestuario de diferentes series, y dio el salto a guion en 2012. Su último trabajo emitido es 'Señoras del (h)AMPA'. Ha desarrollado series para Alea Media, Shine Iberia, Secuoya, Zeta studios y Suma content, entre otras productoras.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_