Google Glass se hace inteligente
La última actualización de las gafas permite ver películas y reconoce más órdenes
Salieron a la luz hace poco más de un año pero hasta el pasado mes de mayo no se pudieron tocar. Fue entonces cuando Google vendió las primeras Google Glass, sus gafas con Android, a 1.500 dólares. No salieron abiertamente al mercado, sino solo para desarrolladores de aplicaciones registrados previamente.
Facebook y Twitter, dos de los servicios más populares de Internet, se apresuraron a anunciar su llegada a esta plataforma. Se podrán ver las fotos de los contactos, cambiar el estado, comentar en el muro o dictar tuits mientras se camina por la calle, pero esto no borra la sensación de decepción inicial al probarlas. Futuristas e innovadoras pero con poco por hacer más allá de grabar vídeo, hacer fotos, consultar una dirección en un mapa, tener un pronóstico del tiempo, buscar o navegar.
Google está intentando mejorar esta percepción con una nueva actualización de software. Glass servirá para ver películas. Bastará con un toque en la patilla para comenzar el visionado o pararlo. Si se desliza el dedo, avanza o retrocede rápido, como el rebobinado tradicional. Estos controles servirán también para los vídeos grabados en primera persona o aplicaciones como CNN, que ya están trabajando en su adaptación al formato. Otra mejora es la toma de notas con Evernote. Algo bastante lógico si se van a usar mientras se va por la calle.
Si Apple cuenta con Siri, su mayordomo virtual, Google usa Now! para contestar preguntas con resultados adaptados al usuario. Cuanto más se usa, más acertados son sus resultados. Siempre que no se tenga miedo a que Google nos diga cada mañana a qué hora se debe salir de casa para llegar a tiempo al trabajo. Sirve también para sugerir restaurantes, museos o lugares de ocio cuando se está de viaje tomando como referencia los gustos del dueño de las gafas. La integración de este servicio, según Google, el futuro de las búsquedas, dará mucho más juegos y será casi todo por reconocimiento de órdenes de voz.
Las novedades apuntan a un uso más natural del aparato. Mejor reconocimiento de voz y menos necesidad de ayudarse con la mano. Por cierto, están pensadas para diestros. Esta será la base sobre la que trabajar, pero la clave estará en su capacidad para que esos desarrolladores saquen el máximo partido de su aparato.
Google quiere ganarse el favor de los creadores de programas para liderar el sector de los dispositivos para llevar puestos antes de que su competencia mueva ficha. Tanto Apple como Samsung trabajan en relojes con conexión al móvil que ofrecen información parecida a la de las gafas pero sin la capacidad multimedia de Glass.
En España ya las están utilizando Julián Beltrán, de la empresa de software Droiders, y MashmeTV, una aplicación de videoconferencias y conexión remota. Víctor Sánchez, su creador, le augura un amplio mundo de posibilidades en cuanto a interacción en grupo. En todo caso, Google se reserva el derecho de veto de publicación de los programas. En junio rechazaron una aplicación de contenido pornográfico.
La espera hasta su llegada al mercado de consumo comienza a ser demasiado larga. Su salida está prevista para comienzos de 2014 y el precio rondará los 300 euros. Mucho más razonable, pero no son independientes. Las gafas deben estar conectadas a un móvil, del que toman datos, conexión, perfil del usuario, memoria de fotos. Son un complemento para teléfonos Android.
Entre las dificultades para su éxito está la propia necesidad de conectarse a un móvil, la escasa privacidad para los que están alrededor del usuario y también la batería. El conector para cargar es el mismo que el de los móviles Android, MicroUSB, pero no tienen autonomía suficiente por lo que ya hay proyectos para crear añadir energía desde una fuente de alimentación externa.
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