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Déjame tu camiseta para cargar el móvil

Dos científicos de Carolina del Sur convierten una tela de algodón en una fuente de almacenamiento de energía

Xiadong Li muestra la flexibilidad de su tela.
Xiadong Li muestra la flexibilidad de su tela.

Las viejas camisetas siempre han sido un buen trapo de cocina o un paño para quitar el polvo. Pero, ¿se imagina un futuro donde la ropa que lleve pueda ser utilizada como batería?

Una de las materias pendientes del incesante desarrollo tecnológico es encontrar la forma de que sea más ecológico. Los miles de aparatos creados anualmente producen toneladas de basura que perjudican el planeta.

Y los científicos buscan alternativas. Formas de reutilizar el material o nuevas tecnologías más amigables con el medioambiente. Dos científicos de la Universidad de Carolina del Sur han dado un paso en esa dirección al convertir el algodón de un polo en una batería.

Algún día nuestra ropa tendrá más utilidades. Eso pensó el doctor Xiaodong Li, que aboga por la integración total de lo electrónico en nuestras vidas. Junto a su colega, el doctor Lihong Bao, ha publicado un artículo en la revista Advance Materials sobre como convertir una camiseta de algodón en una fuente de almacenamiento de energía eléctrica.

Escogieron una prenda blanca, una camiseta de algodón barata de esas que venden en cualquier tienda. La sumergieron en una solución de fluoruro y la calentaron a temperaturas muy altas en un horno al vacío -sin oxígeno para evitar que se chamuscara o ardiera.

De esta forma convirtieron la celulosa del algodón en carbono activado pero con la misma flexibilidad de la tela original, por lo que puede doblarse sin romperlo.

La intención, según el doctor Li, es crear una batería flexible que permita el desarrollo de aparatos electrónicos amoldables. El científico cree que pronto habrá móviles y portátiles enrollables en el mercado.

Al utilizar pequeños trozos de tela como un electrodo para "cargar" la camiseta, notaron que el material puede utilizarse para actuar como un condensador, algo que casi todos los aparatos electrónicos del mercado tienen para almacenar una carga eléctrica. De hecho, la tela resultó ser un condensador doble, por lo que acumula más energía que uno normal.

Pero no les bastó y fueron un poco más allá. Revistieron cada una de las fibras de la tela de algodón convertida en carbono activado con nanoflowers de óxido de manganeso. Es decir, con gotas del compuesto químico de un nanómetro de espesor.

El rendimiento de la tela mejoró y con el aditivo se convirtió en un supercondensador de gran magnitud. De hecho, aún tras miles de ciclos de cargas y descargas, su capacidad de almacenamiento no disminuyó más de un 5%.

“Si los juntamos se puede cargar aparatos electrónicos como el móvil o un portátil” explica el científico.

Li destaca la importancia de este experimento para una tecnología más sostenible. "Los métodos anteriores utilizaban aceite, combustible o químicos dañinos para el medio ambiente" asegura el doctor. "Nuestro método es más barato y ecológico".

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