Acer quiere dejar atrás el 'low cost'
La marca trata de recuperarse de una caída del 30% en su facturación
Acer no quiere quedarse atrás. Este fabricante mundial de ordenadores era todo un desconocido a pesar de llevar 35 años en el mundo de los componentes informáticos. En 2001 decidió cambiar su estrategia y lanzarse al mercado con ordenadores con su propio sello: entró en la carrera de los grandes. Su época dorada llegó con los netbook, esos pequeños ordenadores con precios asequibles que causaron furor entre 2008 y 2009. Pero la decadencia de este producto y la gestión del anterior consejero delegado, Gianfranco Lanci, la han puesto en el punto de mira. "Ahora nos movemos hacia el valor para el usuario", cuenta Jim Wong, presidente corporativo en la sede de la empresa en Taipei (Taiwan). Quieren vender productos de gama alta.
Actualmente es el cuarto fabricante mundial de portátiles, por detrás de Hewlett-Packard, Lenovo y Dell. Llegó a ser el segundo en 2009, pero se quedó atrás después de una importante caída de sus ventas, tras la que Gianfranco Lanci abandonó su puesto. Según explican fuentes del sector, Lanci no ajustó la producción al nuevo ritmo de ventas, lo que redujo mucho la rentabilidad de la compañía. Ahora, según la nueva cúpula directiva, han enderezado los inventarios. Aún así, los resultados preliminares del tercer trimestre arrojan una caída de ingresos del 30% respecto a un año antes, hasta los 3.800 millones de dólares (2.918 de euros) y unas pérdidas de 36 millones de dólares (unos 27 millones de euros). Un trimestre antes ya había perdido 236 millones de dólares (181 millones de euros).
Wong cree que se enfrentan a un gran reto "los próximos dos o tres años". El mundo, dice "se mueve hacia las tabletas". Y ellos también. Al ritmo que marca Apple con su famosa iPad. "La vida de los dispositivos es cada vez más corta. La sensación de los netbook se desarrolló durante cuatro años. Las tabletas llegaron hace solo un año, y ya son habituales entre los consumidores", señala. Tan rápido como se mueve el mercado, se mueve la competencia. Acer no es la única que apuesta por las tabletas. Su compatriota Asus, por ejemplo, ha tomado una estrategia parecida.
También el MacBook Air de Apple parece marcar los pasos del ultrabook de Acer, otra de las modas actuales: ordenadores finos, ligeros, muy potentes gráficamente y que se encienden instantáneamente al abrirlos, como si fueran una tableta. El de Acer se llama Aspire S3, y se vende desde el pasado octubre. Pero aunque quiere posicionarse en productos de gama más alta que los que le han hecho famosa, en cuestión de precios sigue por detrás.
Sus tabletas funcionan con Windows 7 y con Android. Ahora preparan una nueva generación. Acer sabe que en EE UU y en Europa el mercado no dará tantas alegrías como años atrás, por culpa de sus debilitadas economías. Por eso se fija en otros mercados. En China, por ejemplo, espera que sus ventas crezcan el año que viene un 20%. También Rusia le parece interesante al presidente. Y ve potencial en las ventas de países como India, Indonesia, Brasil o Colombia.
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