Magic Leap presenta su primer producto tras años de expectación y trabajo en secreto
La compañía muestra por primera vez el diseño de sus gafas de realidad aumentada tras años de secretismo, críticas de los escépticos e inversiones millonarias sin haber presentado nunca un producto
Magic Leap ha actualizado su página web este miércoles para desvelar su primer producto tras trabajar en silencio durante más de seis años y habiendo recibido cuantiosas inversiones por parte de compañías como Google, el fabricante de chips californiano Qualcomm o el fondo de capital de riesgo Andreessen Horowitz.
Denominadas Magic Leap One "Creator Edition", estas gafas de realidad aumentada incluyen diversos sensores conectados a una unidad de procesamiento independiente diseñada para ser llevada en el cinturón. También se incluye un control inalámbrico a usar con una mano.
El kit de realidad aumentada tiene un diseño utilitario, claramente enfocado en exclusiva a crear aplicaciones y experiencias para esta nueva forma de realidad aumentada que ha cautivado durante años la expectación de los periodistas y rondas de inversión que ya alcanzan los 1.900 millones de dólares. Magic Leap ofrece ejemplos para los futuros desarrolladores de cómo pueden usar el kit de desarrollo que lanzarán próximamente para conectar a personas en la distancia, crear paneles informativos bajo demanda dibujados sobre cualquier entorno físico o extraer información web acorde al objeto que se visualiza.
No obstante, lo más importante es su tecnología, que se espera ser radicalmente diferente a las opciones que hay disponibles actualmente. Magic Leap asegura que el renderizado de objetos virtuales se realiza mediante la proyección de focos de luz independientes que se funden con la luz natural para que estos coexistan con los del mundo real. "Esta avanzada tecnología permite que nuestro cerebro procese de forma natural los objetos digitales de la misma forma que los objetos reales que vemos todos los días, evitando la fatiga", asegura la compañía.
Los sensores, conectados a la unidad de procesamiento, crean planos tridimensionales de lo percibido por la vista para que los objetos virtuales puedan interactuar como lo haría algo real. De esta forma, una taza de café dibujada por las gafas lucirá igual que una taza real encima de una mesa. Esta tecnología ya está conseguida en teléfonos inteligentes como el iPhone X.
Los primeros kits de realidad aumentada, que de momento están reservados a prensa y desarrolladores, se distribuirán en 2018.
Su principal rival son las HoloLens de Microsoft, un kit de realidad mixta reservado a los desarrolladores que es capaz de renderizar elementos digitales como una película o un navegador web en una habitación. Abultan mucho, necesitan estar conectadas a un ordenador siempre, su campo de visión es muy reducido y cuestan 3.000 dólares. Todas las tecnologías comienzan siendo un juguete para la clase alta hasta que los precios bajan, la inversión de las compañías crece, llegan las mejoras y se establecen en la vida cotidiana de las personas. Del primer kit de Magic Leap todavía no se conoce precio, pero no será barato.
Microsoft y MagicLeap están explorando de forma directa cómo llegar a una realidad aumentada idónea que dibuje elementos virtuales dentro de nuestro mundo desde nuestros ojos. El resultado todavía es tosco e incómodo, pero ofrece una inmersión muy superior a la estrategia que está usando Apple con ARKit.
ARKit o ARCore de Google ofrecen una experiencia más pulida y fácil de emplear y comprender por los consumidores. Apple va paso a paso. Pero la meta para ella, para Facebook, Google y el resto de las compañías de Silicon Valley es llegar a lo invisible: gafas normales que unifiquen lo virtual y lo físico sin quebraderos de cabeza, molestias o lucir un look de película de ciencia ficción de los setenta.
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