EEUU exporta basura tecnológica como donaciones a países pobres

Compañías sin fines lucrativos donan ordenadores obsoletos a comunidades pobres, cumpliendo así un doble objetivo: benéfico y ecológico: Sin embargo, aunque alivian a EEUU de su basura electrónica, traspasan ese problema a terceros países. Tan solo en 1998, veinte millones de ordenadores se quedaron obsoletos y sólo el 13 por ciento se reutilizaron, según cifras de la Agencia de Protección Ambiental (EPA).

El desecho de estos equipos en los vertederos estadounidenses está prohibido por su alto poder contaminante, ya que sus componentes son considerados desperdicios tóxicos por contener materiales dañinos para la salud, como plomo, mercurio, cromo hexavalente, baterías y tubos de rayos catódicos.

El problema sigue en aumento, dado que se espera que para el 2005 unos 250 millones de ordenadores quedarán obsoletos, pues muchas personas en Estados Unidos renuevan sus equipos cada tres a cinco años de promedio, según la EPA. Ante tal volumen de basura electrónica, compañías sin fines de lucro como Communications Integration (CI) de Miami, llevan ordenadores desechados por empresas privadas a comunidades de escasos recursos en el Sur de la Florida y Centroamérica. El propósito de CI es "incrementar el acceso a la educación tecnológica y el desarrollo de un país", según dice en un folleto informativo sobre sus actividades.

Exportar un problema ecológico

Estas donaciones son una solución a la necesidad imperante de reciclaje de ordenadores en los Estados Unidos, aunque no resuelve el problema de la contaminación de esos equipos, pues lo traspasa a los del Tercer Mundo. "Esto es una manera de transferir los problemas de desperdicios a otros países disfrazados de donaciones" comentó a EFE Michael Stanley-Jones, de la Coalición de Tóxicos de Silicon Valley (SVTC).

Según cifras del estudio "Exporting Harm" (Exportando el daño) publicado por SVTC el año pasado, se estima que de un 50 a un 80 por ciento de desperdicios electrónicos recolectados para el reciclaje son exportados a países como China, India y Pakistán, donde son "extremadamente contaminantes y pueden dañar la salud". El SVTC asegura que deshacerse de estos equipos es "más barato" en Asia que en EEUU debido a la "falta de estándares ambientales" en esa región. Además, "tales exportaciones aún son legales en Estados Unidos", a pesar de que países como China ha prohibido la importación de basura electrónica.

El presidente de CI, Sam Perales, asegura que su compañía busca empresas de reciclaje de equipos electrónicos "en países donde desarrollamos proyectos para que una vez que esos equipos ya no funcionen se puedan reciclar de manera apropiada". Varias de las donaciones de CI han ido a parar a Nicaragua, el segundo país más pobre de Latinoamérica.

Aunque las donaciones de ordenadores son un elemento clave para el desarrollo tecnológico de comunidades de escasos recursos, queda pendiente lo que la SVTC llama "el principio de justicia ambiental". Según SVTC, el Gobierno estadounidense y la industria tecnológica han dado pocas opciones viables a los consumidores, recicladores y gobiernos locales para manejar la basura electrónica, dejando el problema en manos de los exportadores.