¿Es necesario un Facebook Messenger para niños de 6 años?
¿No sería mejor que el esfuerzo dedicado en crear esta aplicación tan adaptada lo dedicaran a trabajar otras competencias digitales básicas?
Álex tiene 12 años, cursa segundo de la ESO, tiene smartphone desde los 11 con whatsapp, Twitter e Instagram. Y además es gamer (jugador habitual de videojuegos online). Cuando le pregunto si quiere abrirse un perfil en Facebook para poder usar la mensajería instantánea, su respuesta no puede ser más clara: “¿Para qué? Tengo whatsapp y los direct (mensajes directos) de Instagram, mamá”. Y me mira con esa expresión que sólo los adolescentes saben poner.
Julia tiene 10 años, aun está en Primaria (5º) y desde las navidades pasadas tiene móvil inteligente con perfiles en Instagram y Musica.ly (privados). Ni ha oído hablar de Facebook ni le interesa.
Esta pequeña encuesta casera —sin más base científica que la casuística propia de mis hijos— desmonta los argumentos por los que Facebook decidió lanzar el pasado lunes Facebook Messenger Kids, una aplicación de mensajería instantánea para niños entre 6 y 12 años. “Los niños quieren estar en redes sociales, cada vez usan más los móviles y tablets y con esta app les ayudamos a que estén de manera segura”, aseguran desde Facebook. Pero mis hijos no quieren Facebook porque allí no están sus amigos.
Pero, ¿realmente es necesario que los niños de 6 años empiecen a familiarizarse con una app de mensajería instantánea creada por la red del like? Sin entrar a cuestionar el compromiso de Facebook, que asegura que no utilizará los datos recogidos en la aplicación para mostrar anuncios a sus padres en función de las conversaciones que tengan sus hijos con amigos y familiares, ¿no sería mejor que el esfuerzo que han dedicado en Facebook a crear esta aplicación tan adaptada a niños de 6 a 12 años, lo dedicaran a trabajar otras competencias digitales básicas para su desarrollo como ciudadanos digitales, que puedan aplicar en cualquier red social que utilicen?
El porcentaje de niños de 10 años que dispone de un Smartphone en España está ya en el 25%, según la última Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de Información y Comunicación en Hogares del INE, y se dispara progresivamente hasta el 94% cuando hablamos de niños de 15 años. Todos tienen smartphone y los que no lo tienen, lo van a tener en breve. Con estos datos en la mano, es crítico que padres, profesores y orientadores pongamos atención en el uso que hacen los niños de sus smartphones sin olvidar ordenadores o tablets, donde la encuesta arroja cifras similares al uso del móvil: un 92,4% de los niños españoles entre 10 y 15 años usan el ordenador y el uso de internet se sitúa en un 95% en la misma franja de edad.
Tanto Facebook con Messenger For Kids, Youtube en su día con “Youtube Kids” o Google con “Google Link”, parecen empeñados en enseñarnos a los padres a usar los controles parentales —que de nada sirven porque dan una falsa sensación de seguridad—, en lugar de darnos armas para formar a los jóvenes que tendrán que crear el futuro que estar por venir.
Desde el Foro Económico Mundial nos muestran algunas de estas pautas que, lejos de apostar por introducir prematuramente a los niños en el uso de las redes sociales, se centran en esas habilidades que serán críticas para que nuestros hijos entren a formar parte del ecosistema digital en el que ya vivimos. En definitiva, pongamos el foco en educar ciudadanos digitales que sepan administrar su identidad, privacidad, pensamiento crítico, empatía o huella digital, independientemente de la red social en la que decidan estar.
Susana Lluna es periodista experta en temas digitales y coordinadora de ‘Los nativos digitales no existen’ (Deusto Ediciones).
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