Seis meses pagando con el reloj: muchas ventajas y un gran inconveniente
El pago con el Apple Watch aún no es reconocido por muchos comerciantes
Apple Pay llegó por fin a España y con él la posibilidad de pagar no solo con el móvil, sino también con el reloj (aunque lo cierto es que fue Samsung quien se adelantó ofreciendo el pago a través del móvil gracias a su plataforma Samsung Pay). Pagar mediante el teléfono suponía sin duda todo un adelanto cargado de ventajas que no podía obviarse: el móvil lo llevamos siempre encima y por primera vez, parecía posible no necesitar llevar la cartera en el bolsillo. Pero si utilizar el smartphone como medio de pago era todo un avance en el día a día ¿qué diríamos de emplear el reloj como sustituto del billetero? Hemos probado esta realidad durante varios meses y la experiencia ha sido sensacional, aunque con ciertos sinsabores.
Cómo funciona
No hay discusión posible: la tecnología funciona y pagar mediante el reloj es tan sencillo y efectivo que resulta casi insultante. Apple ha logrado trasladar con gran eficacia su plataforma de pago -Apple Pay- al Watch sin estridencias y con una eficacia prácticamente total (tan solo falló uno pago de cientos y fue debido a un problema del lector del comercio).
El funcionamiento es sencillo: el comerciante debe habilitar el cobro como si se tratara de una tarjeta de crédito y el cliente deberá pulsar dos veces el botón lateral inferior del reloj para activar Apple Pay; hecho esto, al acercar el Watch al lector de tarjetas de crédito para consolidar el pago. El cliente notará una vibración en su muñeca confirmando el pago y el comerciante el mismo mensaje que vería al acercar una tarjeta de pago. El único requisito en todo el proceso es que el terminal de pago sea contactless (y la aplastante mayoría de ellos lo es).
La plataforma de pago de los de Cupertino por el momento opera en nuestro país con el Banco Santander y American Express, aunque muchos usuarios han encontrado una alternativa gratuita y sin necesidad de cambiar de banco empleando la tarjeta de pago de Carrefour, también soportada por la plataforma.
“Voy a pagar con el reloj”
El sistema funciona a la perfección y el pago es instantáneo, sin embargo, pagar con el reloj no resulta siempre fácil, por es el gran desconocimiento que existe entre los comerciantes acerca de esta nueva forma de pago. El problema llega cuando se indica que se quiere pagar “con el reloj” y señalando con el dedo el dispositivo para avisar que no se trata de una broma: en nuestra experiencia, la gran mayoría de los comerciantes desconocían que podía pagarse con el reloj e incluso en algunos casos -muy pocos, la verdad- se excusaban diciendo que su comercio “no soportaba” esta forma de pago.
La gran mayoría de los comerciantes desconocían que podía pagarse con el reloj e incluso en algunos casos se excusaban diciendo que su comercio “no soportaba” esta forma de pago
Es aquí donde el usuario indica al comerciante que debe de activar el pago como si fuera mediante tarjeta y que si el TPV es contactless, no habrá problema. Tras las explicaciones y la realización del pago, siempre hay caras de asombro y sorpresa y en varias ocasiones se escucha un “con el móvil me habían pagado, pero con el reloj, nunca”. El gran inconveniente es que este proceso se repite tantas veces que en muchas ocasiones uno se ve tentado de pagar con tarjeta para terminar antes.
Las grandes cadenas sin embargo sí están más familiarizadas y el pago suele ser más rápido. Otro gran inconveniente tiene lugar en los restaurantes, en los que al pedir la cuenta y mostrar la tarjeta de crédito, el camarero sabe que debe ir a por el lector ¿Cómo lo hacemos con el reloj? En nuestro caso, la trampa consistió en mostrar primero la tarjeta y luego anunciar que el pago sería con el Watch.
Es el futuro… cuando nos lo creamos
El pago mediante el reloj es tremendamente cómodo: se realiza mediante un par de pulsaciones y aproximar el dispositivo; es además muy seguro al estar vinculado al reloj y para los que piensen que si perdemos el reloj, cualquiera puede pagar con él, el terminal solo opera cuando está colocado en nuestra muñeca y desbloqueado (se bloquea solo en cuanto nos lo quitamos).
Por si todo esto fuera poco, no es necesario llevar el móvil encima para efectuar un pago. Sin embargo, el pago mediante el reloj sigue enfrentándose a la barrera del desconocimiento y la desconfianza por buena parte de los comerciantes, y esto puede suponer un obstáculo para los más tímidos que opten por los métodos de pago tradicionales.
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