El jurado declara culpable por unanimidad al autor del asesinato de Romina Celeste
Los nueve miembros creen probados los delitos de homicidio, maltrato habitual, lesiones, profanación de cadáver y simulación de delito
El jurado popular ha declarado culpable de forma unánime a Raúl Díaz Chacón por el asesinato de Romina Celeste durante la Nochevieja de 2018 en la localidad de Costa Teguise (Lanzarote). Los nueve miembros del tribunal han considerado todas las cuestiones objeto de acusación por parte del fiscal Jesús Lomba, las acusaciones particulares y la acción popular. Díaz Chacón, por lo tanto, será condenado por los delitos de homicidio, maltrato habitual, lesiones, profanación de cadáver y simulación de delito. Este veredicto tendrá que ser refrendado en sentencia por el magistrado José Luis Goizueta.
El fiscal ha solicitado una pena de 15 años, nueve meses y cuatro días de cárcel, el pago de una multa de 1.080 euros y de otros 300.000 euros de responsabilidad civil. De esta cantidad, ya ha ingresado con carácter previo 260.000, lo que condujo a que se le aplicase una atenuante de reparación del daño. Todas las partes se han adherido a estas penas.
Raúl Díaz Chacón, un español pareja de la víctima durante alrededor de un año, reconoció los hechos en la primera sesión del juicio, que tuvo lugar el viernes. Admitió haber asesinado a su esposa, una ciudadana paraguaya a la que había conocido el año anterior. La instrucción de la causa se ha alargado cuatro años, algo que ha permitido que el único acusado haya salido de la cárcel tras agotar el tiempo máximo en prisión preventiva. Su puesta en libertad, en enero de este año, indignó a la sociedad lanzaroteña y provocó una cadena de reproches entre instituciones, sin que ninguna haya asumido responsabilidad alguna.
La detención del acusado, pareja de Celeste desde 2018, se produjo el 13 de enero de 2019. Díaz Chacón tardó más de una semana en denunciar la desaparición de su esposa y lo hizo porque la familia de Romina le insistía. Los agentes de la Guardia Civil han explicado durante el juicio que encontraron numerosas “incongruencias” en el relato del único enjuiciado, además de poner en entredicho tanto que lograse quemar el cadáver como los emplazamientos en los que asegura haberse desprendido del cuerpo. El 10 de enero llevaron a cabo un registro en la vivienda en la que convivía con Romina Celeste. Allí, el contraste de limpieza entre el interior de la casa y el patio marcaron la hipótesis del homicidio, además de haber encontrado hasta 13 rastros de sangre. El detonante para llevar a cabo la detención fue una llamada telefónica entre el acusado y un primo suyo, inspector de la Policía Nacional, a quien relató que el 1 de enero, al llegar a su casa, se encontró a Romina muerta, y que debido al susto, decidió quemarla, hechos por los que su primo le aconseja que se persone ante la Guardia Civil.
Tanto durante la instrucción como en el juicio ha quedado probado que el acusado agredió a Celeste, tanto en su domicilio como fuera de él, “con total desprecio por la integridad física y estabilidad emocional”, además de “tratarla con menosprecio, lo que generó en ella un estado de angustia y miedo insoportable”, según consta en el veredicto facilitado este martes por el Tribunal Superior de Justicia de Canarias. Una de las amigas que compareció durante la vista explicó el contenido de un mensaje que recibió de Celeste tres días antes de ser asesinada. “Estoy golpeada por todos lados. La próxima no lo cuento”. Ese 29 de diciembre de 2018, la joven acudió sobre las siete de la mañana a las urgencias del Hospital de Lanzarote. Allí, le contó a la enfermera encargada del triaje que su pareja le había pegado. Antes de que pudiera atenderla el personal médico, el agresor se personó en el centro sanitario y se la llevó. La acusación particular, por este motivo, ha incidido en que lo que sufrió Romina, la violencia de género, “es la lacra de la sociedad”. Dibujó a Romina como una mujer que, a su juicio, seguiría viva de haberse activado el protocolo de protección a víctimas de violencia de género y de haber tenido “unos amigos que la hubieran protegido”.
En sus palabras al final de la vista, el acusado pidió perdón. “Alguien me dijo una vez que el perdón no se pide, el perdón se merece y probablemente yo no merezca el perdón, aun así lo pido y lo ruego a la familia de Romina, a mi familia, a todo la sociedad”, ha asegurado en su alegato final.
El teléfono 016 atiende a las víctimas de violencia machista, a sus familias y a su entorno las 24 horas del día, todos los días del año, en 52 idiomas diferentes. El número no queda registrado en la factura telefónica, pero hay que borrar la llamada del dispositivo. También se puede contactar a través del correo electrónico 016-online@igualdad.gob.es y por WhatsApp en el número 600 000 016. Los menores pueden dirigirse al teléfono de la Fundación ANAR 900 20 20 10. Si es una situación de emergencia, se puede llamar al 112 o a los teléfonos de la Policía Nacional (091) y de la Guardia Civil (062). Y en caso de no poder llamar, se puede recurrir a la aplicación ALERTCOPS, desde la que se envía una señal de alerta a la Policía con geolocalización.
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