‘El colapso’ y otras series europeas para este verano
Recopilación de algunos de los títulos recientes más recomendables rodados en el continente
La serie francesa El colapso (L’effondrement) se preguntaba el año pasado de forma premonitoria qué pasaría si el sistema dejara de funcionar de un día para otro. Llega este martes al catálogo de Filmin como una de las revelaciones de una atípica temporada televisiva. Es una muestra más de las grandes propuestas creadas en Europa por las que apuestan plataformas como Movistar + y la propia Filmin. Esta selección destaca algunos de los títulos recientes más recomendables que han rodado nuestros vecinos de continente. Esto no es Hollywood. Ni falta que hace.
El colapso (Francia)
¿Cómo reaccionaríamos como sociedad si un suceso inesperado amenazara nuestras vidas de forma inminente y estrictamente democrática? La miniserie francesa El colapso (L’effondrement), estrenada en Canal + a finales de 2019, llega este martes a Filmin con una mochila repleta de nuevos significados para el espectador surgidos en los pocos meses que nos separan de su emisión original. Esta impactante propuesta del colectivo Les Parasites está compuesta por ocho planos secuencia, de unos 20 minutos de duración. Los relatos sin cortes hacen las veces de capítulos y dejan por los suelos la tensión apocalíptica de Years & Years. Comparte con la serie británica el tono y los saltos temporales entre capítulo y capítulo, pero El colapso presenta a nuevos protagonistas en cada una de sus entregas. Las tramas se desarrollan en algunos de esos lugares que cobran especial relevancia cuando el mundo se acaba. La primera de ellas, por ejemplo, se centra en un supermercado y sus guionistas, entre otras cosas, supieron predecir nuestra inmediata obsesión por el papel higiénico. Otro de los planos secuencia, el sexto de ellos, plantea qué ocurriría en el interior de un centro de mayores cuando todo se desmorona fuera de sus muros. Y lo que imagina es casi tan descorazonador como la realidad.
Atrapados (Islandia)
El éxito literario del noir nórdico saltó hace más de una década a la televisión, con el éxito mundial de El puente (Bron/Broen) y Forbrydelsen (el The Killing original). Atrapados se aprovecha de la agorafóbica geografía islandesa, pero también acierta al asentar el suspense de sus tramas en la realidad socioeconómica de la Europa reciente. En la primera temporada, un cuerpo mutilado aparece en el agua coincidiendo con la llegada de un ferry procedente de Dinamarca. La policía local entiende que el asesino ha llegado en el mismo trayecto que el cadáver, así que decide cerrar la ciudad, de nombre Seydisfjordur, hasta que se aclare un asunto que pronto desvela un claro trasfondo racista. La decisión de los investigadores aumenta todavía más el aislamiento de sus personajes. El corazón de la serie reside en la minúscula comisaría del lugar y en la cercana relación de los tres policías que trabajan en ella, liderados por el jefe Andri, de aspecto hosco como un oso polar y personalidad afable como la del peluche de un oso polar. En la segunda tanda de episodios el populismo político y la urgencia medioambiental aportan nuevas tensiones al lugar. Ambas temporadas pueden verse en Movistar +, a la espera de que llegue la tercera tanda de episodios. Su showrunner es Baltasar Kormákur, que dirigió a Victoria Abril en la película 101 Réikiavik (2000) y a Denzel Washington y Mark Wahlberg en su salto al cine de acción hollywoodiense.
Los Durrell (Reino Unido)
Ciudadanos británicos siendo entrañables no es algo que el espectador español presencie a menudo, si se permite recurrir al tópico intraeuropeo. Pero la luminosa Los Durrell, inspirada en la igualmente ufana y autobiográfica saga literaria Mi familia y otros animales de Gerald Durrell, es medicina para el alma. La huida hacia adelante de una viuda y sus cuatro hijos de entre 11 y 21 años en la Europa de entreguerras les lleva a plantarse en la isla griega de Corfú. La actitud entre ácida y bobalicona del clan en su nueva y frugal vida contrasta con la pragmática sobriedad helénica de ese pequeño rincón del mundo. Filmin cuenta en su catálogo con las cuatro temporadas de la serie, aunque en este caso el bingewatching quizá no sea la mejor opción de visionado. Mejor espaciar cada una de las tandas de episodios, para tener el privilegio de regresar varias veces al más azul de los veranos. Sus capítulos finales, además, son un indisimulado alegato en contra del Brexit.
Enemigo Público (Bélgica)
Hasta la televisión belga tiene su éxito internacional gracias a Ennemi Public, un thriller policial que a menudo logra generar en el espectador esa sensación que da nombre al género: que el corazón tiemble de nerviosismo y miedo. Una joven y atormentada policía, Chloe Muller, está condenada a entenderse con un infanticida en serie, Guy Beranger. Tras cumplir sus 20 años de condena, el asesino solo puede reintegrarse en una sociedad que lo rechaza, dentro de un convento en medio de las montañas, bajo la custodia de la protagonista. Si el pueblo ya está suficientemente agitado con la llegada de tanto forastero, la cosa se pone bastante tensa cuando una niña desaparece de repente. Beranger se convierte en el principal sospechoso y, a su vez, en el principal asesor en las pesquisas de la mujer. Su relación a lo Hannibal Lecter y Clarice Starling huye del déjà vu cuando entra en juego entre ambos Lucas, el monje más joven de la congregación. Se espera que en 2021 comience el rodaje de su tercera temporada. Mientras tanto, las dos primeras están disponibles en Movistar +.
Home Ground (Noruega)
A pesar de todos los avances sociales de los países escandinavos, el hecho de que una señora se ponga a entrenar a un equipo de fútbol de la primera división masculina sigue siendo tan exótico como para dar pie a toda una serie. El conflicto, el maná del que viven los guionistas, sobra por todos lados en Home Ground, de título original Heimebane y cuyas dos temporadas emitidas hasta el momento forman parte del catálogo de Filmin. Helena Mikkelsen se muda con su hija a una nueva ciudad para aceptar un cargo en el que no faltan señores que, entre otras cosas, están deseando que sonría más. Ella no lo hace en casi ningún momento: es antipática y no pide perdón por ello. No es para menos, porque el nivel de violencia soterrada que enfrentan tanto ella como su hija a lo largo de los capítulos solo se compensa con el poder de unión que el fútbol puede ejercer en una comunidad pequeña como la de esta serie. Pero sus tramas no se basan en feminismo de garrafón y todos los personajes, incluida Helena, mantienen cierta ambigüedad moral ante el enfrentamiento permanente que viven dentro y fuera del terreno de juego. Produce y coprotagoniza un exjugador de fútbol, el noruego John Carew, que ganó dos ligas españolas con el Valencia.
Call my Agent (Francia)
Los problemas del cuarteto protagonista de esta comedia de enredo son mucho más livianos que los de las series anteriores, aunque igualmente agotadores. Porque para este grupo de agentes artísticos no es fácil enfrentarse a los egos y caprichos de sus clientes, los mitos de la gran pantalla, al tiempo que intenta pagar el alquiler de la céntrica oficina parisina en la que trabaja. Las tramas son tan metarreferenciales que cada capítulo cuenta con la intervención de al menos una estrella del cine francés interpretándose a (algo parecido a) sí misma. Isabelle Huppert, Juliette Binoche, Jean Dujardin y Monica Bellucci han pasado por la serie y, aunque las tramas a menudo recurren a chistes internos de la industria del cine, el espectador medio puede divertirse mucho desentrañando las bambalinas de este mundillo. Su título original, Dix pour cent, hace referencia al porcentaje que reciben los sufridos agentes cuando logran cerrar (y cumplir) un contrato de sus representados. El canal Cosmo emite sus tres primeras temporadas (solo 18 capítulos en total), aunque a se prepara una cuarta y última tanda de episodios.
Deutschland 83 (Alemania)
Hay muchas series alemanas recientes que merecen la pena ser vistas. Son tantas que, uniéndolas todas, puede hacerse un recorrido cronológico por la intensa historia del Berlín del último siglo y recordar que la historia tiende a repetirse. Pero lo de la saga Deutschland, con permiso de Babylon Berlin, es de otra galaxia. Pocas veces la Guerra Fría se ha retratado con colores tan cálidos como en esta serie, que muestra cómo Martin, un soldado veinteañero de la Alemania del Este, se infiltra en el lado occidental. La efervescencia hormonal del muchacho resulta ser un gran recurso para la Stasi, como a menudo suele contarnos el género de espías, y también lo son para la serie las continuas referencias a la cultura pop y la casi siempre eficiente nostalgia ochentera. La voz de Nena cantando el 99 Luftballons suena a ambos lados del muro en el capítulo piloto y sienta las bases de la serie. Pero tanto colorín no impide a sus creadores abordar asuntos históricos y sociales de primer orden. Hasta que Movistar + la recupere junto a su futura tercera temporada, puede comprarse en DVD.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.