Cierra Juicero, el inútil exprimidor de 700 dólares

Cinco meses después del escándalo, Juicero echa el cierre. En abril se supo que la supuesta tecnología única que usaba paquetes de fruta comprimida para hacer zumos frescos, se podía suplir por algo de paciencia con las manos. Una licuadora innovadora de 700 dólares resultó ser un fiasco y un síntoma más de la falta de control entre los inversores de Silicon Valley, que habían llegado a invertir 120 millones de dólares para dar con los zumos del futuro.

Su sistema prometía ser el Nespresso de la fruta. Contó con el apoyo con el fondo de inversión de Alphabet, matriz de Google, o KPCB, las siglas más poderosas en el mundo del capital riesgo.

Tras la decepción su precio bajó a 400 dólares y despidió al 25% de la plantilla. El siguiente paso ha sido el cierre. En su web anuncian que suspenden la venta tanto de la máquina como de los cartuchos con fruta. La próxima semana será la última en el mercado.

Han ofrecido 90 días para devolver el dinero a los que adquirieron la máquina, sin importar cuándo la comprasen. La plantilla tiene un margen de 60 días para encontrar un nuevo empleo.

El fundador de esta idea marchita es Doug Evans, que lanzó el producto en marzo de 2016. Antes fundó Organic Avenue, una cadena de restaurantes de comida sana que se declaró en bancarrota.

Jeff Dunn, exdirectivo de Coca-Cola y CEO de Juicero, no se ha pronunciado al respecto, en abril trató de aliviarse: “No es sencillo ver cómo durante una semana los titulares y las críticas se dirigen a un mismo sitio, pero estamos aprendiendo, escuchando y mejorando. Confiamos en superar la situación y mantener nuestra promesa para ayudar a la gente en su viaje hacia un estilo de vida saludable”.

Uno de los damnificados en esta operación es Mike Harden, un inversor de Artis Ventures, que ha aceptado inhabilitación por un año tras descubrirse sus malas prácticas. Entre su catálogo estaba Juicero, también Chefs Feed, Stringify y Practive Fusion.