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Consumo abre un expediente sancionador a varias webs que no han retirado la publicidad de prostitución

El Ministerio les advirtió en julio que debían retirar el contenido “de forma inminente”, ahora las multas pueden superar los 100.000 euros y suponer el cierre permanente de esas páginas

Expediente sancionador a varias webs con publicidad de prostitución
Página porno Deep funks donde se utiliza imágenes de famosas de forma fraudulenta, en marzo de 2023.Luis Sevillano
El País

Los anuncios de prostitución siguen publicados en Internet, a pesar de su prohibición explícita en la Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual, conocida como la ley del solo sí es sí y en vigor desde el pasado año. Una simple búsqueda es suficiente para corroborar que decenas de páginas siguen funcionando impunemente. Este pasado julio, el Ministerio de Consumo ya advirtió a esas webs de que debían retirar el contenido “de forma inminente”. Tras tres meses de incumplimiento, el ministerio les ha abierto un expediente sancionador por el que se abre un periodo para la instrucción del expediente definitivo y la posterior resolución, que podría conllevar multas de más de 100.000 euros y su cierre permanente.

Esta decisión de Consumo deriva de una investigación liderada por la Dirección General de Consumo (DGC), en la que se examinaron más de 400 anuncios sobre prostitución y se registraron 5.600 datos: el 99,5% de los anuncios analizados contaban con fotografías de contenido sexual, el 57% hacía referencias directas al cuerpo de quien publicita sus servicios, y el 62,5% usaba en el texto del anuncio adjetivos con contenido sexual. Además, los anuncios se presentaban en su mayoría como servicios de escort [acompañamiento a fiestas o eventos donde, a veces, acaban dándose relaciones sexuales], “con la intención de intentar sortear la legislación vigente”, según el comunicado emitido desde el ministerio. “Este término, de hecho, apareció en el 90% de las webs analizadas en los filtros de búsqueda y en los espacios publicitarios de los portales”.

El análisis del ministerio también encontró “conexiones entre las principales webs que publican prostitución en Internet”, una de cada tres de las que revisaron pertenecen a la misma empresa publicitaria. “La publicidad de servicios de prostitución —o contenidos directamente relacionados con ella, como servicios de escort, acompañante o masajista— está prohibida” por la ley del solo sí es sí, recuerda el ministerio. Pero no solo, porque también “se considera una publicidad ilícita que infringe la normativa de consumo aquella que utiliza estereotipos de género que fomenten o normalicen las violencias sexuales contra las mujeres, niñas, niños y adolescentes, y también la que presente a las mujeres de forma vejatoria, bien utilizando particular y directamente su cuerpo o partes del mismo como mero objeto desvinculado del producto que se pretende promocionar”.

La preocupación por esta publicidad no existe solo en España. El Parlamento Europeo instó recientemente a los Estados miembros a que adopten “medidas urgentes para hacer frente a la publicidad en línea y a la facilitación de contactos que fomenten directa o indirectamente la prostitución o busquen atraer compradores, con el fin de prevenir la explotación de la prostitución ajena también en línea, incluida la de estudiantes, en particular de mujeres jóvenes, y la explotación sexual de menores por parte de hombres más ricos e influyentes, conocidos asimismo como sugar daddies”.

El pasado 23 de septiembre, en una resolución, la Cámara europea consideró que el fenómeno de los sugar daddies “es alarmante y especialmente frecuente en lugares como las universidades, pero también en las redes sociales y en línea; que consiste en el empleo de anuncios que fomentan la prostitución de estudiantes, en particular de mujeres jóvenes, y la explotación sexual de menores por parte de hombres más adinerados e influyentes”.

El Parlamento Europeo también señaló que la prostitución “no es un acto individual de una persona que alquila su cuerpo por dinero, sino que se trata de un sistema organizado con fines lucrativos, un sistema intrínsecamente violento, discriminatorio y profundamente inhumano que funciona como un negocio y crea un mercado, en el que los proxenetas planifican y actúan para asegurar y aumentar sus mercados y en el que los compradores de sexo desempeñan un papel fundamental para incentivarlos”.

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