El sensor soy yo

Si quiere saber los índices reales de contaminación en su casa o barrio, consiga un Smart Citizen Kit (SCK). Al estilo de los paquetes de desarrollo para crear aplicaciones, que popularizan la producción de software, SCK convertirá a cualquier ciudadano en un recopilador de datos, desde la calidad del aire, temperatura y ruido a la humedad o la intensidad de la luz. Impulsado por el Fab Lab  de Barcelona, situado en la Instituto de Arquitectura Avanzada de Barcelona (IAAB), “aspira a democratizar, pero sobre todo a humanizar el proceso de recogida de datos en las ciudades. A compartirlos en tiempo real en la Red para que sean útiles para la transformación social”, explica su director, Tomás Díez

El proyecto necesita financiación. Casi 20.000 euros que sus impulsores buscan a través de la plataforma de micromecenazgo Goteo. Dinero que servirá para construir la placa electrónica, basada en la plataforma de hardware libre Arduino. Equipada con cinco sensores y una antena wifi, permitirá captar los datos ambientales, subirlos a Internet en tiempo real a través de la plataforma online Smart Citizen y compartirlos con otros ciudadanos a través de las redes sociales. El objetivo es que sea utilizada por cualquiera, no necesariamente alguien experimentado en electrónica. Aquellos con mayores conocimientos técnicos, podrán añadir capacidades a la placa, como sensores de consumo de energía, agua… en función de sus necesidades.

“Los ordenadores nos han permitido crear contenidos, e Internet que podamos compartirlos. Ahora es el momento de actuar en el mundo físico mediante ambas herramientas. Mediante el desarrollo y distribución de kits de sensores urbanos, vamos a utilizar dispositivos para subir información del entorno a la web (como cuando enviamos mensajes a redes sociales, o posteamos vídeos e imágenes) y de ese modo visualizar y compartir valores como por ejemplo la contaminación de aire o sonora de allí donde queramos”, detallan en la página del proyecto.

Como en otras campañas de financiación colectiva, Smart Citizen también necesita ayuda no monetaria. Gente, para entendernos, que ya dispongan de placas y sensores abiertos, y se quieran unir a la iniciativa, que se pone en marcha en septiembre, para empezar a tejer esta  red ciudadana en Barcelona.

Además, buscan ingenieros electrónicos y programadores que les ayuden a desarrollar la plataforma Smart Citizen. Allí,  los ciudadanos compartirán datos, recursos y conocimiento, porque pretendemos "conectar a las personas con su entorno con el objetivo de avanzar en el desarrollo de las ciudades inteligentes". También animan a impresores y diseñadores 3D a que se una a la iniciativa y compartan los objetos que ellos mismos fabrican.

Existen otras iniciativas de medición de datos. Por ejemplo, Air Quality Egg, que se financió a través de la plataforma neoyorquina Kickstarter. Sus impulsores pedían 39.000 dólares y recaudaron 144.000 dólares (117.000 euros). El sistema permite a cualquiera que primero fabrique y luego mida la concentración de monóxido de carbono del aire, entre otros parámetros.

Tanto Smart Citizen como Air Quality Egg beben de Pachube (ahora Cosm). Abierta y colaborativa, en esta plataforma, interfaz de programación de aplicaciones (API) y comunidad a la vez confluyen aparatos, información y desarrolladores para construir el llamado Internet de las cosas, una red de objetos cotidianos conectados, desde 2008.

Hasta ahora, Smart Citizen ha recaudado 1.234 euros de 20 contribuyentes. El premio por participar varía en función del dinero aportado. Desde el simple reconocimiento con el nombre en la web  (5 euros) a 10 placas electrónicas con sus correspondientes sensores y 10 entradas para los talleres y conferencias sobre las nuevas herramientas al servicio de la ciudadanía (sensores, impresoras 3D, plataformas de código abierto...) que se organizan en Barcelona por 2.500 euros. Tiene tiempo hasta el 31 de julio para participar.