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Los dibujantes de videojuegos buscan el reconocimiento artístico

El éxito comercial ya no es suficiente, por eso, varias exposiciones en California reivindican el papel de los videojuegos como musa del arte actual

Al igual que ocurrió a los artistas pop de los años 70 con el mundo del cine y el cómic, desde que los videojuegos entraron a formar parte de la cultura popular, decenas de creadores han encontrado su inspiración en las imágenes y bandas sonoras de este entretenimiento. Por eso, los diseñadores de esta industria que mueve más de 5.000 millones de euros al año quieren que se les reconozca algo más que el éxito comercial: la calidad artística. Esa es la pretensión de varias muestras que estos días coinciden en el estado de California, Estados Unidos.

Una irreverente exposición sobre los primitivos videojuegos de hace 15 años es una de ellas. "Todo el mundo piensa que los videojuegos no son arte pero vamos a demostrarles lo contrario", explicó John Gibson, comisario de la nostálgica muestra, la noche inaugural de la Galería 1988 de Hollywood, que acoge la exposición. Aquella noche, el objeto más admirado fue la portada del juego Pac Man, el popular Come cocos que ahora cumple 25 años. Se vendió por 3.000 dólares (más de 2.329 euros).

"He estado pintando durante años los callejones de alrededor y ahora estoy finalmente en la tienda", explicaba el artista Simkins en la inauguración, entre los visitantes que alborotaban las salas al ritmo de la "micro música" de las bandas sonoras de los videojuegos. Simkins era conocido por pintar graffitis y ahora ha encontrado su sustento en la productora de videojuegos Activision.

Al otro lado de la ciudad, el conservador Museo de Arte de Los Ángeles no quiere quedarse atrás. La muestra Into the Píxel es su apuesta por la nueva tendencia.

"Hay una nostalgia. Mire a la primera generación de jugadores. Ahora están fuera, tienen 40 años y miran con cariño al pasado", comenta también Marc Sherrod, director del Programa de Juego y Arte del Instituto de Arte de San Francisco.

Mario Manía

Mario es uno de los iconos más populares de los videojuegos de los años 80. Reconocible tanto para aficionados como para profanos, este fontanero italiano, bajito y bigotudo es el protagonista de varias de las obras expuestas en la galería 1988. Como Marilyn Monroe para los artistas pop, el icono de Mario es susceptible de crear fascinación. Así lo piensa Gabe Swarr que hace performances en 1988 con Mario como tema central: "Me encantaría coger un año de mi vida y hacer mi movimiento Mario", asegura.

Pero los videojuegos no sólo inspiran a artistas, sus diseños constituyen un enorme y creciente negocio de venta de camisetas, muñecos y otros juegos no electrónicos. "Para cualquiera menor de 35 años, las consolas son una parte tan importante de su vida como las películas", explica Keith Robinson, presidente de Intellivision Productions, una compañía del sector.

Robinson habla con conocimiento de causa, pues fue uno de los programadores del original de Intellivision, pionero en la industria. Ahora, como muchos de los amantes de las videoconsolas han madurado y reflejan su antigua pasión en nuevos intereses, como las manifestaciones artísticas, los diseñadores piden su parte: el legítimo reconocimiento como creadores.

<i>Super Mushroom Boogie</i> de Thomas Han expuesto en la galería hollywoodiense 1988.
Super Mushroom Boogie de Thomas Han expuesto en la galería hollywoodiense 1988.GALERÍA 1988

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