El lector electrónico languidece

El libro electrónico goza de buena salud; el lector electrónico, no. Las últimas cifras proporcionadas por Digitimes Research indican que las ventas de e-readers caerán este año más de la mitad (un 57%) respecto al anterior.

En la presentación de la tableta iPad en 2010, Steve Jobs auguraba la muerte de los miniportátiles netbooks, entonces aún en boga, y los lectores electrónicos. Mientras, efectivamente, el miniportátil ha desaparecido, en el caso del lector electrónico su existencia languidecerá durante el próximo lustro. La rebaja de precios, de los iniciales 200 euros a los menos de 80 actuales, no variará la tendencia.

En 2012 se venderán menos de diez millones de unidades (9,82), lo que significa un 57,3% menos que en 2011. En el trimestre navideño, el comsumidor adquirirá tantos ebooks como en el resto del año (4,57 millones), pese a lo cual serán la mitad que en la Navidad de 2011. La mitad de todas las ventas se las seguirá llevando Amazon con su Kindle (55%), seguido de los modelos Kobo (20%), Barnes and Noble (10%) y Sony, el inventor de este aparato, con el 6%.

Finalmente, tabletas (pantallas de 7 y 9 pulgadas) y smartphones (pantallas de hasta 5 pulgadas) se están haciendo con el aficionado a la lectura, pese a que sus pantallas están adaptadas más a las imágenes que a las letras. Sus reflejos impiden la correcta lectura durante horas, sin embargo la continua mejora de contrastes y el cambio de hábitos de lectura (textos más cortos, menos letra y más grafismo) están relegando el e-reader al estrecho nicho del lector empedernido.

No es una cuestión de crisis ni de precios del aparato (lKindle, 69 dólares). según Digitimes Research, en 2015 las ventas no pasarán de los cinco millones de unidades frente a los 300 millones de tabletas. El lector, principalmente lectora, seguirá fiel a un aparato que solo sabe pasar hojas, no brilla y no tiene avisos para tuits, mensajes o avisos telefónicos.