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Fedorov: “La propaganda rusa, como el poder de su ejército, está sobrevalorada”

El vice primer ministro de Ucrania, Mikhailo Fedorov, explica a EL PAÍS cómo han organizado a un “ciberejército”, la importancia de las criptomonedas para canalizar ayuda exterior y las aplicaciones de sistemas de reconocimiento facial para detectar saboteadores rusos

Mykhailo Fedorov fue nombrado vice primer ministro de Ucrania y ministro de Transformación Digital el año pasado, recién cumplidos los 30. Es el miembro más joven del Ejecutivo.
Mykhailo Fedorov fue nombrado vice primer ministro de Ucrania y ministro de Transformación Digital el año pasado, recién cumplidos los 30. Es el miembro más joven del Ejecutivo.@Dankihot / (dankihot.com)
Manuel G. Pascual

Nada más arrancar la guerra, un joven ucranio de 31 años orquestó una campaña en la red social Twitter en la que solicitaba a personalidades como Tim Cook, el CEO de Apple, o Mark Zuckerberg, de Meta, que contribuyeran al bloqueo de Rusia. Su llamada de atención funcionó: el respaldo de las grandes tecnológicas ha sido total. Ese joven se llama Mykhailo Fedorov y, aunque iba para emprendedor, es desde el verano pasado vice primer ministro de Ucrania. Volodímir Zelensky le ofreció ese cargo y el de Ministro de Transformación Digital, convirtiéndole en uno de los hombres fuertes de su Gobierno.

Jamás pensó Fedorov que llegaría a ostentar una posición de responsabilidad similar. Ni mucho menos que formaría parte del Ejecutivo de un país invadido. “Ahora mismo estoy en Kiev. Trabajo junto a mi equipo sin descanso y bajo mucha presión. Estamos totalmente concentrados en nuestras tareas y objetivos, no tengo tiempo para dudar o pensar en mí. Cada día es un nuevo desafío, siempre hay nuevos imprevistos. Estamos en guerra”, escribe a EL PAÍS por correo electrónico. Tras semanas tratando de atender a este periódico por videollamada, finalmente responde por escrito esgrimiendo motivos de seguridad y una agenda en constante movimiento, no sin antes presentar sus disculpas por el retraso.

Ganarse el favor de las tecnológicas no ha sido la única aportación al esfuerzo bélico del ministerio que capitanea Fedorov. También se ha apoyado en las criptomonedas para canalizar fondos de ayuda a Ucrania y ha organizado el que él mismo llama “el primer ciberejército del mundo”, compuesto por unos 300.000 especialistas nacionales y de fuera del país. “Desde el primer día de la guerra nos dimos cuenta de que necesitábamos desarrollar una estrategia completamente nueva para contrarrestar la agresión militar rusa. La guerra moderna requiere soluciones modernas. El Ejército ucranio lleva a cabo diariamente acciones heroicas en el campo de batalla; nosotros creemos que también podemos ser útiles para acercarnos a la victoria”.

‘Hackers’ en auxilio de Ucrania

Poco después de iniciarse las hostilidades, Fedorov hizo un llamamiento internacional. Quería que hackers de todo el mundo ayudaran a defender Ucrania. “La respuesta ha sido impresionante. Todo el mundo quiere contribuir. Por el momento contamos con unos 300.000 especialistas. La participación es voluntaria y la organizamos a través de Telegram, donde colgamos las tareas diarias. No hay contacto personal con los cibervoluntarios. El agresor no puede romper la cadena de mando porque el mensaje es horizontal. Tampoco tenemos miedo de que se cuelen espías en el canal, ya que las tareas se van realizando”.

El trabajo de este equipo es principalmente defensivo. Los ataques que han realizado hasta la fecha no han sido importantes. “La información que podemos compartir es que el trabajo del ciberejército se ha dejado notar en la vida de los rusos. Hemos lanzado más de 660 ataques cíber y de denegación de servicio (DDoS) contra negocios, empresas, bancos e instituciones de Rusia y Bielorrusia”, asegura.

Rusia es uno de los países del mundo mejor preparados para la ciberguerra. Se dice que lo que pueden hacer sus servicios secretos está al alcance de muy pocos. Moscú cuenta también con muchos grupos de hackers (conocidos en la jerga como amenazas persistentes, o APT) que, sin estar oficialmente vinculados al Kremlin, realizan acciones bajo su patrocinio y tutela. A pesar de todo ello, llama la atención que Ucrania no haya recibido todavía ningún ciberataque destructor, algo que vaya mucho más allá de cortar durante algunas horas los sistemas de bancos o empresas.

Fedorov lo achaca a la buena preparación de Ucrania. Entre 2014, el año en que Rusia invadió Crimea, y 2017, el país sufrió una larga serie de ciberataques, incluyendo NotPetya, uno de los ransomware (virus informático que secuestra un sistema y lo desbloquea tras el pago de un rescate) más efectivos y con más alcance internacional de la historia. Lo que pasó entonces les puso alerta. “Teniendo un vecino así nos hemos esforzado por mejorar constantemente nuestra posición en ciberseguridad, trabajando con socios internacionales y reclutando talento extranjero”. Han entrenado personal y desarrollado ramas de ciberseguridad en el ejército, la policía y otras agencias estatales. Ese engranaje se ha engrasado con voluntarios internacionales.

El vice primer ministro de Ucrania, Mykhailo Fedorov, dando una charla antes de la guerra.
El vice primer ministro de Ucrania, Mykhailo Fedorov, dando una charla antes de la guerra.

Pero eso no les ha blindado. “En enero de este año sufrimos dos ciberataques a gran escala que paralizaron temporalmente algunos recursos estatales. El 15 de febrero, días antes de la invasión, los rusos lanzaron un ataque DDoS que afectó a la banca, a infraestructuras críticas y a sitios web oficiales. Esto es la Primera Ciberguerra Mundial. En España deben saber que, aunque estamos lejos, en el ciberespacio no hay distancias. No tienen ninguna garantía de que no se les vaya a incluir en esta guerra”.

El ministro ‘techie’ y ‘criptoentusiasta’

El apoyo conseguido por Fedorov a la causa ucrania no se explica solo con una serie de tuits. El verano pasado hizo una gira por Silicon Valley para presentar su país como un terreno fértil para inversiones en tecnología y con serias ambiciones de digitalización. Conoció personalmente a Tim Cook en Cupertino, con quien tuvo buena sintonía. “El éxito de nuestra campaña en Twitter responde a los deberes que habíamos hecho mucho antes de la guerra”, explica.

Más allá de conseguir bloqueos a Rusia, el vicepresidente destaca haberse granjeado el favor del hombre más rico del mundo, de actualidad estos días tras haberse hecho con Twitter. Fedorov logró reclutar a Elon Musk. “Starlink ha resultado ser extremadamente útil para restablecer las conexiones de internet”, explica sobre al servicio de internet por satélite que se apoya en SpaceX, la empresa espacial del magnate sudafricano. “Diría que ahora mismo es para nosotros una tecnología estratégica. Tenemos unos 10.000 terminales activos. Los rusos lo están destruyendo todo. Usan misiles de crucero y arrasan ciudades, carreteras e infraestructuras. Sin Starlink nos llevaría meses restablecer la fibra óptica, y ahora mismo no tenemos ese tiempo. Hoy, hasta la gente en pequeños pueblos y en zonas despobladas tiene acceso a un internet rápido. Pueden llamar a sus familiares y decirles que están vivos. También usan esos sistemas los soldados y las infraestructuras críticas, como hospitales”.

Otra de las apuestas personales del joven ministro ha sido potenciar las criptomonedas como vía para asegurar la llegada de ayuda internacional. Hasta se ha cambiado la regulación para que los bancos puedan gestionar cuentas basadas en estos activos digitales. “Las criptomonedas fueron especialmente importantes en los primeros días de la guerra porque nos ayudaron a cubrir algunas necesidades básicas urgentes”. Más tarde llegó el Criptofondo de Ucrania, una dirección a la que cualquiera puede dirigir sus donaciones. Lo implementaron junto con la casa de cambio (exchange en la jerga) ucrania KUNA. “Hasta el momento hemos recibido más de 60 millones de dólares por esta vía, de los que nos hemos gastado 45 aportándole al Ejército chalecos antibalas, corazas, cascos, indumentaria térmica, medicinas, walkie-talkies y raciones de campaña”, ilustra. “Tenemos planes para que el Criptofondo ayude en el futuro a la reconstrucción del país”.

A Fedorov no le preocupa la desinformación rusa. La considera burda, sin capacidad real de afectar a sus compatriotas. “Creo que la propaganda rusa, como el poder de su ejército, está sobrevalorada. Biolaboratorios en Ucrania, que los cadáveres de Bucha son falsos… Nadie se los cree. La forma más sencilla y efectiva para combatir la desinformación rusa es compartir la verdad, y eso es lo que estamos haciendo”.

Lejos de verlas como un problema, Fedorov cree que las redes sociales son de gran utilidad en un contexto bélico. “Nos sirven para compartir la verdad, para movilizar a la gente y a los negocios, para llegar hasta aliados como Elon Musk, para crear una nueva imagen de Ucrania como tierra de gente valiente y digital. Millones de compatriotas han perdido sus hogares y han abandonado el país. Las redes sociales nos ayudan a estar juntos incluso cuando estamos lejos de nuestros seres queridos”.

Denuncia ciudadana de saqueadores

Hace algo más de un mes se supo que la empresa de reconocimiento facial Clearview AI había dado acceso a Kiev a sus sistemas. La compañía estadounidense vive envuelta en la polémica: está perseguida en la UE por alimentar su base de datos con imágenes sacadas de internet sin permiso alguno. Dice contar con unas 10.000 millones de fotos robadas de redes sociales y otras webs, y asegura que pronto será capaz de reconocer a todos los seres humanos que alguna vez se hayan relacionado con medios digitales.

“Sí, usamos la tecnología de Clearview para identificar soldados rusos: los que encontramos muertos y sin documentos en los campos de batalla”, reconoce a EL PAÍS el vice primer ministro. “También se ha convertido en una tecnología útil para identificar criminales de guerra. Después de que el mundo viera lo que ha pasado en Bucha, Irpin o Gostomel hemos añadido una función a nuestro chatbot de Telegram eVorog con la que la gente puede informar sobre criminales de guerra que tengamos identificados”, explica. Así, el usuario sube una foto del sospechoso al chat y el sistema de Clearview se ocupa de cruzar la imagen con las de la lista del Gobierno para ver si es una persona de interés. “También lo usamos para identificar a saqueadores, principalmente soldados rusos que roban en hogares ucranianos. Como tenemos acceso a las grabaciones de las oficinas de correos de Bielorrusia [adonde acuden supuestamente para enviar su botín], tenemos información sobre quién y qué se ha robado. Todo el mundo será castigado”, advierte.

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Sobre la firma

Manuel G. Pascual
Es redactor de la sección de Tecnología. Sigue la actualidad de las grandes tecnológicas y las repercusiones de la era digital en la privacidad de los ciudadanos. Antes de incorporarse a EL PAÍS trabajó en Cinco Días y Retina.

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