El increíble éxito de Snapchat
La aplicación creada por dos jóvenes de Stanford elimina en segundos las fotos y mensajes que envía
Lo efímero ahora tiene valor, al menos para los usuarios de teléfonos móviles. Cada día se envían más de 60 millones de fotos o mensajes por medio de una aplicación llamada Snapchat y, después de ser vistas durante unos segundos, las misivas se esfuman. Estas apariciones y desapariciones —en un volumen que equivale a más de una décima parte del consolidadísmo volumen de Facebook— han convertido a una pequeña empresa de reciente creación en un éxito tecnológico que ha captado a millones de usuarios y cuenta con el respaldo de algunos de los nombres más respetados de Silicon Valley, aunque no gana dinero.
Dado que las imágenes enviadas a través de la aplicación se autodestruyen segundos después de abrirse, Snapchat está siendo adoptado como antídoto a un mundo en el que prácticamente cualquier sentimiento, celebración y momento de la vida es capturado y después compartido, registrado, aprobado, comentado, almacenado, buscado y vendido. Para quienes no deseen preocuparse por que fotos poco favorecedoras o actualizaciones de estado embarazosas vuelvan para atormentarlos, el atractivo de la aplicación resulta obvio.
Los estudios muestran que muchos están cansándose de los perfiles pulidos y las ofertas publicitarias de Facebook. Además, los usuarios jóvenes de Facebook son cada vez más conscientes de la permanencia del contenido que se comparte online. A medida que cambian las percepciones sobre las redes sociales, otras empresas, incluidas Wickr, Vidburn y el Poke del propio Facebook, han lanzado recientemente productos de mensajería y vídeo que se autodestruyen tras un periodo de tiempo determinado.
“Ha quedado clara la perversión de las redes sociales”, opina uno de los fundadores de Snapchat, Evan Spiegel, de 22 años. “Compartir momentos que no viven para siempre tiene mucho valor”, añade.
“La gente quiere comunicarse de una forma real”, señala Lasky. “El verdadero yo, a diferencia del yo proyectado. Ese fue el aspecto que más me llamó la atención”
El servicio Snapchat, que nació hace dos años y no ha dejado de ganar usuarios, ha sido calificado como un sistema popular para que la gente, en especial adolescentes, envíen fotografías subidas de tono. Pero Spiegel y su cofundador, Bobby Murphy, de 24 años de edad, niegan que esté cobrando fuerza solo por los intercambios lascivos. Murphy describe el servicio como “una herramienta digital para pasarse notas en clase”.
“No puedes crear un negocio basado en el sexting”, señala Spiegel, empleando el término que designa el envío de imágenes picantes a través de chats de texto. “Es un caso específico. Pero esto es mucho más”.
Sean Haufler, de 21 años, que estudia informática en la Universidad de Yale y es usuario de Snapchat, lo consideró una “tontería” cuando su hermana pequeña, que estudia secundaria, le habló de él por primera vez. Pero empezó a darse cuenta de que era una forma mucho más íntima de comunicarse con los amigos. El peso emocional del contenido es mayor, asegura, porque los mensajes son directos y personales. “La gente es muy consciente de sí misma en lo relativo a sus perfiles de Facebook”, dice. “El contenido está muy maquillado y seleccionado; es el mejor retrato posible de uno mismo”.
Scott D. Cook, fundador de Intuit y destacado empresario e inversor, se ha convertido en mentor de los fundadores de Snapchat. La empresa ha recaudado recientemente 13,5 millones de dólares en fondos de capital riesgo, con Benchmark Capital, que la valora en 60 o 70 millones de dólares aun careciendo de un caudal de ingresos consolidado, a la cabeza.
Facebook ha tomado nota de este deseo de no permanencia, sobre todo porque Snapchat, según las estadísticas de Nielsen, atrajo a 3,4 millones de usuarios en diciembre, más del doble que el mes anterior. Mark Zuckerberg, consejero delegado de Facebook, se reunió con la compañía en diciembre, según los fundadores de Snapchat. Poco después, Facebook presentó una aplicación similar llamada Poke. En cualquier caso, esto corrobora la idea de que lo fugaz puede tener un valor duradero.
En una entrevista mantenida en Palo Alto, California, Peter Deng, director de gestión de productos de Facebook, decía que Poke concordaba con la estrategia de experimentación de la empresa. “La demanda proviene de la vida real”, opina. “La gente quiere algo más ligero y menos permanente que un mensaje”.
Mitch Lasky, que dirigió la inyección monetaria de Benchmark, conoció la aplicación a través de su hija de 16 años. “Empecé a oír hablar de Snapchat en el mismo contexto que Twitter, Instagram y Facebook”, dice, “y despertó mi curiosidad”.
Su empresa era consciente de la mala reputación de Snapchat por el sexting, pero los socios “vieron el panorama general” del posible afianzamiento de la empresa en el mundo de las redes sociales. “La gente quiere comunicarse de una forma real”, señala Lasky. “El verdadero yo, a diferencia del yo proyectado. Ese fue el aspecto que más me llamó la atención”.
Aunque Snapchat proclama que no puede ver ni almacenar copias de contenidos, el servicio todavía permite a los usuarios hábiles realizar capturas de fotos. Murphy describe ese mecanismo como una “función, no una vulnerabilidad”. Cada vez que se realiza una captura, se alerta al remitente.
También se ha hablado de lagunas y pirateos que permiten a los usuarios guardar vídeos y capturas de pantalla. “Nada desaparece nunca en Internet”, reconoce Spiegel.
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