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Sanidad acepta casi 150 alegaciones de las comunidades para sacar adelante el plan antitabaco

El ministerio informará de la aprobación de la estrategia a las comunidades autónomas en el consejo interterritorial del viernes

Una persona, fumando en una terraza en Madrid.
Una persona, fumando en una terraza en Madrid.Eduardo Parra / Europa Press (Europa Press)
Pablo Linde

El nuevo plan antitabaco está a punto de ver la luz, después de más de dos años en un cajón. El Ministerio de Sanidad ha aceptado casi 150 propuestas y modificaciones que los directores de salud pública de las comunidades autónomas presentaron al texto después del periodo de alegaciones que el departamento de Mónica García abrió el 14 de marzo, según ha informado Sanidad.

El ministerio tiene previsto informar a los consejeros autonómicos sobre la aprobación de la estrategia el viernes, cuando se celebra el próximo Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CNSIS), según ha dicho esta mañana la ministra en TVE. Para llegar hasta ahí, los técnicos de las comunidades participaron en el primer borrador, que posteriormente recibió 154 alegaciones de los directores de salud pública. De ellas, se introdujeron todas menos 10. Son, en su mayoría, “aclaraciones” a lo que ya había y no cambian sustancialmente el documento, según fuentes de la Comisión de Salud Pública.

Aquellas comunidades que han pedido más tiempo para revisar los cambios comunicarán la decisión de si se adhieren o no al Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo antes del jueves a mediodía, según Sanidad, que no someterá a votación el plan, sino que lo presentará como un “acuerdo de cooperación”, una fórmula que contempla el reglamento del CNSIS.

La aprobación del documento no supone cambios inminentes en la normativa sobre tabaco. Es una hoja de ruta que muestra la senda que deben seguir las políticas nacionales en los próximos años. Se basa en cinco pilares: prevenir el inicio del consumo de tabaco y de productos relacionados, fomentar el abandono del tabaquismo y facilitar la ayuda para dejar de fumar, reducir la exposición ambiental a las emisiones de tabaco y productos relacionados, promover la investigación aplicada y la monitorización en el control del tabaquismo y potenciar la coordinación y el establecimiento de alianzas.

Estos grandes objetivos se tienen que traducir en normas y leyes que endurecerán las restricciones al tabaco. Entre los propósitos del ministerio está equiparar la normativa que se aplica al tabaco a las nuevas formas de fumar. Es decir: limitar la forma de publicitar vapeadores o productos similares, que ahora pueden promocionarse en festivales o a través de influencers, pueden venderse sin prácticamente control, y constituyen una de las principales puertas de entrada al hábito tabáquico para los más jóvenes.

Sanidad también pretende subir la imposición a los productos del tabaco, que es la medida que más efectiva se ha demostrado a la hora de reducir el consumo. Para esto hará falta el consenso con el Ministerio de Hacienda, que es el que tiene las competencias.

En cuanto a la ampliación de los espacios con humos, habrá que aprobar una ley (que, ya sea mediante trámite ordinario o decreto ley, tendrá que pasar por el Congreso) para determinar cómo se acotan. La idea es minimizar la exposición al humo de segunda mano de los no fumadores. El plan no menciona las terrazas de los establecimientos hosteleros, pero es una de las posibilidades que han esbozado en más de una ocasión los dirigentes del ministerio.

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Sobre la firma

Pablo Linde
Escribe en EL PAÍS desde 2007 y está especializado en temas sanitarios y de salud. Ha cubierto la pandemia del coronavirus, escrito dos libros y ganado algunos premios en su área. Antes se dedicó varios años al periodismo local en Andalucía.
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