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Una tele bajo el brazo

La pantalla del nuevo iPad casi iguala la calidad del papel de revista y supera a todos sus rivales

KEVORK DJANSEZIAN (AFP)

Puede parecer una cuestión menor que la tercera generación del iPad de Apple, presentada el miércoles en San Francisco, solo marque verdadera distancia con la anterior en la resolución de la pantalla. Pero si analizamos con lupa lo que supone el cambio vemos que se trata de una importante evolución tecnológica, tanto que las consecuencias de ese cambio probablemente arrastren a otros fabricantes a seguir los pasos de Apple, y no solo en lo que respecta a dispositivos móviles.

La tecnología retina display de esta tableta, que eleva la resolución de la pantalla hasta el punto de que el ojo no percibe la trama de píxeles que la componen, ya la habíamos visto en las dos últimas versiones del iPhone. Pero a la hora de procesar las imágenes es mucho más complejo hacerlo en un aparato que muestra imágenes con un tamaño de 2.048x1.536 píxeles, que es la resolución del nuevo iPad, que trabajar con imágenes de 960x640 píxeles, como las que vemos en la pantalla de los iPhone. Por eso el principal cambio a nivel en interno en la tableta es el procesador gráfico de cuatro núcleos que incorpora el chip A5X.

Hay que tener en cuenta que incluso los vídeos de alta definición Full HD (1920 x 1080) que capta la nueva cámara integrada deben ser hinchados mediante interpolación para adaptarse a la apabullante resolución de esta pantalla de 9’7 pulgadas, que a pesar de su tamaño tiene una definición muy superior a las de los televisores y monitores que actualmente se comercializan. La densidad de la trama de píxeles (264 puntos por pulgada) es tan alta que casi iguala a la de una fotografía impresa en el papel cuché (300 puntos por pulgada).

Por lo que la diferencia con una pantalla de televisión o un monitor estándar es enorme, ya que la mayoría de estos aparatos hoy sólo muestran imágenes con una trama cuya densidad es de 72 puntos por pulgada. Como suele pasar con Apple no se conoce el fabricante de esta nueva pantalla, pero hasta la fecha sólo se había visto una resolución semejante a la del nuevo iPad en monitores especialmente diseñados para aplicaciones médicas, como los que fabrica la empresa Nec, y en una pantalla para tabletas presentada por Samsung hace poco.

Tal definición solo se reservaba para monitores dedicados a la medicina

En fotografía estos cambios suponen que la nueva pantalla tiene la misma resolución que una imagen de tres megapíxeles. Por eso no es de extrañar que la cámara del iPad haya elevado su definición de menos de un megapíxel a cinco, igualando así a la que equipa el iPhone 4. Probablemente no se han alcanzado los ocho megapíxeles de la cámara del iPhone 4S porque en una tableta más que el tamaño de las fotos lo que importa es que sea capaz de grabar vídeo con calidad Full HD. Algo que ya incorporaba el penúltimo iPhone.

A la hora de mostrar texto en pantalla las diferencias también son notables. Pues la resolución con la que vemos los caracteres en pantalla en el dispositivo de Apple prácticamente dobla ahora a de los libros electrónicos de la gama Kindle. Aunque como sucedía anteriormente la tecnología de la tinta digital cansa mucho menos la vista, pues las pantallas de estos aparatos no emiten la potente luz del iPad; incluso algún estudio científico señala que la lectura con esta tableta produce insomnio. Pero la inmensa mayoría de libros electrónicos no pueden mostrar más que 16 tonalidades de grises y son incapaces de reproducir vídeo.

Este cambio de paradigma en lo que a respecta a la definición con la que vemos vídeos, fotos y leemos en una tableta puede tener paradójicamente algunos efectos colaterales imprevistos. Cuando aparecieron las primeras películas en Blu-Ray y los televisores Full HD se produjo una fuerte controversia sobre si eliminar o no el grano del celuloide al remasterizar películas antiguas. Algo similar puede suceder con el nuevo iPad.

Los textos se ven el doble de claros que en un lector Kindle, pero cansan más la vista

Las imágenes, bien sean vídeos o fotos, que aparezcan en las aplicaciones de la App Store de medios de comunicación al adaptarse al nuevo formato revelarán detalles y texturas que incluso no podemos percibir en el clásico papel de periódico (que se imprime en ocasiones con menos de la mitad resolución de la nueva pantalla del iPad).

Es sólo un ejemplo de los retos técnicos y estéticos que plantea el drástico aumento de resolución de esta tableta, unos cambios que pueden extenderse a otros dispositivos. Pues la convergencia entre el sistema operativo OSX de los Mac y el iOS de los dispositivos móviles cada vez es mayor. Por lo que no sería de extrañar que pronto veamos ordenadores de Apple con tecnología retina display, lo que provocaría un efecto dominó en las marcas de la competencia.

 

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