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Eloísa Díaz por Michelle Bachelet

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Eloísa Díaz, la joven que superó a su época

La doctora Díaz es la mujer que superó a su época y que dejó en ridículo a quienes dudaban

Un decreto y un biombo. Estas dos expresiones del poder convirtieron a Eloísa Díaz Insunza en la primera médica chilena y de América Latina. El decreto del ministro Amunátegui declaró en 1877 que las mujeres “deben ser admitidas a rendir exámenes válidos para obtener títulos profesionales, con tal que se sometan para ello a las mismas disposiciones a que están sujetos los hombres”. En cuanto al biombo, este fue instalado durante las cátedras para que las miradas masculinas no se distrajeran con la nueva estudiante, con esta pionera que ya había pagado el costo de entrada con la excelencia de su examen de admisión, pero que debía seguir separada por temores arcaicos. La doctora Eloísa Díaz es esa mujer, la joven que superó a su época y que dejó en ridículo a quienes dudaban.

Quienes optamos por la salud en nuestra formación académica y social sentimos, ya bien avanzado el siglo XX, la vigencia de esta historia. En las aulas, en las ceremonias, Eloísa siguió de alguna forma con nosotras. Porque no se puede borrar ni el peso de la discriminación ni el impacto de políticas públicas habilitadoras de la igualdad. Ambas inspiran luchas y la búsqueda de mayores nuevas conquistas.

La historia de la Dra. Díaz también nos recuerda que no es fácil ser pionera. La sociedad siempre ha pedido excepcionalidad a las mujeres para conseguir lo que otros heredan desde hace siglos. Es una carga desproporcionada. Sin embargo, es una carga más ligera cuando es compartida, cuando en la voz de una mujer se amplifican miles de otras voces, miles de otras aspiraciones que sólo esperan ver una senda accesible. Es lo que representa Ernestina Pérez Barahona, la segunda mujer chilena en estudiar en la facultad de Medicina y en titularse. Lo hizo una semana después de Eloísa. Sus caminos se cruzaron. Sus logros y dificultades se hermanaron. No hay una sin la otra.

Porque cuando se derriba un muro, todas las mujeres nos ponemos en movimiento. Esa es la mayor inspiración que nos regaló la doctora Eloísa Díaz.

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