El imperio del 'smartphone'
Barcelona reúne desde el lunes a casi 2.000 empresas telefónicas, la industria más dinámica Mil millones de terrícolas tendrán un móvil inteligente a finales de año, a pesar de sus precios Microsoft presenta su nuevo sistema operativo W8 y Mozilla se estrena con el suyo
Bienvenidos al planeta de la no crisis, donde todo crece y crece y crece; antes por Europa y Estados Unidos; ahora por Latinoamérica, India y China. Es el planeta del Mobile World Congress (MWC), el congreso mundial móvíl. No es la feria de la telefonía, tampoco la del móvil, es la feria del
Apenas un cuarto de siglo ha pasado del teléfono fijo —que solo valía para hablar si se estaba en casa— al móvil —que permitía moverse y hablar, y poco más—. En ambos casos, un negocio de fabricantes y operadoras. A estas les cayó el maná imprevisto con los SMS, el auge de los mensajes cortos que aún les proporciona el 14% de sus ingresos.
Pero ahora es el tiempo del móvil inteligente. Lo que ayer valía, hoy ya no (What's App y redes sociales están matando al SMS); los que ayer mandaban hoy van a rastras (Nokia). Más aún, el futuro de cualquier empresa pasa por su adaptación al smartphone y a su conexión permanente a Internet.
Los smartphones crecieron un 53,5% en 2011, 432 millones de estos aparatos vendidos en todo el mundo, el 34% del total. A final de año habrá mil millones de terrícolas con un móvil inteligente en sus manos, según los datos de Telecoms and Media. El smartphone no es, como se predecía hace un par de años, un artículo de lujo, sino un bien de primera necesidad. De aquí a cuatro años, la penetración de estos aparatos se multiplicará por nueve en Pakistán, por seis en Indonesia, por cinco en Japón y Nigeria, por tres en China y Brasil.
Su penetración supera el 50% en España, generando una nueva economía. La mitad de sus propietarios los emplea para hacer compras, según un estudio de ComScore, entre otras actividades.
A la rápida expansión del móvil no es ajena la posibilidad que del negocio pueda aprovecharse alguien más que operadoras y fabricantes. Es una vía de ingresos para todos, desde la industria del automóvil a la sanidad pública. El smartphone ahorra visitas rutinarias al médico, sirve de controlador permanente de nuestro signos vitales, vigila la medicación o descubre enfermedades en su estadio precoz.
En la feria de Barcelona, los focos se van a dirigir a los espectaculares nuevos móviles, pero lo más importante no se ve: son los sistemas operativos —con las novedades de Mozilla y W8 de Microsoft — y sobre todo los chips, cada vez más rápidos y listos. Los procesadores de cuatro núcleos de Qualcomm (Snapdragon 4) y de Nvidia (Tegra 39), nacidos por y para el smartphone son capaces de entenderse con ordenadores y televisores, conectarse a las redes sociales, realizar pagos o reproducir acontecimientos en tiempo real y en alta definición. Todo a la vez, en un mismo chip, y gastando menos energía, avance fundamental para la pesadilla de cualquier dueño de un móvil: la duración de la batería, un terreno en el que no se avanza lo suficiente por motivos físicos.
El pasado año el móvil inteligente generó en otras actividades 41.000 millones de dólares, la tercera parte que dentro de cuatro años. En 2011 los que más provecho sacaron del móvil fueron los juegos (31,5% de todos los ingresos), la música (21%) y las aplicaciones (16%), pero en cuatro años mandarán los pagos y las aplicaciones.
En ese paréntesis también van a cambiar las actividades de sus dueños, aprovechándose de la banda ancha y de la conectividad en cualquier rincón. Mientras que el tráfico de fotos apenas se triplica, el de las aplicaciones se multiplica por 15, el de las publicaciones por 13 y el del vídeo por 22. El tráfico telefónico crecerá un 62% cada año hasta 2016, la minoría será voz.
Ni siquiera hay que ser una empresa para generar dinero del smartphone. El individuo es un negocio andante. Un informático es una empresa, un desarrollador de aplicaciones. Grandes fenómenos del mundo actual no han necesitado más de media docena de personas, como es el caso de Angry birds o la aplicación What's App. Todo ello solo es posible con un móvil inteligente. Es el imperio del smartphone.
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