El Apple Watch planta cara al iPhone
Tres años después de su estreno, el reloj inteligente madura y se posiciona como alternativa al teléfono móvil
Es el día del año en que Apple comienza a vender sus móviles de la nueva temporada, con las clásicas colas en las tiendas oficiales, y en 2018 por primera vez algo les ha robado protagonismo. El nuevo Apple Watch ha recibido elogios unánimes de los primeros expertos que lo han probado a fondo y es la novedad más difícil de conseguir de todas las que la compañía estrena hoy.
Mientras que los pedidos online en la web de Apple tienen un plazo de entrega de 1 a 2 semanas para los iPhone XS y XS Max, para los Watch Series 4 la espera se demora hasta un mes. A falta de datos oficiales, las reservas del reloj inteligente “han superado las expectativas”, según Ming-Chi Kuo, el analista de Apple con más prestigio —y para quien la demanda de los nuevos teléfonos se mantiene en lo esperado.
Junto a estos estrenos de hoy, hay otra gran novedad que ya lleva unos días en las tiendas y ha pasado bastante más desapercibida: Apple ha comenzado a vender en España el modelo con conectividad 4G de la anterior generación de su reloj inteligente. Su precio arranca en 399 euros, lo que le sitúa al mismo nivel del desaparecido escalón low-cost de sus teléfonos, que el gigante tecnológico acaba de eliminar al dejar de vender el iPhone SE.
El micro-iPhone
El Apple Watch comienza a ser una alternativa para quienes quieren algo más sencillo y barato que los teléfonos de pantalla gigante. Un dispositivo más eficiente para una comunicación básica y con una batería que dure siempre el día entero. En países como EE UU y Reino Unido usar el reloj de Apple como un smartphone básico ya era posible desde el lanzamiento del Watch Series 3 hace un año, mientras que a España esta opción llega ahora y de momento solo para clientes de Orange y Vodafone.
Ambos operadores son ya compatibles con la tarjeta SIM virtual de este reloj y ofrecen a sus clientes compartir el mismo número de teléfono de su móvil, por un coste adicional de hasta cinco euros al mes (que resulta gratis para los clientes de sus paquetes mensuales más completos).
Sin llegar a sustituir totalmente al smartphone, el reloj ha evolucionado mucho desde su estreno en 2015, cuando era un gadget totalmente dependiente del iPhone, que hacía muchas cosas pero no tenía una utilidad demasiado clara ni destacaba por hacer nada especialmente bien.
Gracias a los nuevos sensores y procesadores incorporados en cada generación y también a la evolución de su sistema operativo watchOS, el reloj inteligente de Apple ha ido haciéndose un hueco primero como monitor de actividad física y deporte y ahora como una nueva manera de estar conectado, sin las distracciones y la atención que reclama el smartphone. Hacer y recibir llamadas, ver notificaciones y contestar correos urgentes, pagar en las tiendas, seguir indicaciones para llegar a una cita, consultar el tiempo, escuchar música por streaming… Todo eso ya es posible desde el reloj, habiendo dejado en casa el teléfono móvil.
La evolución más radical de Apple
El recién estrenado watchOS 5 le añade además funciones como la de descargar playlists y podcasts, mejora las notificaciones y las posibilidades como monitor deportivo. También permite invocar a Siri con solo levantar la mano y acercar la muñeca (al estilo de Michael Knight en El coche fantástico) o usar el reloj como un walkie-talkie, en una función que se inspira en la idea de los mensajes de audio de WhatsApp y les da un toque retro, veremos si tan útil como divertido.
Frente a la espera de un mes que acumulan ya los pedidos online del modelo más reciente, el Watch Series 3 se envía en menos de una semana. Su precio lo convierte además en la novedad de Apple más asequible, cuando salir de la tienda con un iPhone es más caro que nunca.
Mientras tanto, el Watch Series 4, que sube también un escalón de precio con respecto a su predecesor (429 euros el básico, 529 euros el modelo con 4G), es el primer gran rediseño del reloj de Apple: en casi el mismo tamaño cabe una pantalla un 30% más grande, gracias a su marco más estrecho y a sus esquinas redondeadas, siguiendo la tendencia de diseño del iPhone X. Con un altavoz integrado mucho más potente, que facilita su uso como alternativa al móvil, incorpora además nuevos sensores para el seguimiento de la actividad deportiva, para vigilar el ritmo cardíaco e incluso para detectar caídas.
A falta de experiencia real para comprobar hasta donde llega en su nueva función de salvavidas, el Watch Series 4 ha superado con muy buena valoración las primeras pruebas, que coinciden en señalarlo como un producto ya maduro, más centrado y a la vez más versátil. En cuanto a las críticas, los analistas le achacan problemas en la fiabilidad de Siri, algunos detalles aún confusos de su interfaz y también lo complejo que es configurarlo para poder personalizarlo al máximo. El Watch abre nuevas puertas a los usuarios más exigentes, les promete una vida más saludable y una comunicación más sencilla y directa, pero también les pide a cambio un esfuerzo inicial mucho mayor que un iPhone o un iPod.
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