El asesinato en Pakistán de las dos jóvenes de Terrassa hace aflorar otros posibles matrimonios forzados en Cataluña
Una menor acudió el miércoles a una comisaría de los Mossos a denunciar que la querían casar en contra de su voluntad
El asesinato de dos jóvenes de 21 y 24 años de Terrassa (Barcelona), Arooj y Aneesa, en Pakistán ha hecho que afloren nuevos casos de posibles matrimonios forzados en Cataluña. Los Mossos d’Esquadra han recibido diversas alertas de jóvenes a las que presumiblemente quieren casar en contra de su voluntad. El más grave ocurrió la madrugada del miércoles, cuando una menor se presentó en la comisaría de la policía catalana de El Raval, en Barcelona. Denunció que le habían concertado una boda con un hombre en su país de origen, Bangladesh, que ya tenía fecha prevista para el viaje y que ella no quería. La Generalitat, a través de la DGAiA (Dirección General de Asistencia a la Infancia y la Adolescencia), ha asumido la tutela de esta joven y de su hermana pequeña, tal y como ha avanzado La Vanguardia.
Los Mossos d’Esquadra investigan ahora a los progenitores por un delito de matrimonio forzoso, previsto en el código penal desde el año 2015, y castigado con hasta tres años y medio de prisión en los casos de mayor gravedad. La policía catalana no detuvo a los progenitores pese a la cercanía del viaje, previsto para junio, y pese a las amenazas que relató la menor tras su negativa al desplazamiento y a la unión. La razón es que la familia tiene más hijos pequeños, según el rotativo catalán. La joven relató en comisaría que había seguido el caso de Terrassa y temía que le ocurriese lo mismo.
La policía catalana no facilita un dato concreto de cuántas jóvenes han acudido a los Mossos para informar de su situación de riesgo después del eco mediático del asesinato de Arooj y Aneesa. Pero se refiere a un goteo, no demasiado elevado, que sin duda atribuye a la repercusión de la muerte de las dos jóvenes de Terrassa. Las hermanas viajaron engañadas a Pakistán el 20 de mayo, según han declarado sus padres, donde estaban casadas con unos primos. La negativa a seguir adelante con los matrimonios, según informó la policía del país asiático, acabó con el asesinato de las jóvenes de un disparo mientras dormían, y la detención de seis hombres, entre ellos sus dos hermanos. La madre, el padre y la policía paquistaní señalan a Shehryar, el hermano mayor de las jóvenes, como el principal responsable del crimen.
La investigación en España, impulsada por la Fiscalía de Terrassa, trata de dilucidar si el entorno de Arooj y Aneesa en Cataluña tiene alguna implicación en el crimen. Además de al padre y a la madre ―con la que hablaron por teléfono porque se encontraba en Pakistán―, están tomando declaración a personas que las conocían. Entre ellos, dos hombres, también de origen paquistaní, con los que según la policía y su familia habían entablado una relación en Cataluña. Hasta el momento, no hay imputados en España por el matrimonio forzado de las jóvenes, formalmente el único delito que pueden investigar, ya el que el doble feminicidio se cometió en Pakistán.
Cataluña cuenta con un protocolo policial específico para la detección de matrimonios forzosos. Desde 2009, la policía catalana ha atendido a 194 mujeres, 101 de ellas menores de edad. Los grupos de atención a la víctima de la policía catalana analizan el riesgo de que ese matrimonio pueda acabar produciéndose, y puede suponer la retirada de la tutela, en el caso de hijas menores de edad, o facilitarles un piso de acogida cuando ya son mayores. En las estadísticas, cuentan como una forma más de violencia machista. Solo este año, sin tener en cuenta las nuevas alertas tras el caso de las dos jóvenes de Terrassa, la policía catalana ha detectado e impedido cuatro matrimonios forzosos.
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