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La china OPPO da un salto en la fotografía móvil con un periscopio en la cámara

La primera marca que patentó el zoom óptico de diez aumentos lo incorpora en el nuevo Reno 10, que también estrena un curioso sistema para la cámara frontal y una pantalla que ocupa más del 93% del frontal

Nuevo smartphone modelo Reno 10 de la empresa OPPO
Nuevo smartphone modelo Reno 10 de la empresa OPPOZ. A.

Los fabricantes chinos de teléfonos móviles se han propuesto demostrar que hace tiempo que dejaron de copiar para llevar la voz cantante en innovación. Y OPPO, que se encuentra entre las cinco marcas que más venden en el mundo, ha vuelto a demostrar hoy en Suiza que lo suyo no es un farol. Después de haber llevado al extremo el concepto del móvil ‘todo pantalla’ con el Find X y de haber revolucionado la carga de las baterías con el RX17 Pro, ahora ha puesto la fotografía móvil en su punto de mira.

La marca de Shenzhen fue la primera en adaptar el sistema que utilizan los periscopios para lograr un zoom óptico nunca antes visto en un smartphone, y, aunque Huawei se le adelantó en su implementación comercial con el P30 Pro, ahora OPPO contraataca con el Reno 10: su triple cámara principal utiliza un sistema de espejos para ofrecer un zoom de diez aumentos con el que cubre el equivalente a la distancia focal que hay entre los 16 y los 160 milímetros en una cámara tradicional.

Triple cámara principal
Triple cámara principalZ.A.

Eso permite, por ejemplo, tomar una amplia panorámica de un gran edificio utilizando el objetivo gran angular, que cubre un ángulo de visión de 120 grados y está emparejado con un sensor de 8 megapíxeles, y recoger también cualquier detalle de la fachada sin moverse del lugar gracias al sistema periscópico que cuenta con trece megapíxeles. En medio de este gran abanico, y para la mayoría de las imágenes, OPPO ha equipado al Reno 10 -existe una versión llamada Reno, a secas, que no incorpora este zoom- de una lente estándar muy luminosa -f 1.7- que capta instantáneas de 48 megapíxeles gracias al sensor Sony IMX586.

EL PAÍS ha podido probar ya el smartphone y los resultados son sorprendentes. El nivel de detalle que la cámara obtiene a gran distancia del objeto o del sujeto fotografiado es notable. Además, el autofoco por infrarrojos resulta muy efectivo, sobre todo en situaciones de poca luz. Pero hay que recordar que, como sucede en el Huawei, el zoom óptico llega hasta los cinco aumentos y que el Reno utiliza un sistema híbrido para duplicar esa distancia focal. La pérdida de calidad es mínima, pero sí resulta apreciable cuando se lleva el zoom al máximo. Además, el sistema tiene también sus inconvenientes: el uso de un prisma engorda sensiblemente el terminal -9,3 milímetros y 210 gramos-, y, aunque la cámara cuenta con un estabilizador óptico eficaz, hay que tener muy buen pulso para tomar imágenes nítidas con diez aumentos.

En cualquier caso, la cámara principal no es la única sorpresa que esconde el Reno 10. La otra está en el diseño de su cámara anterior, la de los selfis, que cuenta con una resolución de 16 megapíxeles. OPPO vuelve a apostar por un mecanismo automático que la descubre y la retrae para lograr que la pantalla de 6,6 pulgadas ocupe un 93,1% del panel frontal y no tenga ningún tipo de muesca que le dé una dentellada. Pero no copia el mecanismo del Find X sino que lo hace de forma diferente: con una pieza en forma de aleta de tiburón. Se activa sola cuando el usuario decide retratarse a sí mismo o cuando necesita el flash para acompañar a la cámara principal, y le da al Reno 10 un aire distintivo que se agradece en un mercado saturado de teléfonos que se parecen entre sí.

Cámara anterior.
Cámara anterior.Z.A.

Del resto de características del nuevo buque insignia de OPPO destacan el procesador Qualcomm Snapdragon 855 -el más potente del fabricante estadounidense-, los 8 GB de RAM -acompañados de hasta 256 GB de almacenamiento interno, ampliables por tarjeta MicroSD-, la batería de 4.065 mAh. con la carga rápida VOOC 3.0, el GPS de doble banda que incrementa la precisión, el sonido Dolby Atmos, el lector de huellas dactilares óptico bajo la pantalla, y la pantalla OLED con resolución FHD+.

Y entre las carencias con las que se ha presentado al mundo hoy el Reno -el lanzamiento en China se celebró hace ya unos días-, sobresalen la falta de carga inalámbrica y de protección al agua y al polvo, elementos cada vez más habituales en los terminales de gama alta. La versión que incluye el zoom de diez aumentos también se deshace de la clavija jack para auriculares. No obstante, el precio parece justificar la supresión de estos componentes, porque en China el Reno 10 se vende en torno a los 550 euros. Una próxima versión contará también con las bandas 5G. En Europa costará 499 euros la versión básica (sin el zoom), 799 para el Reno 10, y 899 para el 5G (los dos últimos con el zoom).

A pesar de su precio contenido, lo que sí ha cuidado al máximo OPPO ha sido el diseño y la calidad de los materiales, dos de sus factores diferenciales. Además de contar con un frontal en el que los bordes brillan por su ausencia, la tapa trasera llama la atención porque saca todo el partido al mayor grosor del aparato. Utiliza la última generación de cristal Gorilla -la sexta- para ofrecer un panel en el que las cámaras no sobresalen. Lo único que rompe el conjunto es un pequeño botón cerámico que, según la marca, sirve para evitar daños a los objetivos cuando se deja el móvil sobre una superficie. Finalmente, ColorOS, la capa Android desarrollada por la marca sobre la novena versión del sistema operativo de Google, es la que mueve al Reno.

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