Los datos del repunte de covid: más casos y más ingresos, pero menos graves
Aunque las hospitalizaciones suben, son más leves y no presionan las UCI. Los expertos se mantienen tranquilos, animan a seguir los indicadores y vigilar la aparición de variantes
Mucha gente tiene la percepción de que los casos de covid han vuelto a repuntar, y esa sensación la confirman los datos. Según las cifras del Ministerio de Sanidad, los positivos de mayores de 60 años notificados al sistema SiViEs se doblaron en abril, al tiempo que subía la venta de test de antígenos. Pero la señal más clara de que hay más contagios es la subida de los ingresos hospitalarios por covid.
El aumento de hospitalizaciones por covid se observa en casi todas las comunidades, aunque es especialmente acusada en Murcia, Castilla y León y Castilla-La Mancha. En estas dos últimas regiones, las cifras reportadas son casi tan altas como lo fueron en enero.
Sin embargo, los expertos y los médicos con los que hemos hablado se mantienen tranquilos. Hay al menos tres motivos para ello.
Por un lado, hay algunas comunidades donde la curva de ingresos ya parece doblada. Como se ve en el gráfico anterior, en Cantabria y Asturias los ingresos de esta semana son menos que los de la semana pasada.
Otro dato tranquilizador es que las personas que ingresan ahora son casos menos graves. “El repunte de casos está ahí. Y tenemos algún ingreso más en el hospital, pero son neumonías mucho más leves, necesitan menos oxígeno, se resuelven con más facilidad y no acaban en la UCI”, explica Carlos Velayos, médico intensivista del Hospital Universitario de Fuenlabrada, en Madrid.
La menor gravedad de los casos la sugieren también los datos de ingresos en salas de UCI. En muchas comunidades no se observa de momento un repunte de los ingresos críticos que siga a las hospitalizaciones en planta. En las comunidades donde sí suben los ingresos en la UCI, como en Asturias y Cantabria, las cifras no son banales, pero no alcanzan los picos vistos en enero.
El virus es hoy menos letal, como nos recordaba el epidemiólogo de Harvard Miguel Hernán: “Usando los datos de seroprevalencia ingleses, podemos decir que la mortalidad actual por covid es comparable a la de la gripe”. Esa disminución progresiva es el resultado de cuatro factores, incide Hernán: “las vacunas, las infecciones previas, los susceptibles ya fallecidos y la menor gravedad de ómicron y sus subvariantes”.
Una cautela con los datos de ingresos covid es que una parte sean pacientes infectados, pero hospitalizados por otra causa principal, lo que se conoce como covid incidental. Los datos del ministerio se refieren a “pacientes que presentan [una sintomatología] clínica de covid que debe ser tratada en régimen de hospitalización”, lo que sugiere que son personas ingresadas por covid, pero la distinción puede ser incompleta. La comunidad catalana reporta los dos datos por separado, pero allí los ingresos en UCI no han repuntado.
Un último indicador a seguir es el estado de las salas UCI. La ocupación total baja desde hace meses, y en la mayoría de comunidades no da señales de cambiar de tendencia, pero sí se observa cierta presión en Aragón y Cantabria, dos de las regiones con repunte de ingresos recientes.
Ante este escenario relativamente tranquilizador, ¿qué precauciones es razonable mantener?
Por un lado, los expertos siguen pendientes de los datos. Es lo que nos dijo Clara Prats, investigadora del grupo BIOCOM-SC, en lo que se refiere a Cataluña: “De momento no estamos preocupados, aunque volvemos a hacer seguimiento diario. Tenemos claro que están subiendo los casos, pero también asumimos —si no hay sorpresas— que la afectación hospitalaria tendría que ser menor”. Por ejemplo, parece lógico vigilar los datos de las residencias de mayores, donde las muertes con covid han pasado de 50 o 60 semanales en marzo, a 104 y 89 las últimas dos semanas.
Hernán también se muestra tranquilo, pero añade otra cuestión a medio plazo: la posibilidad de que el virus vuelva a mutar. Por eso recomienda vigilar la aparición de nuevas variantes. “Si ómicron fuera el estado final del SARS-CoV-2, tendríamos un problema [porque una nueva enfermedad infecciosa siempre es un problema, como pasa con la gripe], pero ya no una emergencia de salud pública. Lo preocupante es que ómicron puede no ser la última palabra del coronavirus y no sabemos qué vendrá después”.
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