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La UE critica la "interferencia de Estados Unidos" en el rechazo del dominio '.xxx'

Las páginas porno no tendrán dominio propio

La decisión del ICANN, organismo que dirige el sistema de dominios de Internet de rechazar un nuevo dominio de Internet '.xxx' para sitios pornográficos no ha sentado bien en la Unión Europea que considera que el resultado negativo se ha producido por interferencia política de Estados Unidos.

El consejo directivo de la Corporación estadounidense de Asignación de Nombres y Números (ICANN) rechazó el miércoles la creación de un dominio propio de páginas porno. Nueve votos en contra frente a cinco inclinaron la balanza pese a que hace un año el ICANN aprobó la creación del dominio. La iniciativa pretendía ofrecer a los propietarios de estas páginas una terminación específica en vez del general .com adoptado para los sitios comerciales en general.

Los que estaban a favor decían que un dominio .xxx haría más fácil limitar los sitios de sexo o filtrarlos, pero los críticos como el Consejo de Investigación Familiar, un grupo religioso conservador con sede en Estados Unidos, afirmó que sólo legitimaría a la industria del porno.

Martin Selmayr, portavoz de la comisaria europea de Sociedad de la Información y Medios de Comunicación, Viviane Reding, declaró que la decisión tomada en un "claro ejemplo de primer caso claro de interferencia política en la ICANN" y recalcó la necesidad de hacer que la corporación sea independiente. La ICANN no puede hacer cambios en el sistema de nombres de dominio sin la aprobación del departamento de Comercio estadounidense.

"Es un desarrollo preocupante que la administración estadounidense haya interferido en este proceso", declaró Selmayr que instó a que se llevaran a cabo más pasos para completar la privatización del ICANN para desvincularla de la vigilancia del departamento de Comercio.

En la cumbre en Túnez celebrada el pasado noviembre, Estados Unidos evitó intentos de arrebatar el control del sistema de nombres de dominio al departamento de Comercio. El control estadounidense del sistema de nombres de dominio se ha convertido en un punto clave para países como Irán y Brasil, que argumentan que éstos debían ser administrados por las Naciones Unidas o algún otro organismo global. Estados Unidos defiende que dicho organismo restaría innovación por la burocracia.

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