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LA TELE POR EL MUNDO. MÉXICO (II)

‘Las Bravas F.C.’, la serie que busca dar un revés a los estereotipos sobre el fútbol femenino

La producción mexicana, que combina comedia y drama, se encuentra disponible en HBO Max

El elenco femenino de 'Las Bravas FC'.
El elenco femenino de 'Las Bravas FC'.HBO Max
Andrés Rodríguez

El balompié es una práctica que está inmiscuida en la sociedad mexicana y latinoamericana, al punto de que es parte fundamental y uno de los pilares de la cultura del continente. El fútbol, como muchos otros deportes, ha mantenido un romance con el cine y la televisión a lo largo de los años. El ascenso y caída de ídolos o las más importantes gestas deportivas no han pasado desapercibidas por la ficción o el documental para el deleite de los aficionados a este deporte. Sin embargo, a pesar de este idilio futbolero con la industria audiovisual, existen dos palabras que, relacionadas, han pasado desapercibidas y no tienen el espacio suficiente en las pantallas: fútbol y mujeres. Para llenar este vacío, surge Las Bravas F.C., la más reciente serie de HBO Max en México, una producción de The Mediapro Studio que busca dar un revés al machismo y a los estereotipos en el fútbol femenino (conocido como femenil en México).

La serie, cuya primera temporada ya se encuentra disponible en la plataforma, presenta a Roberto Casas, interpretado por Mauricio Ochman, un engreído futbolista aclamado internacionalmente, pero tildado de traidor y odiado en México por haber preferido representar a la selección española. Tras sufrir un ataque al corazón, su carrera termina abruptamente. Sin dinero y con Hacienda tras sus pasos decide retornar a Playa Ángel, el pueblo donde nació, para convertirse en el entrenador del equipo femenino local, Las Bravas. Ahí la vida le prepara situaciones inesperadas, de esas que cambian el ritmo de un partido, a él y a sus dirigidas.

Ana Valeria Becerril y Esmeralda Soto son parte del elenco que interpretan a Las Bravas. De inicio, la serie muestra la actitud machista de Casas y una afirmación que hace, como un espejo del sentir de algunos sectores de la sociedad respecto al fútbol femenil: “El fútbol femenino ni es fútbol, ni es femenino. Se puede decir más alto, pero no más claro: la mujer a la cocina”.

“Roberto Casas viene a ser la representación de esa sociedad machista con pensamientos retrógrados, añejos y esa parte de apoyar lo masculino y lo de jugadores hombres solamente”, afirmó Ochmann a Efe en una rueda de prensa con medios mexicanos.

El equipo y cuerpo técnico de Las Bravas FC.
El equipo y cuerpo técnico de Las Bravas FC.HBO Max

Becerril le cuenta a EL PAÍS, a través de una videollamada, que formar parte de este proyecto fue emocionante, porque pudo combinar el fútbol y la actuación, dos pasiones que tiene desde que era pequeña. Su primer recuerdo con el fútbol se remonta a sus 10 años, cuando en su escuela primaria abrieron el primer equipo femenil. Aún recuerda los viajes que hacía con sus compañeras en una camioneta con una de las mamás llevándolas de un lado de la ciudad al otro para jugar.

En Las Bravas F.C. Becerril interpreta a Claudia, la portera del equipo, rol para el cual le asignaron un entrenador específico. Como parte de la preparación, según cuenta, el elenco comenzó a entrenar seis semanas antes del rodaje con las Dragonas, equipo de la Liga Mayor Femenil. “Los entrenamientos fueron muy rigurosos. Teníamos que coreografiar y entrenar cada una de las jugadas con las otras chicas que iban de contrincantes, todas jugadoras de la Liga Mayor Femenil. La verdad es que nos tuvieron mucha paciencia”, afirma sonriendo al recordar la también actriz de Las hijas de abril.

La serie sobre fútbol femenil es el primer proyecto de la actriz y comediante Esmeralda Soto, de 22 años, quien se ha vuelto popular en redes sociales por su contenido humorístico que reivindica el feminismo y parodia las actitudes machistas. Admite que antes de participar en Las Bravas F.C. no le gustaba el balompié porque creía, por una “convención social”, que era algo exclusivamente masculino. Sin embargo, esta concepción ha cambiado y ahora, incluso, reivindica el espíritu “tosco” y “enojón” (que con facilidad se molesta) de Tania, su personaje, así como de sus compañeras de equipo en la pantalla.

“Las mujeres hemos tenido en la tele y en el cine un rol muy pasivo y la verdad es que sí me gusta ver a Las Bravas enojonas. Creo que a los hombres se les permite estas emociones que son primarias, en ellos no está mal visto que se enojen. Hay un choque cuando las mujeres expresamos este enojo, porque inmediatamente salen con que ‘deben estar en sus días’. Me gusta ver a esta mujer grandota [Tania] dominando la cancha, que sea territorial, me gusta porque rompe con este canon de la mujer princesa”, afirma Soto a EL PAÍS a través de una videollamada.

Ana Valeria Becerril (de azul) y Esmeralda Soto (sosteniendo el sombrero) en una escena de la serie.
Ana Valeria Becerril (de azul) y Esmeralda Soto (sosteniendo el sombrero) en una escena de la serie.HBO Max

El foco de la serie es el fútbol, pero no es indiferente a subtramas como la importancia de la sororidad, a los roles de género, la discriminación, las relaciones tóxicas que son retratadas en un balance entre la comedia, el drama, la parodia y también siendo contestataria. Becerril cree que la comedia es un arma “muy poderosa” para abordar temas delicados, sobre todo por cómo considera que las personas son culturalmente en México y Latinoamérica, “igual riéndonos de nuestras desgracias, lo hacemos más llevadero todo”, afirma y agrega quenos metimos con algo tan cultural como el fútbol y aparte son mujeres jugando fútbol. Los mismos comentarios que critican a las mujeres son los que critican a la serie. Y sí hemos recibido críticas, pero a pesar de eso Las Bravas está teniendo un recibimiento muy, muy bueno. Es una muy sana forma de empezar a poner estos temas en la mesa”.

Las producciones sobre fútbol femenil en México y Latinoamérica se pueden contar con los dedos de las manos, es por este motivo que a Soto le gustaría que la serie pueda romper con el género del fútbol e incluso, por qué no, de los deportes para no diferenciarlos entre femenil y varonil. “Hay que romper con la creencia de Roberto Casas. Ojalá ayude a ver a las mujeres como personas, a romper la cosificación y verla como un sujeto que siente, digo, nos falta muchísimo a todos, pero ahí vamos, ya se hizo Las Bravas y es algo”, finaliza.

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Sobre la firma

Andrés Rodríguez
Es periodista en la edición de EL PAÍS América. Su trabajo está especializado en cine. Trabaja en Ciudad de México

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