Adiós a unas prácticas en Google: la pandemia complica la formación tecnológica en otros países
Estudiantes y profesionales han visto desaparecer o quedar congeladas oportunidades fundamentales para sus carreras a causa de las limitaciones impuestas por el coronavirus
El pasado 6 de octubre, João Araújo volcó su frustración en Twitter. “¿De qué sirve? ¿Para qué trabajar duro si las cartas están en mi contra?”. Seis meses antes, el futuro de este joven brasileño de 20 años parecía prometedor. Se disponía a comenzar unas prácticas cruciales para su incipiente carrera como ingeniero de software: pasaría el verano en Google trabajando en el desarrollo de un modelo de aprendizaje automático capaz de autocompletar el texto introducido en editores de código. “En Brasil es imposible encontrar esto, estamos muy retrasados en deep learning. Probablemente una sola oficina de Google genera más conocimiento de esta materia que Brasil al completo”, explica a través de Zoom. Pero el coronavirus se cruzó en su camino: su contrato acabó siendo cancelado a pocas semanas de la fecha en la que tenía previsto comenzar.
Estudiantes, investigadores y profesionales de todo el mundo incluyen entre sus metas laborales hacerse un hueco en una gran tecnológica. Sin embargo, las limitaciones a la movilidad internacional impuestas por la pandemia han complicado esta estrategia, dejando un reguero de ofertas canceladas, pospuestas o, en el mejor de los casos, reorganizadas para una participación en remoto. En el portal Is my internship cancelled? -creado por Ananay Arora, estudiante de ciencias de la computación en la Universidad Estatal de Arizona, para aglutinar la información sobre el estado de estas becas- se han registrado 195 programas cancelados en empresas como Airbnb, Pixar, Yelp o Virgin Hyperloop One; 44 que han quedado congelados, 163 que continuaron en remoto y 125 que siguieron adelante sin cambios. “Había mucha información sobre el tema en la web pero no había un solo sitio al que pudieras ir a consultarlo”, explica Arora, que continuará informando sobre el estado de estos programas en 2021.
“El campo de la inteligencia artificial es muy competitivo. Unas prácticas en una gran empresa tecnológica son fundamentales para una buena carrera”, comenta A. H, un estudiante de doctorado de la Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdalá (KAUST) que prefiere no dar su nombre. Este joven de 28 años iba a trasladarse de Arabia Saudí a Londres para sumarse al equipo de investigación de Adobe durante los meses de verano. “Acceder a estos programas es muy difícil y es deprimente que se cancelen por la Covid-19”, añade.
Para el ingeniero de software danés Andreas Madsen, el mail que le anunció que había sido seleccionado para unirse a Google AI como investigador residente fue una buenísima noticia. “En el tipo de puesto con el que sueño, no se necesita un doctorado. Pero el campo es tan competitivo que acaban siendo seleccionadas las personas que lo tienen. La residencia en Google AI es una de las pocas maneras en que he visto a otras personas convertirse en ingenieros de software dedicados a la investigación sin un doctorado”, explica. La alegría le duró 9 días. El 22 de abril le avisaron de que estaban repensando las contrataciones y cuatro semanas más tarde se le comunicó que habían decidido retirar la oferta. “El programa no fue cancelado, pero se redujo el número de plazas”, precisa.
En remoto pero cerca
En el momento de publicar su tuit, Araújo acababa de descubrir que, por el momento, quienes aspiren a participar en remoto en unas prácticas en DeepMind deben estar ubicados en Reino Unido, Canadá o Francia durante la duración del programa. “Sabemos que esto será una decepción para algunos”, admite un portavoz de la compañía, que también es parte de Alphabet, matriz de Google. El problema que les impide formalizar estos contratos, explican desde Deepmind, es legal: tener becarios trabajando en remoto desde otros países crearía complicaciones en el apartado de nóminas e impuestos.
Google también planea que sus programas de prácticas de 2021 se desarrollen en formato de teletrabajo y en muchas de ofertas ya publicadas se especifica también que los aspirantes deben estar en el país de la oficina en cuestión durante ese periodo. “Las leyes laborales locales, los impuestos y la nómina aplican de la misma manera para las prácticas virtuales o las presenciales. Por eso lo del requerimiento geográfico”, explican fuentes de la compañía, que ya desarrolló en remoto el grueso de sus programas de prácticas previstos para verano de este año. “Los requisitos de ubicación varían según la región y tal como lo hemos hecho hasta ahora continuaremos revisando cuáles son las restricciones de viaje o visa impuestas por el coronavirus y actualizaremos las descripciones de las prácticas en consecuencia”.
Otros tiempos
Para Araújo la posibilidad de desplazarse entre distintas regiones siempre ha sido una parte fundamental de su educación. Desde niño participaba en olimpiadas de Matemáticas, Física y Química por todo su país. Incluso llegó a viajar a Angola para participar en la Olimpiada de Matemáticas de la comunidad portuguesa y a Japón para competir en la Olimpiada Internacional de Informática. Ahora se ve atrapado en Brasil. Perdida la oportunidad en Google, todos los planes que había hecho en torno a ella se desmoronaron. Por el momento, compagina sus estudios con unas prácticas en una empresa de transportes brasileña y otros proyectos personales. “Estoy creando un curso de deep learning y me gustaría unificar la comunidad sobre esta materia en Brasil, hacer que la gente se conozca”, comenta.
El plan alternativo de Madsen es pasar por el aro. “Siempre quise evitar la investigación académica pura. Pero ahora parece que es la única opción que me queda”, lamenta. El ingeniero danés admite que, por su currículum, no esperaba verse afectado por una reducción de plazas; pero más allá de ese punto, no le sorprende mucho lo ocurrido. “En líneas generales, los puestos para investigación industrial son los primeros en desaparecer cuando hay problemas financieros, puesto que son inversiones a largo plazo”, razona.
Los afortunados
Arora, natural de Delhi (India), estaba cursando sus estudios en Arizona cuando la pandemia se convirtió en un problema global. “Ya no volví a India. Descarté la posibilidad porque viajar no era seguro entonces”. Desde el piso que comparte con otros tres estudiantes, pudo completar sus prácticas de verano en Apple. “Se retrasó más o menos una semana, pero luego me enviaron los equipos y lo hice todo desde aquí. Teníamos reuniones frecuentes así que era casi como estar allí”, explica. Se perdió la experiencia de estar en Apple Park, la sede de la multinacional apodada como la nave espacial, pero se muestra satisfecho con la experiencia. En el caso de quienes se unieron a Google en remoto, el balance es parecido. “En una encuesta anónima que hicimos entre los becarios este año, el 97% de ellos dijeron que estaban satisfechos con la experiencia. El mismo número que el año anterior cuando las becas eran en la oficina”, explican desde la compañía.
Por lo pronto, la pandemia y las cuestiones legales no dejan mucho más margen de acción a empresas y candidatos, y la principal preocupación es que la situación se alargue. “Creará más desigualdad, puesto que quienes residen en Europa y Estados Unidos no tienen tantos problemas legales con las prácticas en remoto”, razona A. H. “Son muchos contratiempos. Pero seguiremos trabajando”, se promete Araújo.
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