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Francia es pionera en la protección constitucional del derecho al aborto... ¿O no lo es?

La presidenta de la Asamblea Nacional de Eslovenia reivindica que el texto constitucional de su país ya recoge un blindaje. Macron anuncia el 8-M que quiere introducir la cláusula en la Carta de la UE.

El presidente francés, Emmanuel Macron, este viernes en el acto solemne para sellar el derecho al aborto en la Constitución.
El presidente francés, Emmanuel Macron, este viernes en el acto solemne para sellar el derecho al aborto en la Constitución.Gonzalo Fuentes (REUTERS)
Marc Bassets

Francia ya reconoce oficialmente en su Constitución la libertad de las mujeres para abortar, después de que este viernes, en una ceremonia al aire libre en París, se procediese al sellado solemne del texto con una prensa de la época napoleónica. Emmanuel Macron declaró: “Francia se ha convertido hoy en el único país en el mundo cuya Constitución protege explícitamente el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo en toda circunstancia”.

La próxima etapa, según el presidente francés, debe ser la inscripción del derecho al aborto en la Carta de derechos fundamentales de la Unión Europa: “No hallaremos reposo hasta que esta promesa se cumpla en todo el mundo.

Y así concluyó un proceso de menos de dos años que desembocó en el voto masivo el lunes de senadores y diputados, y que permite a Francia postularse como un país pionero. ¿El primero?

Urška Klakočar Zupančič, presidenta de la Asamblea Nacional de Eslovenia, discrepa. “Básicamente, yo no sé lo que es vivir en un país que no tenga [el derecho al aborto] en su Constitución”, dice a EL PAÍS. “No tengo aún los 50, y en Eslovenia esto ha sido un derecho constitucional desde hace 50 años.”

La política eslovena, que ha estado en París para una reunión de presidentas parlamentarias, alude al precedente más citado: la Constitución de Yugoslavia de 1974. Decía el texto: “Es un derecho humano el de decidir libremente sobre el nacimiento de sus hijos”. Al romperse Yugoslavia, Eslovenia preservó el derecho. Afirma Klakočar Zupančič: “Todo el mundo tiene derecho a tener hijos o no, y en la práctica esto es el derecho al aborto”.

En Global gender constitutionalism and women’s citizenship, libro de referencia en la materia, la profesora Ruth Rubio-Marín explica que en los países socialistas el debate sobre el aborto “se veía inextricablemente vinculado a la cuestión del control demográfico y, en cierta medida, a la de la salud de la mujer”. Y añade: “La coexistencia del aborto con políticas pronatalistas que glorificaban la maternidad, sin embargo, hace de esta región un ejemplo dudoso del reconocimiento temprano de la autonomía reproductiva de las mujeres”.

Los detractores, en la derecha francesa, de la iniciativa de la izquierda y los macronistas señalan el precedente yugoslavo para indicar que es propio de países socialistas y dictatoriales. Podrían haber citado otra Constitución, la de la Cuba contemporánea: “El Estado (...) asegura el ejercicio de sus derechos sexuales y reproductivos.” O la sudafricana, que es democrática y cuya Carta de Derechos reza: “Todo el mundo tiene el derecho a la integridad corporal y psicológica, lo que incluye el derecho a adoptar decisiones respecto a la reproducción.”

La diferencia, según varias expertas, es que ninguno de estos casos alude específicamente a la interrupción voluntaria del embarazo. Francia sí.

“Lo que Francia hace y lo que es único es que, aunque ya tenga [el derecho al aborto] a nivel legislativo, lo eleve a un rango constitucional para hacerlo definitorio de su identidad política”, dice Rubio-Marín, catedrática en la Universidad de Sevilla. “En eso son pioneros”.

“Francia es el primer país del mundo en incluir una garantía explícita para la libertad de abortar en su Constitución”, corrobora Leah Hoctor, directora para Europa del Centro para los derechos reproductivos. “Varios países ya proveen una protección constitucional al derecho al aborto”, recuerda. “Lo diferente es que no lo hacen a través de una garantía específica como Francia, sino (...) de forma implícita a través de otros derechos constitucionales como la protección de la salud sexual y reproductiva o el derecho a decidir sobre el número de hijos y el espacio entre uno y otro.”

Apunta Gila Stopler, profesora de derecho en el Colegio de Leyes y Negocios en Israel: “Consagrar el derecho al aborto en la Constitución, especialmente en países donde cambiar la constitución requiere una mayoría y un procedimiento especiales, como Francia, significa que está más protegida contra la posibilidad de una mayoría conservadora o un Tribunal Supremo conservador.” Lo que impulsó la medida francesa fue la derogación, por parte del Supremo de EE UU, de la sentencia Roe contra Wade en el verano de 2022.

“Por todo el mundo, incluso en las mayores democracias, incluso en nuestros vecinos, en Europa, asistimos a un retroceso del derecho al aborto”, denunció Macron este 8-M. “Puesto que lo impensable regresa, hacía falta grabar lo irreversible”.

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Sobre la firma

Marc Bassets
Es corresponsal de EL PAÍS en París y antes lo fue en Washington. Se incorporó a este diario en 2014 después de haber trabajado para 'La Vanguardia' en Bruselas, Berlín, Nueva York y Washington. Es autor del libro 'Otoño americano' (editorial Elba, 2017).
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