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Declarado inocente uno de los autores del programa que 'rompe' el sistema anticopia de los DVD

La Justicia noruega antepone los derechos de los propietarios de estos discos frente a los de la industria cinematográfica

Jon Johansen, el programador noruego coautor del código que permite burlar el sistema anticopia de los DVD, fue declarado el martes inocente por un juzgado de Oslo. Este fallo, a la espera de una eventual apelación, pone fin a uno de los casos más polémicos sobre la protección de la propiedad intelectual en la Red promovido por la industria cinematográfica de EEUU.

Johansen tenía sólo 15 años cuando participó en el desarrollo del programa DeCSS.
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En 1999, Johansen y dos programadores que permanecen en el anonimato crearon una aplicación para romper el sistema anticopia de los DVD y poder reproducir estos discos en ordenadores equipados con Linux, el sistema operativo del software libre. Meses después, el programador noruego fue detenido por la Justicia acusado de delitos contra la propiedad intelectual y el código penal noruego, en un proceso que terminó el martes con la absolución de Johansen.

La justicia noruega considera que no hay pruebas que demuestren la relación entre romper un sistema anticopia y convertirse en un pirata, y antepone los derechos de los consumidores a la protección de los productos de la industria cinematográfica.

'Desordenar' el contenido

Los DVD están protegidos por un sistema de cifrado que impide su reproducción y copia en dispositivos y programas no autorizados. Básicamente, este sistema desordena el contenido de los discos para que no pueda ser reproducido por aparatos que no sepan cómo ha sido desordenado.

Los reproductores de DVD que se venden en el mercado tienen en sus circuitos el código informático que ordena de nuevo el contenido de los discos para devolverlo a su estado original y poder reproducirlo después. Esta tecnología se llama Content Scrambling System (CSS) y se vende bajo condiciones de alto secreto a los fabricantes de reproductores de DVD o de programas informáticos que permiten visionar películas en este formato.

El problema se planteó cuando la comunidad de usuarios de Linux quiso visionar DVD en sus ordenadores. La filosofía de este sistema operativo libre establece que los programas han de ser abiertos y deben ser copiados libremente, una teoría que choca frontalmente con el código del CSS, cerrado, propietario y disponible sólo para las empresas que paguen el precio de la licencia.

Pero por un desliz de la empresa Livid, fabricante de programas reproductores de DVD, el código del CSS quedó al descubierto y cayó en manos de la comunidad del software libre. Un grupo de programadores de esta comunidad descubrió la fórmula que usaba esta tecnología para proteger los DVD y elaboró un programa que permitía burlar esta protección y ordenar de nuevo el contenido de los discos, para poder visualizarlo, modificarlo o copiarlo.

Lo llamaron DeCSS (Decode Content Scrambling System) y fue publicado en la Web en octubre de 1999, para regocijo de los usuarios de Linux y, como se vería más tarde, para tormento de la industria cinematográfica.

Respuesta legal

Sólo tres meses después de la publicación de este programa, una citación llegó a casa de Jon Lech Johansen, un programador noruego de 16 años que pertenecía al grupo que que creó el DeCSS (denominado MorE, siglas inglesas de Maestros de la Ingeniería Inversa).

Agentes de la brigada de delitos económicos de la policía noruega se presentaron en casa de Johansen, situada en un pequeño pueblo al sur de Oslo, y se lo llevaron a la comisaría para interrogarle. El programador (y su padre, como propietario del dominio donde fue publicado el DeCSS) estaban acusados de violar un artículo del código penal noruego que impide romper la protección de un dispositivo para acceder a los datos que contiene y otro artículo de la ley de propiedad intelectual que castiga la difusión de material protegido por el copyright.

La denuncia que hizo saltar los resortes de la justicia noruega había sido presentada en un tribunal de EEUU por la Asociación de Cine de EEUU (MPAA, Motion Pictures Association), en representación de los principales estudios cinematográficos de aquel país. La MPAA consideraba que el DeCSS violaba la Digital Milennium Copyright Act (DMCA, una ley para la protección de la propiedad intelectual en soportes electrónicos) y era un instrumento para la piratería, por lo que pidió su retirada de cualquier sitio público.

A partir de este momento, Jon Johansen pasaría a ser conocido en toda la Red como DVD Jon y su caso se convertiría en una de las más intensas campañas de protesta de la comunidad de software libre y en un litigo interesante para todo aquel interesado en cómo la normativa se aplica al mundo digital.

Los fiscales noruegos pidieron para el joven programador una pena de tres años de libertad condicional, por considerar que Johansen había cometido un acto de piratería al publicar el código del DeCSS. Por su parte, la defensa argumentó que el programador sólo pretendía visualizar en su ordenador los DVD que había comprado sin tener que pagar más por un reproductor.

Al final, la juez absolvió a Johansen y apoyó su sentencia en el derecho de los consumidores hacer lo que quieran con los productos que adquieren, una decisión que podrá ser apelada en el transcurso de las próximas dos semanas.

Las claves del juicio

Halvor Manshaus, el abogado de Johansen en este caso, explicó a ELPAIS.es las claves de un caso que se mira con interés desde muchas partes del mundo. Según este letrado, la MPAA presionó a las autoridades noruegas para que actuaran contra Johansen y aportó pruebas y documentación sobre el caso que ayudaran a incriminarle. Cuando la brigada de delitos económicos de aquel país actuó contra el programador, la asociación estadounidense permaneció en un discreto segundo plano.

Manshaus basó su defensa en señalar la diferencia que existe entre abrir el contenido de un producto que se posee, para uso estrictamente personal, y hacer público ese contenido o lucrarse con él. "La situación es parecida a la de los equipos de música que tienen dos grabadores de cintas.", explica el abogado, "Pueden ser usados para hacer una copia privada o para hacer copias piratas, pero el fabricante no tiene la culpa". Análogamente, la defensa sostuvo que el DeCSS podía ser usado para hacer copias privadas o piratas, pero que de esta última práctica no tenía la culpa el programador.

En este punto, la legislación noruega sirvió de gran ayuda para la defensa pues, según Manshaus, es bastante rigurosa en lo que respecta a los derechos del consumidor. Los reproductores de DVD tienen otra protección que impide que un disco comprado en una zona geográfica pueda ser reproducido en otra distinta. "En Noruega se prohíbe este tipo de prácticas", afirma el letrado, "y los reproductores tienen que estar libres de esta protección para poder ser vendidos en las tiendas". Esta legislación, unida a la que protege los derechos de un consumidor sobre sus propiedades, jugó un papel fundamental en la defensa de Johansen.

Un joven frente a las multinacionales

Para Kjetil Kolsrud, periodista del diario noruego Aftenpost encargado de cubrir el caso, el juicio de Johansen ha levantado gran expectación dentro y fuera de Noruega por el atractivo que supone "la historia de un joven que se enfrenta a las grandes multinacionales". Según Kolsrud, Johansen encaja bien en el perfil que se espera de una persona así: "Un joven aficionado a los ordenadores, curioso e inteligente, que sigue una filosofía liberal y hasta cierto punto anárquica sobre la gratuidad de lo que se publica en la Red".

Periodista y abogado coinciden en afirmar que esta sentencia podría sentar un precedente en otros países. En cualquier caso, la cuestión que subyace en este asunto, según Manshaus, no tiene que ver con "la anarquía", sino con delimitar adecuadamente "qué derechos tienen los consumidores y qué derechos los propietarios del copyright. Y esto es aplicable a cualquier país".

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