_
_
_
_

Antón Gómez-Escolar: “La ignorancia es lo más peligroso ante cualquier droga”

Especialista en sustancias psicoactivas, acaba de publicar ‘Guía esencial del Renacimiento Psicodélico’, una completa introducción a estas moléculas que podrían revolucionar el tratamiento de trastornos mentales como la depresión

Antón Gómez Escobar
Antón Gómez-Escolar, autor de 'Guía esencial del Renacimiento Psicodélico', fotografiado junto a la iglesia de San Nicolás de Madrid.Claudio Alvarez

Antón Gómez-Escolar (Madrid, 33 años) es máster en Psicofarmacología y Drogas de Abuso, consultor científico y asesor especializado en psicodélicos, nootrópicos y otras sustancias psicoactivas. Trabajó en la Agencia Europea de Drogas y acaba de publicar Guía esencial del Renacimiento Psicodélico (Argonowta), el primer volumen de la colección Guías del psiconauta, que pretende convertirse en un referente en la divulgación sobre las sustancias psicodélicas, que están viviendo un renacer tras décadas de prohibición.

Pregunta. ¿Por qué droga en España es sinónimo de sustancia ilegal?

Respuesta. Según la definición de la RAE, la palabra se podría aplicar casi a cualquier sustancia de venta en farmacia, pero en España nos hemos acostumbrado a utilizarla coloquialmente para designar solo aquello que es psicoactivo e ilegal. Pero en otros idiomas, droga sigue siendo toda sustancia con actividad farmacológica.

P. ¿Y qué son los psicodélicos?

R. Sustancias como la psilocibina, LSD, MDMA o ketamina, capaces de manifestar procesos mentales subconscientes y relajar algunos patrones mentales aprendidos, facilitando su cambio. Y esto es tremendamente útil cuando se está trabajando en conocer y tratar un trastorno mental.

P. ¿Manifiestan la mente o son alucinaciones?

R. Las alucinaciones son una forma más de manifestación de la mente y pueden ser parte del proceso. Los viajes introspectivos o interiores son alucinaciones útiles en terapia.

P. Defina “renacimiento psicodélico”.

R. Es el proceso en el que estamos inmersos desde finales del siglo XX, en el que un número creciente de investigadores en salud mental y neurociencias están sumergiéndose en el estudio de los psicodélicos para aplicarlos en salud mental. Es un renacimiento, porque en los años cincuenta y sesenta ya pasó.

P. ¿Qué despertó el renacimiento precisamente entonces?

R. Entre otras cosas, que llevamos muchos años sin fármacos nuevos para los trastornos mentales, los que tenemos no resultan del todo efectivos en muchas ocasiones y las enfermedades de salud mental están alcanzando dimensiones pandémicas. La salud mental está en crisis y las psicoterapias asistidas con psicodélicos podrían ser una solución.

P. ¿Están creciendo o somos más conscientes de ellas?

R. Diría que ambas. Cada vez las vemos más, pero también se extienden más porque la vida moderna nos expone a factores de riesgo, sobre todo durante la pandemia de covid-19.

P. ¿Entonces el objetivo de este renacimiento es encontrar fármacos?

R. Es algo diferente. Es como un catalizador que busca inducir una experiencia psicodélica transformadora de resultados terapéuticos muy duraderos, no tapar los síntomas, y por ello se deben administrar a personas preparadas y en un contexto determinado, siempre bajo supervisión profesional. Lo importante de la psicoterapia asistida con psicodélicos es que es un pack indivisible que incluye ambas cosas.

P. ¿Con “persona preparada” quiere decir gurú?

R. A día de hoy en Occidente lo llamamos terapeuta. No interviene tanto durante la experiencia, sino en la preparación previa e integración posterior, pero mientras acompaña y apoya.

P. ¿Esto no es lo que hacían los hippies en los sesenta?

R. Protocolizado y en un contexto muy diferente. La humanidad lleva milenios usando psicodélicos. Nos parece algo nuevo porque en Occidente los abandonamos. Ahora lo estamos retomando adaptándolos a nuestros modelos de salud mental.

P. Hasta ahora el pionero en ilegalizar era Estados Unidos, pero da la impresión de que en este momento la legislación en EE UU y Canadá es más progresista que la europea.

R. Fueron pioneros en la ilegalización, pero ahora que han visto que pueden ser una respuesta a la crisis, se han lanzado a investigar para aprovecharlo.

P. En los sesenta la investigación era igual de prometedora y las ilegalizaron.

R. Entonces una serie de movimientos contraculturales contrarios al status quo tomaron los psicodélicos como una herramienta y seña de identidad y se convirtieron en un chivo expiatorio. Tampoco se conocían estas sustancias tan bien como ahora.

P. Se les atribuía una capacidad revolucionaria. ¿Eso se ha perdido?

R. Están apareciendo muchas empresas que están adaptando el uso de los psicodélicos al modelo capitalista. Es un proceso inevitable. De los psicodélicos para romper con el sistema en los sesenta a las “microdosis” para aumentar la productividad en Silicon Valley ahora. Pero estas sustancias tienen algo intrínseco que las hace revolucionarias. Deconstruyen muchas cosas y eso no se puede quitar de los psicodélicos.

P. ¿Y qué pasa en Europa?

R. Europa y, concretamente, España han sido pioneros en esta investigación, pero, como suele pasar, en EEUU apoyaron más el desarrollo y ahora todo apunta a que la FDA aprobará primero estos tratamientos, y luego ya lo hará aquí la Agencia Europea del Medicamento.

P. ¿El hachís y la marihuana son un psicodélico?

R. Pueden tener algunos efectos parecidos. Pero con los psicodélicos hablamos de una o dos administraciones puntuales en un entorno clínico controlado y que tienen efectos durante meses o incluso años, pero el paciente nunca se lo llevaría a casa. El cannabis es de administración habitual durante el tratamiento, como un antidepresivo o un ansiolítico, e incluso podría llegar a venderse en farmacias.

P. ¿Tan efectivas son?

R. En muchos casos, sí. Son sustancias que han recibido la calificación de “terapia innovadora” por la FDA (agencia de alimentos y medicamentos) estadounidense. Una calificación solo para sustancias con un grandísimo potencial, que están funcionando muy bien, son seguras y que tratan un trastorno que está muy extendido y para el que no hay un tratamiento muy efectivo. Es el caso de la depresión, la ansiedad, las adicciones o el estrés postraumático.

P. ¿40 años clasificadas como inútiles y ahora resulta que son todo lo contrario?

R. Cuando se produce una innovación, al principio hay expectativas infladas, pero luego se ve que no es la panacea. Es lo que se llama un ciclo de sobreexpectación. Pero todo indica que estas sustancias, aun reduciendo su efectividad cuando se empiecen a usar en muchos pacientes, van a seguir siendo más eficaces que los tratamientos actuales.

P. ¿No ha habido aún ensayos a gran escala?

R. Es el momento en el que estamos entrando ahora.

P. ¿A quién se dirigirán los tratamientos?

R. En principio, sería un tratamiento de segunda línea, para pacientes que no hayan experimentado mejoras con los convencionales. Y no serían para cualquiera, porque tienen riesgos psicológicos y psiquiátricos que hay que conocer muy bien para prevenir.

P. Después de medio siglo tratando los psicodélicos como veneno ¿Está la sociedad preparada para esto?

R. Por eso hemos decidido sacar la colección. Queremos que la gente sepa que un psicodélico es una sustancia que se alimenta del contexto y que no es lo mismo un contexto terapéutico, que uno ritual o uno recreativo. Y que los efectos y riesgos son distintos. En uno de ocio la persona se enfrenta a más peligros, porque suele haber menos conocimiento, control y preparación. Las posturas en contra de la investigación clínica con psicodélicos cada vez se están quedando más huérfanas.

P. ¿Esto es un paso antes de una legalización total?

R. No creo. Ahora mismo el renacimiento psicodélico está enfocado en el uso clínico que es el más urgente para Occidente hoy: tener mejores herramientas para combatir y prevenir los problemas de salud mental. Se aboga por un uso terapéutico controlado para no cometer los errores de los años cincuenta y sesenta, que llevaron a la ilegalización y el tabú social.

P. ¿En cuántos años tendremos fármacos psicodélicos?

R. En EE UU todo apunta a que un psicodélico atípico como el MDMA podría estar autorizado en 2023. La Psilocibina, poco después. Canadá ya ha autorizado a determinados médicos a acceder a estas sustancias. En Europa llevamos pocos años de distancia con EE UU. Estamos hablando de que de aquí a cinco años podría haber algún psicodélico autorizado para uso médico. De hecho, ya hay uno que se usa, la ketamina.

P. Si hubiera que prohibir una droga por dañina, ¿sería el alcohol?

R. Las drogas más dañinas son aquellas sobre las que menos sabemos. La ignorancia es lo más peligroso ante cualquier sustancia, y en este sentido la prohibición y el tabú traen más problemas que beneficios. Estoy de acuerdo en que el alcohol o el tabaco son drogas sobre las que la población tiene una percepción de riesgo muy baja para lo tóxicas que son, y que son más peligrosas que algunas drogas ilegales, pero todo siempre depende de muchos factores de persona, contexto y sustancia. Por eso creo que deberíamos tener más información sobre todas las sustancias, legales e ilegales.

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_