La UE ve probable que Irán aumente sus actos de ciberespionaje
El delicado estado de la relación entre Irán y los estados occidentales puede promover un aumento de sus ciberataques, advierte la agencia europea de seguridad digital
La ruptura de Trump del acuerdo nuclear y la división existente en el marco europeo por esta decisión sitúan las relaciones entre Irán y Occidente en un nivel crítico. En este escenario de tensión, la Agencia Europea de Seguridad de las Redes y de la Información (ENISA) cree probable el aumento de las acciones de los hackers iraníes.
"Las nuevas sanciones impuestas a Irán probablemente promuevan que el país intensifique las actividades de amenaza cibernética patrocinadas por el estado en pos de sus objetivos geopolíticos y estratégicos a nivel regional", ha asegurado ENISA en un informe anual de seguridad digital hecho público ayer.
La agencia lista a Irán como uno de los actores a nivel mundial más activo y con mayor capacidad para el despliegue de campañas de ciberespionaje con motivos económicos y políticos junto a Rusia y China. Estos tres países siempre han negado estas acusaciones, habitualmente vertidas por Estados Unidos.
El despliegue de este tipo de actividades sería especialmente probable si Irán no mantiene a sus homólogos europeos comprometidos con el acuerdo que limita desde 2015 el programa nuclear iraní a cambio del levantamiento de las sanciones.
Las sanciones impuestas desde Washington por los ciberataques perpetrados por hackers iraníes han sido calificadas de provocativas, ilegítimas y sin ningún tipo de justificación por Irán
El Departamento de Justicia de Estados Unidos declaró culpables a dos cibercriminales iraníes como responsables del ataque que mantuvo al gobierno de Atlanta secuestrado digitalmente durante días en 2018 al destapar un sofisticado y elaborado plan de ataque dirigido a hospitales, organizaciones gubernamentales y escuelas.
Irán también fue señalado como partícipe de una campaña de espionaje realizada a través de aplicaciones Android descargadas de tiendas de aplicaciones no oficiales que eran diseñadas para robar información a través de plataformas de mensajería instantánea y redes sociales como Telegram, Facebook o Twitter.
Las sanciones impuestas desde Washington por los ciberataques perpetrados por hackers iraníes han sido calificadas de provocativas, ilegítimas y sin ningún tipo de justificación por Irán.
Ciaran Martin, máximo responsable del Centro de Ciberseguridad Nacional de Reino Unido alertó en una entrevista para el diario británico The Guardian que la única pregunta que cabe realizar sobre la amenaza de que se ataque al país a gran escala es "cuándo", dando por hecho que es una cuestión de tiempo que algún país europeo se convierta en víctima de estos ciberataques. El escenario es propicio para ello, gracias al aumento de tensión en las relaciones internacionales, del interés de los gobiernos por estas actividades y de los desarrollos tecnológicos que introducen nuevas vulnerabilidades y perfeccionan los métodos para explotarlas.
El informe señala también el interés que tienen los gobiernos por comprar utilidades destinadas al espionaje y alerta sobre el peligro que suponen las tecnologías emergentes, como la Inteligencia Artificial y el Internet de las Cosas, las cuales, debido a su inmadurez, pueden ofrecer a los cibercriminales agujeros por los que penetrar en los sistemas fácilmente para desplegar sus programas de espionaje. Además, las naciones utilizan varios sistemas para enmascarar y anonimizar los ataques, por lo que es muy difícil encontrar evidencias a la hora de atribuir estas acciones a nivel internacional.
Los ciberataques se centran en el punto más débil de la cadena de las organizaciones gubernamentales para atacar las infraestructuras estructuralmente de abajo a arriba, lo que puede suponer graves trabas para el normal desarrollo de actividades críticas para el interés de un país, sometiéndolo a serios riesgos a nivel humano y económico.
"Estados Unidos tiene previsto convertirse en un exportador neto de petróleo y gas para el año 2022 y, si esta proyección se cumple, competirá directamente contra Rusia en el mercado europeo", cita ENISA en su informe. "Rusia podría patrocinar operaciones cibernéticas relacionadas con el espionaje o apoyar a activistas en la red en nombre del medio ambiente para contener a esta nueva competencia en uno de los mercados de energía más grandes".
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